Pero, también puede ser un momento de debilidad para los compradores compulsivos. Son personas que compran por el mero hecho de sentirse bien. Marina Sangonzalo Candel y Miguel Sánchez Barredo, especialistas en Psicología en los hospitales Quirónsalud Torrevieja, Quirónsalud Valencia y Quirónsalud Murcia, nos comentan que este problema es más común de lo que se cree.
En España, el perfil del comprador compulsivo reúne las siguientes características:
- Mujeres, especialmente.
- Alrededor de 40 años.
- Alta impulsividad
- Adquisición de productos, sin que exista la necesidad y por precios altos
- Problema emocional
Los psicólogos nos hablan de todo lo que ocurre en el cerebro cuando nos vamos de compras:
- Sube nuestra autoestima en un 17%.
- Las hormonas del placer suben y bajan. Se trata de las llamadas dopamina y serotonina, que son las encargadas de mandarnos señales para decirnos que "nos gusta" un pantalón, un vestido… y nos crean la necesidad de tener esos objetos. E, incluso, cuando estamos inmersos en la compra, nos aportan un extra de felicidad.
- Sensación de merecernos una recompensa. Si alguna vez hemos pensado eso de "lo compro, que me lo merezco", debemos saber que esto tiene la explicación en nuestras hormonas. El razonamiento de que nos merecemos un producto u objeto viene directo de la hormona serotonina.
Hay que tener cuidado con las sensaciones positivas que se producen en el cerebro durante las compras, ya que afectan a los compradores compulsivos de forma preocupante.
No pueden controlar su gasto, quieren adquirir cualquier cosa, porque les hace felices o "lo merecen", como si fuera una recompensa. De hecho, este circuito de recompensa se activa más rápido en las personas con adicción a las compras, debido a que pueden encontrarse bajas de ánimo o con poca autoestima y suelen sentirse tentadas con mayor facilidad.
La doctora Sangonzalo nos aporta más información al respecto: "Este trastorno psicológico se denomina oniomanía y suele ser frecuente en personas con alteraciones en el estado de ánimo y una alta impulsividad".
Por su parte, el doctor Sánchez añade que "el hecho de consumir de manera compulsiva es solo la punta del iceberg de un problema emocional, que se arraiga en lo más profundo de la psique de quien lo padece".
Por lo tanto, a la hora de tomar decisiones en nuestras compras, es importante hacer la distinción entre "querer" y "necesitar". En esta línea, los especialistas nos aconsejan que, para evitar compras innecesarias, debemos plantearnos, durante unos minutos, si de verdad necesitamos esa camiseta y esos pendientes, o simplemente se trata de un deseo de ese instante.
El contexto pandémico puede favorecer la adicción a las compras. Y es que éstas pueden llegar a ser muy adictivas cuando, en lugar de cubrir una necesidad material, el propósito es llenar carencias de tipo emocional, afectivo y psicológico. Esto unido a la depresión, la ansiedad, el aislamiento y los hábitos menos saludables podrían causar un aumento de la adicción a las compras.
Además, cada vez es más habitual adquirir productos a través de internet y esto puede favorecer la compra adictiva, puesto que proporciona una falsa sensación de que el gasto es menor, entre otros estímulos.
Así nos lo advierte el doctor Sánchez: "Las compras online pueden llegar a ser incluso más adictivas que las físicas, al no poder controlar la disponibilidad del objeto, la gran sobrecarga de estímulos en la red y la escasa sensación de gasto".
Ante el periodo de rebajas, los especialistas ofrecen cinco consejos para controlar las compras compulsivas:
- Establecer un presupuesto para cada gasto al mes, reservando una pequeña cantidad para dedicarla a 'premios' que podemos adjudicarnos cuando acabe el mes.
- Antes de comprar un objeto que nos apetece, debemos realizar una lista con los puntos a favor y en contra de ese gasto que queremos hacer.
- Formular preguntas como las siguientes: si lo consideramos un gasto o una inversión, cuántas veces lo vamos a utilizar durante la semana, si existe otra alternativa como alquilarlo o que nos lo preste otra persona…
- Comunicar a las personas de nuestra confianza sobre los motivos por los que queremos realizar esa compra. Es vital aprender a escuchar lo que opinan las personas que son importantes para nosotros.
- Detectar los síntomas de alarma, como, por ejemplo, saber si compramos más cuando estamos tristes, tener cosas guardadas en casa a las que no has quitado el embalaje o encontrarse endeudado con frecuencia.
Si creemos que estamos actuando con impulsividad y sin control en nuestras compras, y nos planteamos que podemos tener un problema con ello, los psicólogos nos recomiendan seguir estas pautas para empezar a decidir por nosotros mismos:
- Valorar si realmente existe una necesidad en nuestras compras.
- Observar cómo nos hacen sentir.
- Hablar con los familiares y los amigos de nuestras dudas.
- Pedir ayuda a un profesional para sentirnos apoyados a través de sus indicaciones.
Por último, nuestros especialistas hacen hincapié en que "si la persona no toma conciencia del problema grave, difícilmente podrá salir por sí misma". Por eso, es fundamental contactar con los profesionales ante cualquier sospecha.