La caja negra ya es una realidad dentro del mundo de los coches, desde el pasado 7 de julio de 2024. La UE quiere reducir el número de accidentes con los sistemas ADAS (Sistemas Avanzados de Ayuda a la Conducción, por sus siglas en inglés). Entre ellos, está este dispositivo que registra el momento previo y posterior de un accidente para recabar información de lo sucedido; todos los automóviles nuevos que se comercialicen en la Unión Europea tendrán que contar con la instalación de este elemento.
Todos los automóviles de nueva matriculación en España y en el resto de la Unión Europea deben contar con una caja negra obligatoria. Esta normativa afecta a todos los turismos de clase M1 (aquellos con un máximo de ocho plazas, además de la del conductor), así como a los vehículos comerciales de tipo N1, incluidos camiones y furgonetas de menos de 3.500 kg. de peso.
En realidad, su nombre es Event Data Recorder (EDR) o Grabador de Datos de Acontecimientos, pero se le ha bautizado como 'caja negra' por su similitud con la que llevan los aviones. El objetivo principal de este y otros sistemas ADAS es el de evitar hasta 25.000 muertes y más de 140.000 heridos graves en Europa en los próximos 15 años, según un estudio elaborado por el Parlamento Europeo, e incluso conseguir alcanzar las cero muertes en carretera para 2050.
Hasta hace poco, si te encontrabas con las palabras ‘caja negra’ (que en realidad es de color naranja, para localizarla rápido en caso de accidente), seguramente hubieras pensado que estabas leyendo un artículo relacionado con un avión, un camión o un autobús. Sin embargo, la Unión Europea también estableció que los coches de nueva fabricación lleven una caja negra, con el objetivo de registrar la mayor cantidad de información posible cuando hay un accidente, estando colocada bajo el asiento del conductor, atornillada al chasis y conectada con la centralita del coche.
La función de una caja negra –que en un coche tiene el tamaño de un móvil– es mejorar la seguridad de los coches y sus ocupantes, recopilando información del vehículo y almacenándola para poder esclarecer, a posteriori, qué ha sucedido antes, durante y después de un accidente.
Para ello, la caja negra o sistema EDR recoge y borra, constantemente, información, que únicamente se conservará en caso de accidente grave. De esta manera, si el airbag se dispara, el EDR guardará los 30 segundos inmediatamente anteriores y los cinco posteriores al percance, siempre que el coche esté encendido.
Su inclusión de fábrica aumentará el precio de los nuevos vehículos. Este incremento del precio total de los coches será de entre 300 y 800 euros. No obstante, y pese al incremento tan exponencial del precio de los vehículos, se trata de un mecanismo que promete ayudar a mejorar de forma notable la seguridad en las carreteras.
La información recopilada por la caja negra es anónima y no realiza grabaciones de vídeo o audio. Sólo registra datos en situaciones concretas y no guarda datos personales como el nombre, la edad o el sexo del conductor; ni tampoco los cuatro últimos dígitos del número de identificación del vehículo (VIN). Por lo tanto, no sirve para inculpar a un conductor en un accidente. La función principal de la caja negra es recoger datos para luego analizar las causas de los accidentes.
Además de este dispositivo, los vehículos recién fabricados tendrán que disponer de sistemas adicionales de seguridad, como por ejemplo la instalación previa de un dispositivo de bloqueo por alcoholemia, un asistente de control de velocidad inteligente, un detector de fatiga y somnolencia o una alerta de cambio involuntario de carril.
La caja negra reconoce y graba 15 variantes. Entre ellas, por ejemplo, la velocidad y las revoluciones del motor, la frenada o el funcionamiento de sistemas de seguridad como los cinturones o los airbags, así como la fuerza del impacto frontal y lateral, las condiciones meteorológicas en el momento del impacto u otros parámetros, como el día o la hora.
Para ver e interpretar todos los datos registrados por la caja negra, hay que recurrir al puerto OBD del coche (o desde un puerto propio ubicado en la misma caja negra). Ese acceso estará restringido y no lo podrá ver cualquiera; ni siquiera los talleres, aunque sean concesionarios oficiales. Sólo las autoridades de tráfico tienen acceso a sus datos, en su misión de reconstruir un siniestro.
La gran ventaja de disponer de la caja negra en el vehículo, al tener el registro del comportamiento al volante, es que ciertos conductores sean más prudentes y cometan menos infracciones.
Sin embargo, algunos usuarios puede que se sientan vigilados y tengan cierto estrés por ello, al ser un aparato instalado relativamente hace poco en los vehículos. Habrá que ver el impacto del mismo en los conductores.