De Lozoya a Guadarrama (Ruta norte), de Torrelodones a San Martín de Valdeiglesias (Ruta oeste) y de Patones de Arriba a Nuevo Baztán (Ruta este), el mapa con los itinerarios, localizaciones y películas puede consultarse en la web de la Comunidad, que ofrece también apartados dedicados a Paul Naschy, a 'Conan el Bárbaro', a la trilogía de Simbad o al Madrid distópico de 'El día de la bestia'.
Se trata de una iniciativa de Film Madrid, la oficina de promoción de rodajes del gobierno regional, y tiene un doble objetivo: favorecer el conocimiento de estos escenarios de rodaje para profesionales del cine y fomentar el turismo cinematográfico.
En una época en la que el cine fantástico era una anomalía en España, una de las primeras películas que se rodaron en Madrid fue La torre de los siete jorobados (1944) de Edgar Neville, a medio camino entre el casticismo y la fantasía, según Film Madrid.
El cebo (1958), de Ladislao Vadja; Gritos en la noche (1962), de Jesús Franco, o Ella y el miedo (1962), de León Klimovsky, se situaban ya abiertamente en el terreno fantástico, pero tal vez el título que marcó un antes y un después fuera La marca del hombre lobo (1968), de Enrique Eguiluz, con Paul Naschy, el cineasta que más películas de género fantástico rodó en la Comunidad de Madrid.
En un momento en que España estaba especializada en el rodaje de westerns y el género alcanzaba ya cierta saturación, se planteó la necesidad de ofrecer nuevos géneros exportables con la fórmula de coproducción entre países, para conseguir productos baratos y de gran rentabilidad.
La noche de Walpurgis, de León Klimovsky; La residencia, de Narciso Ibáñez Serrador; Viaje al centro de la tierra, de Juan Piquer; Pánico en el Transiberiano, de Eugenio Martín; No profanar el sueño de los muertos, de Jordi Grau, o El retorno del hombre lobo, de Jacinto Molina son algunos de los títulos rodados entre 1969 y 1981.
Los bosques tenebrosos y oscuros castillos que precisaban esas historias se encontraron muy especialmente en localidades como Talamanca de Jarama, San Martín de Valdeiglesias, Pelayos de la Presa, Navacerrada, Lozoya, Torrelodones o la propia capital.
El género ha seguido vivo hasta nuestros días con rodajes como Verónica, de Paco Plaza, en el distrito de Vallecas; Malasaña 32, de Albert Pintó, en el edificio Montano; o Voces, de Ángel Gómez, rodada en Torrelodones.