Madrid afronta un año decisivo en materia de movilidad, donde se conjugan múltiples factores que configuran el tránsito y la circulación.
La ciudad afronta la ejecución simultánea de una decena de grandes proyectos, entre los que sobresalen:
– El nuevo intercambiador en Conde de Casal, con afecciones estimadas en más de dos años para afluencias en la A‑3 y transporte público.
– Tres soterramientos y renovaciones en túneles (M‑30, M‑40), que provocarán cortes intermitentes y retenciones significativas.
Estos proyectos, emblemáticos por su envergadura, requieren atención y planificación, siendo esencial prever rutas alternativas en horas punta.
Desde el 1 de enero de 2025, los vehículos clasificados como etiqueta A quedan excluidos de la circulación en todo el municipio, a excepción de ciertos vehículos autorizados (históricos, emergencia, movilidad reducida).
El Ayuntamiento ha establecido un período de aviso hasta el 31 de diciembre de 2025, tras el cual comenzarán a imponerse multas de 200 € por acceso indebido, detectado mediante cámaras OCR.
Adicionalmente, los automóviles sin etiqueta podrán aparcar en su zona SER de residencia durante 2025, una medida transitoria que alivia la adaptación
La Dirección General de Tráfico (DGT) ha incorporado medidas recientes, que inciden directamente en la seguridad y fluidez urbana:
– Prohibición general de adelantamiento en presencia de hielo o nieve, con obligación de circular por el carril derecho.
– Obligación del ‘pasillo de emergencia’ en retenciones, detallando cómo deben desplazarse coches, motos y camiones.
– Se prevé uso limitado del arcén por motos, ambulancias y grúas, y nuevas señales de tráfico desde julio de 2025.
– Mayores controles de acceso en ZBE y vigilancia fotográfica, con notificaciones progresivas y posibles sanciones.
– Obligatoriedad de planificar trayectos y evitar zonas en obras, ya que podrían prolongarse en tiempo e impacto.
– Concienciación sobre la movilidad sostenible: prioridad al transporte público, VMP, carriles adaptados, y ajuste de hábitos de conducción ante posibles cierres por eventos o climatología adversa.
Madrid afronta un período clave donde la movilidad y la seguridad vial convergen en decisiones normativas y urbanísticas trascendentes.
Las obras, restricciones ambientales y cambios regulatorios configuran un escenario complejo, que exige una respuesta activa tanto de la administración como del ciudadano. Adaptarse significa:
– Revisar el tipo de vehículo y su etiqueta ambiental.
– Evitar zonas en obras, planificando salidas o adaptándose a contratiempos previstos.
– Cumplir con las nuevas normativas de tráfico, especialmente en condiciones adversas o emergencias.
Para cualquier ciudadano, conductor o empresa con intereses en Madrid, entender el entramado de estas medidas es imprescindible para evitar sanciones y promover una movilidad más eficaz, segura y alineada con los objetivos medioambientales de la ciudad.
Javier Guerrero Guerrero
Guerrero & Asociados, Abogados