Han sido necesarias cinco reuniones para que los 20 vocales –diez progresistas y diez conservadores–, que tomaron posesión el pasado julio, se pusieran de acuerdo en la designación de la nueva cabeza del Poder Judicial. Desde los siete candidatos iniciales, finalmente este martes han destilado las candidaturas de Ana Ferrer y Perelló, para decantarse por la segunda.
Perelló fue la ponente del auto por el que el Tribunal Supremo rechazó, hace un año, la petición del PSOE de revisar los votos nulos de las elecciones generales del 23 de julio en la provincia de Madrid, al considerar que "la mera diferencia numérica en los resultados" que se aducían en este caso (1.200 votos) no era "base suficiente" para la revisión.
Aunque no era uno de los asuntos que suele llevar, Perelló formaba parte de la Sala de Vacaciones en la que recayó y que consideró que el PSOE no había aportado "datos aritméticos o cálculos estadísticos solventes" que permitieran verificar, "tan siquiera hipotéticamente", la relevancia de la revisión de voto en el resultado final de los comicios.
Actualmente, integra la Sección Tercera de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del TS, donde se encarga de los recursos que emanan de organismos reguladores como CNMV, CNMC o Banco de España, entre otros. También se ocupa de los asuntos relativos al Consejo de Transparencia, transportes, telecomunicaciones y subvenciones.
Responsable en su mayoría de asuntos económicos, ha tenido un perfil poco mediático durante los 15 años que lleva en el Supremo, donde ingresó en 2009. Desde su acceso a la carrera judicial, en 1985, ha pasado por juzgados de primera instancia e instrucción de Mahón (Menorca), la Audiencia Provincial de Barcelona y los tribunales superiores de justicia de Cataluña y Andalucía. También ha estado en la Sala de lo Contencioso-Administrativo de la Audiencia Nacional.
Además, fue letrada del Tribunal Constitucional entre 1993 y 2003 y el año pasado formó parte de la lista que los vocales progresistas lanzaron a sus compañeros conservadores para elegir a los dos candidatos del CGPJ para el TC.
Si bien en esa ocasión no pudo ser, ahora Perelló, cercana a la magistrada y ministra de Defensa, Margarita Robles, se ha erigido como la única candidata capaz de sumar los apoyos de ambos bloques, imponiéndose a nombres como Pilar Teso o Pablo Lucas –percibidos igualmente como moderados– o la también progresista Ana Ferrer.
En la votación final, Perelló se ha impuesto a Ferrer con 16 votos frente a cuatro. La magistrada de la Sala Segunda del TS tenía un marcado perfil progresista, que la hacía una elección complicada para el bloque conservador. Miembro del tribunal que juzgó el 'procés', firmó un voto particular en contra de amnistiar la malversación y otro en el que defendió que el ex presidente andaluz José Antonio Griñán debió ser absuelto de ese mismo delito en el 'caso ERE'.
Perelló se convierte, así, en la primera mujer en ocupar la Presidencia del CGPJ y el Supremo, un requisito que había devenido innegociable para los diez vocales del bloque progresista.
Las fuentes del CGPJ y el TS consultadas se muestran satisfechas con la elección de Perelló, de la que destacan tanto su técnica jurídica como su discreción. "Inteligente e independiente", valoran.
Desde el alto tribunal, la perciben como una mujer "empática", capaz de tender puentes en medio de lo que algunas voces describen como un "mal comienzo" de este nuevo CGPJ por la imagen de polarización que ha proyectado, así como por el "desgaste personal" al que se ha sometido a los demás candidatos.
No obstante, en 2014 firmó una carta, junto a Robles y Celsa Pico –entonces magistradas del TS–, en la que afearon a Carlos Lesmes, que entonces comenzaba su andadura como presidente del CGPJ y del TS, que sólo se dirigiera en masculino a sus compañeros.
La elección de esta magistrada, de 66 años y nacida en Sabadell, llega justo para la apertura del año judicial, prevista para el próximo jueves. Será la primera vez en seis años que la Justicia inicie el curso con un CGPJ renovado.