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Por la ruta del 'Tren de los 40 días'

La ruta, también llamada 'Vía Negrín', permite caminar por un tramo bien conservado de esta antigua línea férrea. (Foto: Ayuntamiento de Villar del Olmo).

El municipio madrileño de Villar del Olmo alberga parte del antiguo Ferrocarril Estratégico Torrejón-Tarancón

Jon M. Rhode | Domingo 10 de agosto de 2025
Villar del Olmo, en Madrid, alberga parte del antiguo Ferrocarril Estratégico Torrejón-Tarancón, conocido como el 'Tren de los 40 Días', construido durante la Guerra Civil. Esta ruta de senderismo de doce kilómetros permite explorar túneles y vestigios históricos, en un recorrido con valor paisajístico y cultural.

El municipio madrileño de Villar del Olmo esconde parte del trazado del antiguo Ferrocarril Estratégico Torrejón-Tarancón, más conocido como el 'Tren de los 40 Días', una infraestructura construida durante la Guerra Civil y que hoy puede recorrerse a pie a través de una ruta de senderismo.

Tal y como señala José María Olivera Marco, autor de 'El Tren de los 40 días. Ferrocarril Estratégico Torrejón-Tarancón', en la página web municipal, esta vía pretendía evitar el aislamiento de Madrid y mantener conectada la zona centro de la península con el resto del territorio de la República, tras los intentos del ejército franquista de tomar la capital durante el otoño e invierno de 1936-1937.

La ruta, también llamada 'Vía Negrín', permite caminar por un tramo bien conservado de esta antigua línea férrea. Villar del Olmo cuenta con más de seis kilómetros transitables del trazado original y conserva tres túneles históricos: Fuente Elena, Valdelloso y Fuente del Quemado, todos ellos construidos en plena guerra.


El Ayuntamiento ha señalizado un recorrido circular de 12 kilómetros, con dificultad media-alta, que parte desde la plaza Mayor del municipio y permite visitar algunos de los elementos más destacados de esta infraestructura. A lo largo del trayecto, los caminantes pueden acceder a paneles informativos con códigos QR que aportan datos sobre la historia del ferrocarril y el entorno natural de la zona.

Además de los túneles, el trazado en Villar del Olmo conserva trincheras, terraplenes, muros de cantería en seco y la ubicación de la antigua estación del municipio. Todo ello en un entorno de alto valor paisajístico y ambiental, lo que convierte esta ruta en una de las más destacadas dentro de la Comunidad de Madrid por su contexto histórico.

La construcción del Ferrocarril Estratégico Torrejón-Tarancón, nombre oficial de la línea, comenzó en la primavera de 1937 y, a pesar de su nombre, el tren no se construyó en cuarenta días, aunque sí en tiempo récord. Las obras concluyeron en el verano de 1938.

En su ejecución participaron obreros civiles, unidades militares y, en menor medida, prisioneros de guerra y presos políticos. Estuvo en funcionamiento apenas un año y fue desmantelado poco después del final del conflicto.

Impulsado por Juan Negrín, presidente del Gobierno de la República, el proyecto fue en realidad una iniciativa del Estado Mayor del Ejército del Centro y tuvo un uso casi exclusivamente militar.

La línea, de 91,3 kilómetros entre Torrejón de Ardoz y Tarancón, incluía 16 túneles, 11 estaciones y tres puentes sobre los ríos Henares, Tajuña y Tajo, además de numerosas obras de fábrica menores. El tramo de Villar del Olmo sigue siendo, a día de hoy, uno de los mejor conservados del trazado.


Algunos puntos de interés de la ruta

Uno de los puntos más singulares de la ruta es el conocido como Chozo del Guarda, una pequeña construcción del siglo XIX destinada a la vigilancia agrícola. Situado a pocos metros del antiguo trazado ferroviario, el chozo se encuentra en una posición elevada que ofrece amplias vistas sobre lo que un día fueron tierras de cultivo, hoy reconvertidas en monte mediterráneo.

A su lado, un gran pino piñonero destaca entre el paisaje, convirtiéndose en brújula para los visitantes y lugareños que lo utilizan como punto de referencia, incluso desde el arroyo Vega.

En la ruta del Tren de los 40 días también es posible atravesar el Túnel de Valdelloso, de 154 metros de longitud, una de las estructuras más representativas del recorrido.

La construcción se llevó a cabo en condiciones extremadamente difíciles. Aunque se estimaban 8.000 trabajadores, se llegaron a emplear más de 20.000 personas. Este, como otros túneles en aquel momento, se construyeron sin chimeneas de ventilación, por lo que los trenes debían atravesarlos a gran velocidad para evitar intoxicaciones por el humo de las locomotoras.


La ruta también invita a detenerse en los alrededores de Peña Rubia, donde los caminantes podrán descubrir de cerca una antigua leyenda local. En 1836, durante la Primera Guerra Carlista, un grupo de soldados escapó de la cárcel de Alcalá de Henares y llegó hasta Villar del Olmo, donde asaltaron al alcalde y mataron al secretario del pueblo antes de refugiarse en los corrales del lugar.

Desde allí llevaron a cabo diversos asaltos en los caminos cercanos hasta que, meses después, fueron capturados por una compañía de cazadores enviada desde Madrid. Sin embargo, los objetos robados –joyas, monedas y otros enseres– nunca aparecieron. Por ello, la tradición popular sostiene que el tesoro carlista sigue oculto entre los riscos de Peña Rubia, esperando el día en el que vuelvan a encontrarlo.

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