El trabajo desde casa se ha convertido, en los últimos meses, en una situación de emergencia por imperativo sanitario y esto ha producido que millones de españoles hayan desempeñado su labor profesional desde sus residencias. Hoy en día, tanto gobierno, sindicatos, como las empresas en España trabajan no solo en el regreso a la oficina, sino en la creación de espacios en los hogares para que el trabajo que se realice desde ellos, ofrezca las mismas garantías que los entornos corporativos.
Las lesiones músculo esqueléticas causadas por una mala postura o una deficiente distribución del espacio, fatiga visual y mental, hormigueo en las piernas, vértigos, contracturas, lumbalgias, tendinitis, etc… son algunos de los problemas que pueden aparecer en la salud de todos aquellos que, de manera forzosa e inmediata, han tenido que trabajar desde sus hogares y, sobre todo, en aquellos que no tengan adecuado su 'home office'.
En este sentido, conviene señalar el punto de vista del Instituto de Biomecánica de Valencia (IBV), una institución que ayuda a las empresas para innovar en el bienestar de las personas y estudia el comportamiento del cuerpo humano y su relación con los productos, entornos y servicios que desarrollan las personas. En concreto la directora de Innovación del IBV, Rosa Porcar, señala en relación al teletrabajo que “el home office ha venido para quedarse y, por tanto, como espacio de trabajo habitual tiene que cumplir con todos los requisitos e implicaciones de riesgos laborales. Deben estar claras sus consecuencias a largo plazo para la salud del trabajador, dependiendo de qué hacemos y con qué mobiliario estamos trabajando.
La cuestión clave en la configuración del home office es la elección de sillas y mesas, pero también deben tenerse en cuenta otros factores, como la iluminación, la ventilación, las condiciones ambientales, las pausas activas y la alternancia de tareas.
“Si no lo planteamos así, tendremos consecuencias de sobrecarga mental y física. Y eso no nos interesa, ni a los empleados, ni a las empresas, ni a la sociedad. Todos perdemos. Un puesto de trabajo debe ser considerado como lo que es, independientemente de que se encuentre en casa o en una oficina. Y afecta a la productividad y la salud de la persona y de la sociedad en general.
La principal diferencia en la elección de una silla para la oficina o para casa es que, en el caso del espacio de trabajo, la empresa selecciona una gama de sillas que debe ser capaz de ajustarse a personas muy diferentes de altura, peso y características. Y, en el caso del home office, es posible que sólo una o dos personas hagan uso de la silla, por eso debe ajustarse a unos usuarios muy concretos”, explica Rosa Porcar.
La OMS promueve ambientes de trabajo que favorezcan la salud, la seguridad y el bienestar de los trabajadores. En este sentido, existen normas UNE, establecidas por la Asociación Española de Normalización y certificadas por AENOR, que deben contemplar la fabricación de numerosos elementos de trabajo.
Así, las normativas UNE-EN 1335 y UNE-EN 527 establecen criterios claros acerca de las dimensiones y de los requisitos de seguridad, resistencia y de durabilidad de las sillas y las mesas, ya que se trata de productos que deben ser lo suficientemente regulables para acoger una variedad amplia de dimensiones antropométricas de personas, resistentes a los golpes y capaces de soportar un uso intensivo durante un largo periodo de tiempo. Entre otras cualidades, no debe tener aristas ni esquinas vivas y tener la estabilidad suficiente para no volcar.
La empresa española de diseño de espacios de trabajo Actiu colabora con el IBV para que los espacios cuiden la salud de todos aquellos que los usan. La compañía cuenta con sofisticados modelos ergonómicos que acompañan el movimiento del cuerpo y que se adaptan a cada persona y tarea.
Según Soledat Berbegal, consejera y directora de Reputación de Marca de Actiu, “nos han mandado a casa a trabajar, era algo inevitable por la situación que nos ha tocado vivir. Pero, ahora debemos pensar en la salud de todos los empleados. Millones de españoles están trabajando desde sus hogares, y la mayoría de ellos no cuentan con el espacio más adecuado, y lo que es más, sus herramientas de trabajo como son las mesas y las sillas no están siempre preparadas para las jornadas de trabajo intensas que se realizan desde sus hogares. Creemos que un correcto mobiliario de 'home office' es una necesidad para evitar daños a futuro en la salud de todos. El mobiliario de Actiu cumple con las normativas UNE-EN 1335 en el caso de las sillas operativas y la UNE-EN 527 para las mesas de oficina. Porque trabajamos para crear el mejor de los modelos tanto en presencial como en remoto, asegurando la productividad y el bienestar de los trabajadores de igual manera”.