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Neurorrehabilitación, tras un ictus

Según los datos de FEDACE (Federación Española de Daño Cerebral Adquirido) en España más de 435.400 personas viven con daño cerebral adquirido: más del 80% de los casos tienen su origen en un ictus, y el resto en traumatismos craneoencefálicos y otras causas. (Foto: Quironsalud).

Estos programas disminuyen la mortalidad y mejoran la funcionalidad y la calidad de vida, con independencia de la edad o la gravedad inicial

Redaccion | Domingo 15 de septiembre de 2024
El Hospital Universitario Ruber Juan Bravo y Centro Lescer, han alcanzado un acuerdo para ofrecer un servicio de neurorrehabilitación durante su estancia hospitalaria a los pacientes ingresados en la Unidad de Ictus, con el fin de facilitar su recuperación.

El ictus es la primera causa de muerte en la mujer y la segunda en la población general en España; cada año se producen en nuestro país más de 100.000 episodios de ictus.

Según los datos de la Federación Española de Daño Cerebral Adquirido (FEDACE) en España más de 435.400 personas viven con daño cerebral adquirido: más del 80% de los casos tienen su origen en un ictus y el resto, en traumatismos craneoencefálicos y otras causas.

El Hospital Universitario Ruber Juan Bravo y Centro Lescer han alcanzado un acuerdo para ofrecer un servicio de neurorrehabilitación durante su estancia hospitalaria a los pacientes ingresados en la Unidad de Ictus, con el fin de facilitar su recuperación. Este tipo de programas disminuyen la mortalidad y mejoran la funcionalidad y la calidad de vida de los pacientes incluso meses después del episodio de ictus, con independencia de la edad, la cronicidad o la gravedad inicial.

Centro Lescer, perteneciente a grupo emeis, es un referente asistencial en España para pacientes con patologías neurológicas, que cuenta con un equipo multidisciplinar, formado por más de 60 profesionales –médicos, fisioterapeutas, logopedas, neuropsicólogos, psicólogos, terapeutas ocupacionales y trabajadores sociales–, con una dilatada experiencia que suma cerca de treinta años.

El proceso de rehabilitación

En el proceso de rehabilitación hay fundamentalmente tres factores que condicionan su eficacia: el tiempo transcurrido desde el episodio hasta el inicio de la rehabilitación, la duración de la misma y la intensidad del tratamiento.

Respecto al tiempo transcurrido desde el episodio hasta el inicio de la rehabilitación, se considera que iniciar el tratamiento en el período comprendido entre tres y 30 días desde el episodio suele asociarse a un mejor pronóstico y a una menor estancia hospitalaria, tanto para casos moderados como severos. En todo caso, el tiempo máximo estimado desde el ictus al inicio de rehabilitación no debería ser superior a tres semanas en ictus moderados y cuatro semanas en ictus severos.

En cuanto a la duración del proceso de rehabilitación, hay que tener en cuenta que no todos los déficits se van a tratar igual: por ejemplo, los déficits cognitivo-conductuales y las dificultades de participación, sensoriales e integración usualmente requieren mayor tiempo de intervención que los déficits motores o los de la función y actividad.

Finalmente, por lo que respecta a la intensidad del tratamiento, las guías de práctica clínica existentes recomiendan al menos 45-60 minutos de cada modalidad de terapia específica (logopedia, terapia ocupacional, neuropsicología, fisioterapia, etc.), hasta un total de 3h/día, cinco días por semana.

Es recomendable mantener controles periódicos, para detectar posibles complicaciones o cambios en la autonomía funcional, así como mantener un programa de actividades físico-deportivas y recreativas adaptadas a las particularidades de cada caso.

El programa de neurorrehabilitación puesto en marcha por el Hospital Universitario Ruber Juan Bravo con Centro Lescer se compone de fisioterapia, logopedia, terapia ocupacional, neuropsicología y trabajo social.

En la unidad hospitalaria el equipo de Centro Lescer realiza una valoración y tratamiento exhaustivo durante el tiempo de ingreso, con el objetivo de mejorar los déficits sensoriales, motóricos, cognitivos y conductuales.

En este proceso es muy importante el asesoramiento en productos de apoyo, búsqueda de recursos al alta del hospital, adaptaciones de su domicilio, pautas a la familia y/o cuidadores principales (por ejemplo, posicionamiento, movilizaciones, etc).

De igual manera, un equipo de trabajo social hace una valoración, con el objetivo de asesorar sobre los recursos existentes y la tramitación de la Dependencia y la Discapacidad.

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