Por ello, desde Eltiempo.es nos ofrecen una serie de consejos y pautas para evitar que se congelen las tuberías y de otros elementos de riesgo durante estos días y garantizar el funcionamiento correcto de todos estos sistemas de la casa y el exterior.
Ante olas de frío muy intensas, los expertos recomiendan abrir los grifos de forma frecuente, para que el agua circule por todas las tuberías. E incluso, dejar un pequeño hilo o goteo. De este modo, el movimiento permanente del agua evitará la congelación del agua en el interior de las tuberías y cañerías.
En el caso de los circuitos de agua que no sean esenciales en invierno, como el riego, lo más adecuado es vaciarlos por completo. Así se evitará que la congelación del agua, al aumentar su volumen, reviente los circuitos.
Asimismo, otra de las acciones que se pueden realizar, especialmente en las tuberías más expuestas es cubrirlas con materiales específicos aislante del frío. Sin embargo, si no disponemos de estos elementos se pueden envolver con papel de periódico, cinta aislante o cualquier otro material que ayude a mitigar los efectos del frío intenso en las tuberías.
Si a pesar de todas estas medidas, las tuberías se congelan, no se recomienda descongelarlas de forma brusca ya que el contraste de las temperaturas brusco, puede reventar. “Es mucho más aconsejable y, siempre que las tuberías estén a la vista aplicar calor seco, como el de un secador de pelo”, aconsejan desde el Consejo General de la Arquitectura Técnica de España (CGATE).
Otra opción es empapar un trapo de agua caliente y ponerlo sobre la superficie de la tubería.
Otro de los aspectos importantes a tener en cuenta es la zona de la llave de paso ya que, ante un posible reventón de las tuberías por frío, debemos cerrarla lo antes posible. De todos modos, en previsión ante posibles incidentes, se pueden llenar cubos o baldes de agua para tener suficiente para tareas básicas, en caso de congelación de tuberías.
Especial precaución hay que tener con la congelación de los combustibles, especialmente con el diésel, con el que funcionan millones de calderas y vehículos.
En España, las temperaturas muy frías, por debajo de los 10 grados bajo cero, pueden llegar densificar o 'cristalizar' algunos componentes de este combustible, que impide su correcta circulación por los circuitos. Aunque, según la normativa, el diésel debe superar el umbral de los 20 grados bajo cero de punto de congelación para su venta.
Es fácil comprobarlo: el motor se parará al arrancar si el diésel está congelado en tu coche. ¿Qué hacer si pasa esto? Llama a un taller para que intenten solucionar e problema o espera a que las temperaturas remonten para que el combustible vuelva a su estado habitual. El diésel se descogela.
Para evitar llegar a esta situación en situaciones invernales habituales, los mejor es prevenir antes de curar. Se aconseja actuar de forma preventiva, evitando dejar el coche en zonas muy expuestas al frío, en calles estrechas o debajo de árboles -comprobando, previamente, si hay riesgo de caída de nieve de las cornisas o de los árboles para evitar males mayores-.
Además, también existen aditivos en el mercado que pueden evitar llegar a ese punto de obstrucción del combustible debido al frío.
Por su parte, en el caso de la gasolina, a diferencia de lo que pasa con el diésel, el punto de congelación es mucho más bajo (107 grados bajo cero), por lo que el combustible no se congelará por frío, aunque sí pueden hacerlo otros elementos, por lo que hay que ser precavido con cualquier tipo de vehículo y comprobar el estado del anticongelante y de otros elementos para evitar daños por frío.
Una intensa nevada o el frío extremo también puede afectar a las señales y antenas de televisión. De ahí que no sea extraño que durante estos días se sufran cortes en TV.
La nieve se suele acumular encima de las antenas y, si se junta mucha encima de la punta donde se aloja la estructura electrónica, puede llegar a obstaculizar el funcionamiento normal de la parabólica. Sería necesario quitar la nieve de la antena si está al alcance o esperar a que se deshaga.
La televisión por cable o por internet está exenta de este problema.