La diferencia de precio entre los tramos horarios aumenta tanto en potencia contratada como en coste de energía, lo que empujará al consumidor a cambiar sus hábitos de consumo hacia un modelo más eficiente, aprovechando los tramos más baratos.
El consumidor puede ahorrarse un pellizco en el montante anual de la factura de la luz si desplaza el consumo de los principales electrodomésticos desde las horas punta hasta las horas valle.
Según ha calculado la OCU, si evita el horario punta al usar la lavadora, el lavavajillas y la secadora puede ahorrar en torno a unos 30 euros al año por cada uno de estos aparatos, sin necesidad de usarlos de noche. Sóo aprovechando el horario valle los días laborables.
Si programan por la noche estos electrodomésticos (o los fines de semana en horario valle), el ahorro puede alcanzar los 130 euros entre los tres electrodomésticos.
Si cuenta con un termo eléctrico, el ahorro podría ser de unos 234 euros si se puede hacer el 100% del consumo en horario valle, algo sencillo si se utilizan relojes programadores.
Otra posibilidad de ahorro que ofrecen las nuevas tarifas es la de tener dos potencias contratadas, una para el punta (que incluye el llano) y otra para el valle, lo que permitirá al consumidor nivelar su consumo en función de la electricidad demandada en cada periodo.
Cada kilowatio (kw) contratado para las horas punta y valle cuesta 30,67 euros al año más impuestos, mientras que el coste de uno contratado para las horas valle es de 1,42 euros por año.
Una vivienda que mantenga contratados 4,4 kW para todo el día pagará 180 euros al año, sólo por la parte fija de su recibo, pero si se reduce la potencia de día a 3,3 kW y se mantiene 4,4 kW sólo en horario valle (noches, fines de semana y festivos), pagará 137 euros al año por el término fijo.
Esto será una cuestión a tener en cuenta por los consumidores, que en la primera factura de junio deberán recibir información sobre los picos de potencia. Con estos datos ya podrán valorar la conveniencia o no de reducir la potencia o no.
Los clientes domésticos se dividen entre los que tienen el Precio Voluntario al Pequeño Consumidor (PVPC) o tarifa regulada (10,7 millones de los que actualmente 9,5 millones no tienen discriminación horaria) y 16 millones en el mercado libre, con contratos muy diferentes.
Para los hogares que tienen contratado el precio regulado PVPC, estos horarios y precios se van a trasladar de forma automática en su próxima factura.
En cambio, para los hogares que están en el mercado libre hay centenares de tarifas eléctricas distintas y en cada una de ellas las empresas comercializadoras tiene libertad para adaptarse de forma diferente.
Por eso, los consumidores deben estar atentos a las comunicaciones que lleguen de su comercializadora eléctrica, para saber cómo van a trasladar a su tarifa las modificaciones que entran en vigor.
Tendrán que comparar su tarifa con las del resto del mercado incluida la tarifa regulada PVPC, porque la diferencia entre las tarifas más baratas, entre las que se encuentra el PVPC, y las más caras puede alcanzar más de 200 euros de diferencia anual.