Ha llegado el calor, un calor que va a ir a más. El cambio climático está provocando que tengamos olas de calor cada vez más intensas y frecuentes. Es urgente que se reduzcan las emisiones para frenar el avance de los impactos de la emergencia climática, y a la vez, que las Administraciones hagan sus deberes para adaptar las ciudades a los efectos que ya están aquí.
Con las olas de calor que ya tenemos encima, y las que vendrán, además de tomar las medidas individuales necesarias que se difunden en estos periodos, es fundamental que nuestros entornos, viviendas, barrios y municipios nos protejan. La adaptación al calor no puede depender únicamente de precauciones individuales.
Una medida que está aumentando en popularidad son los refugios climáticos. Los refugios climáticos son espacios públicos y privados que se ofrecen como resguardo ante las altas temperaturas. Sin embargo, como sucede muchas veces cuando algo se pone de moda, se pierde su objetivo principal, y nos encontramos con todo tipo de propuestas que se venden como refugios climáticos, pero no todos lo son.
Según la RAE un refugio es “un lugar adecuado para refugiarse”. ¿Qué significa que un espacio sea adecuado para refugiarse frente al calor extremo? Sencillo: que proteja del calor y que esa protección sea accesible a todas las personas.
Con estas dos premisas en mente, se puede utilizar esta lista para ver si lo que nos están diciendo que es un refugio climático realmente lo es:
– Gratuito. Las personas deben poder acceder a él sin coste. La protección no se paga. Un cine, museo o teatro, aunque se ofrezcan a precio reducido, no son un refugio climático. Si se abren esos espacios deben ser gratuitos. Y un centro comercial tampoco lo es. Por mucho que sea gratis entrar es obvio que acabaremos consumiendo en algún establecimiento para poder pasar el rato de forma más cómoda.
– Accesible. Las personas deben poder acceder a él aún con movilidad reducida o alguna discapacidad. Puede ser un espacio de interior o de exterior pero siempre con facilidad de acceso.
– Cercano. Las personas deben tener refugios climáticos dentro de su barrio, especialmente si son zonas con especial riesgo de calor y donde se concentra población vulnerable (por ejemplo, zonas de menor renta y con población de edad más avanzada). Tener que recorrer medio municipio, exponiéndose al calor, para llegar al refugio, carece de sentido. Para lograr esta cercanía debe establecerse una red de refugios repartidos por todo el municipio.
– Confortable. Las personas tienen que poder encontrar en este espacio un resguardo en el que pasar el tiempo necesario. Para eso, tiene que estar a una temperatura confortable (en torno a los 27ºC), proporcionar agua gratuita para mantener la hidratación y habilitar zonas de descanso para poder leer, charlar con el vecindario o simplemente estar. Programar actividades gratuitas, por ejemplo para la infancia, ayuda a que las personas puedan pasar el tiempo de forma más amena.
– Horario amplio. Las personas tienen que poder acceder al refugio cuando más lo necesitan, es decir, en las horas de mayor calor. El día que sea. Abrir sólo entre semana, o unos días sueltos, o de 10.00 a 14.00 horas (sí, aunque cueste creerlo, esto también lo hemos visto) le quita cualquier efectividad al espacio. El calor no entiende si es fin de semana o si es la hora a la que se acaba el turno. Es responsabilidad del ayuntamiento dotar de los recursos para garantizar su apertura en el horario necesario.
– Identificado. Las personas no pueden hacer uso de un servicio si no saben que existe. Los refugios deben estar claramente identificados en el exterior, explicando su horario de apertura y también en páginas web u otras herramientas de información municipal, haciendo especial difusión durante las alertas por calor, para que se pueda ver y planificar con anterioridad a cuál desplazarse.
Si un espacio en tu municipio cumple con todos estos puntos, ¡enhorabuena!, es un verdadero refugio climático. Si no los cumple, pídele a tu Ayuntamiento que añada las características necesarias para que lo sea.