Madrid

Año Benlliure, el placer por la escultura

De carácter gratuito, en este itinerario que dura 90 minutos te permitirá conocer la vida y obra de Mariano Benlliure y las peculiaridades culturales, históricas y sociales del Madrid de principios del siglo XX, a través de tres monumentos del parque: Martínez Campos, Cuba y Alfonso XII. (Foto: Ayuntamiento de Madrid).

El itinerario interactivo se desarrollará los sábados y domingos en el Retiro, hasta el 26 de junio

Redacción Salamanca | Martes 19 de abril de 2022
Madrid dedica cada año a un personaje ligado a su historia. Este 2022 se suma Mariano Benlliure, el escultor valenciano que ha firmado monumentos como el de Alfonso XII, el de Martínez Campos o el de Cuba en El Retiro, y de cuyo fallecimiento se cumplen ahora 75 años.

En 2022 se cumplen 75 años de la muerte de Mariano Benlliure, probablemente el escultor que con sus obras más han contribuido a embellecer la ciudad.

Por este motivo, el Ayuntamiento ha decidido celebrarlo con una serie de actividades en primavera y otoño, que incluyen tres visitas guiadas, un itinerario interactivo para público familiar por el Parque de El Retiro, un ciclo de conferencias en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, unos conciertos bajo el Monumento a Alfonso XII y en el quiosco que se encuentra detrás de la Casa de Vacas y, por último, la restauración de cuatro obras públicas del artista.

Benlliure, que tuvo su estudio en un hotelito de la calle de José Abascal, fue un importante gestor de instituciones y proyectos culturales que marcaron una época -director general de Bellas Artes y del primer Museo de Arte Moderno- y ha dejado un importantísimo legado, que hoy podemos disfrutar en los museos, las iglesias, los cementerios y las calles de Madrid.


Para disfrutar en familia

Bajo el lema Mariano Benlliure. El placer de esculpir, entre abril y diciembre se sucederán visitas guiadas, itinerarios interactivos para público familiar, conciertos, conferencias y un amplio proyecto de intervenciones de restauración de los monumentos del artista de titularidad municipal.

Para empezar, proponemos una actividad para disfrutar en familia, porque está pensada para los más pequeños de la casa, a partir de los seis años: el itinerario interactivo ‘Idea y materia, Benlliure en El Retiro’ que, hasta el 26 de junio, se desarrollará los sábados y domingos en el Retiro. Reserva, aquí.

De carácter gratuito, en este itinerario accesible, que dura 90 minutos, te permitirá conocer la vida y obra de Mariano Benlliure y las peculiaridades culturales, históricas y sociales del Madrid de principios del siglo XX, a través de tres monumentos ubicados en este parque: Martínez Campos, Cuba y Alfonso XII.


Juegos y acertijos, para conocer el legado patrimonial

El itinerario, con un cupo de 24 personas, parte de las escaleras del monumento al General Martínez Campos, desde el paseo de Coches o de Fernán Núñez. Desde allí, los participantes, especialmente los niños, no serán meros espectadores, sino que podrán intervenir a través de un diálogo fluido de preguntas y respuestas, y con la ayuda de papel y lápiz resolverán -a partir de la información recabada en cada punto- juegos, pruebas y acertijos que les permitirá conocer el legado patrimonial heredado del Madrid del siglo pasado.

Estos itinerarios se celebrarán los sábados y domingos de abril, mayo, junio, en tres pases de 90 minutos cada día: a las 10.30, 11.30 y 12.30 horas.


Ten en cuenta

El desarrollo de la actividad estará pendiente de condicionantes meteorológicos adversos: podría anularse y no se aplaza a otro día. Si fuera el caso, la información se daría a través del perfil de Twitter del Ayuntamiento de Madrid.

Los menores deben de estar siempre bajo la supervisión de un adulto, no se permite llevar animales durante la visita y te recomendamos llegar al punto de encuentro cinco minutos antes del comienzo del recorrido.


La Restauración de Alfonso XII

Alfonso XII, tal vez escarmentado por el terrible destino de su madre, no sólo consiguió calmar las luchas entre las distintas facciones políticas, sino que además tomo como modelo para España las sociedades avanzadas del centro de Europa.

Firmó la Constitución de 1876 antes de cumplir los veinte años y garantizó durante una década la alternancia entre conservadores de Cánovas y los liberales de Sagasta.

Por desgracia, falleció con sólo 27 años y tuvo que ser su hijo quién tratara de mantener, con grandes dificultades, un sistema que acabaría colapsando en 1931 con la proclamación de la II República.

En cualquier caso, la Restauración había traído a Madrid aires de gran capital, así que a Benlliure, el más aplaudido escultor de su tiempo, no le faltaron encargos durante estas cinco décadas de la historia de España, a caballo entre los siglos XIX y XX, entre el ansia de modernidad y los viejos fantasmas del pasado.


Hijo de un pintor decorativo de Valencia, Benlliure se formó, junto a sus tres hermanos, en el estudio de Francisco Domingo. Más tarde se mudó a Madrid y luego a Roma, donde tuvo un taller abierto durante veinte años y conoció a artistas de prestigio internacional como Lawrence Alma Tadema.

Recibió influencia de los grandes maestros italianos del renacimiento y el barroco, de Miguel Ángel a Bernini, pero también de las corrientes europeas de la Belle Époque, como el verismo italiano -la obsesión por retratar la realidad- o el estilo ecléctico francés. Muy hábil para combinar distintos materiales, los monumentos públicos que hay en Madrid son una sinfonías con claroscuros y matices muy ricos.


La primera obra pública que inauguró en Madrid es una escultura de Bárbara de Braganza (1887), que hoy podemos ver en la plaza de la Villa de París. Se trata del falso histórico, que hizo como pareja de la dieciochesca del esposo de ésta, Fernando VII.

De un estilo mucho más personal es sin duda el monumento a María Cristina de Borbón (1893), cuyo detallado pedestal tiene casi tanto protagonismo como la figura.

Del estatismo de estas efigies reales pasamos al enérgico ímpetu que otorga a los héroes de la nación, como el Teniente Ruiz (1891) de la plaza del Rey; Álvaro de Bazán (1891), en la plaza de la Villa, o el Cabo Noval (1912), en la plaza de Oriente.

De todos, la escultura ecuestre del General Martínez Campos (1907), veterano de la Guerra de África y artífice de la Restauración, es sin duda la que mejor resume su manera de entender el arte. El animal, cabizbajo, muestra todo el cansancio y toda la experiencia del viejo soldado, un personaje que se mide no sólo por el número de sus victorias sino también por su legado político. Situada en una glorieta del Parque de El Retiro, mantiene un interesantísimo diálogo con la escultura, también ecuestre, de Alfonso XII (1922), elevada en lo alto del monumento que preside el estanque.

Muy diferente a los anteriores es el conjunto dedicado a Emilio Castelar (1908), en el paseo de la Castellana. Aquí descubrimos un Benlliure menos realista, cercano a planteamientos alegóricos y con un interesante tratamiento de los volúmenes, que hace de ésta una de sus obras más modernas. En el relieve de los esclavos, las figuras emergen de un fondo a penas desbastado, como hacía Rodin.


Benlliure no sólo retrato a los políticos, también a los artistas de su tiempo, muchos de los cuales fueron buenos amigos del escultor, como el escritor Vicente Blasco Ibáñez o el pintor Joaquín Sorolla, que junto a él forman una magnífica triada de valencianos.

En el jardín de la Casa Museo del segundo se conserva el busto que de éste hizo Benlliure para el filántropo norteamericano y fundador de la Hispanic Society of América, Archer Milton Huntigton, que también encargó el correspondiente del Marqués de la Vega-Inclán, en el zaguán del Museo del Romanticismo.

En el Palacio de Liria, el Salón Estuardo lo preside otro de Jacobo Fitz-James Stuart (1918), decimoséptimo duque de Alba y protector del artista. En la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando hay numerosos vaciados en yeso donados por sus herederos, entre los que destaca por su enorme viveza el retrato junto a su hijo de la pareja del escultor, la cantante de zarzuela Lucrecia Arana.

Y por último, en el Museo del Prado hay una interesante colección de obras de Benlliure, de los que se exhiben en estos momentos los retratos de Faustina Peñalver (1914), mecenas suyo que vivió en el palacio que hoy ocupa la Embajada de Italia; María Purificación Fernández y Cadenas (1915), esposa de Canalejas, y el crítico de arte Jacinto Picón (1906).

Nada más salir nos encontramos con el monumento que le dedicó a Goya (1902) y que fue su primer acercamiento a un personaje de fuerte inspiración para él. Años más tarde, haría el busto del artista que cada año se entrega en los Premios Goya de la Academia de Cine.


Buena parte de la obra de Benlliure fueron encargos para rendir homenaje a la memoria de los hombres y mujeres ilustres. A los Hermanos Álvarez Quintero, renovadores del sainete, les dedicó una placa en la calle de Velázquez, 76, en la que estos posan de perfil como si fueran el relieve de un medallón.

Pero, sus esculturas fúnebres más importantes en Madrid se reparten entre el Panteón de Hombres Ilustres y el Cementerio Sacramental de San Isidro.

En el primero están los monumentos a Eduardo Dato (1928), Sagasta (1904) -acompañado por un ángel y un obrero- y Canalejas (1915), con una extraordinaria representación del peso del muerto. Este es, sin duda, una de sus obras más espectaculares. Y en el segundo, el panteón de los Duques de Denia (1904-1915), que por desgracia perdió todos sus elementos de bronce durante la Guerra Civil, como por desgracia le pasó a tantos bienes de este camposanto, uno de los más bellos de Europa.


Hay más obras de Benlliure en otras instituciones públicas, como el Congreso de los Diputados, que conserva la efigie de Emilio Castelar hablando desde un escaño (1913), o la Fundación Canal, con la fuente en cerámica de los niños, que hoy puede verse en la Sala de Exposiciones de la Plaza de Castilla.

En el Museo Taurino se muestra una pintura al óleo, un busto del matador Marcial Lalanda y un encierro, tema del que se conservan numerosos vaciados y con el que creó escuela. Además, la Capilla del Divino Cautivo guarda un cristo en madera policromada (1944) que sale en procesión tanto el Jueves, como el Viernes Santo.

Mariano Benlliure murió en Madrid 1947. Había recibido los máximos honores: Caballero de la Legión de Honor de Francia, Gran Cruz de la Orden Civil de Alfonso XII y de la de Alfonso X el Sabio.

Sus obras y monumentos pueden verse en Valencia, Zaragoza, Valladolid, Lima, Buenos Aires, Roma o Nueva York, pero es en Madrid donde dejo el mayor repertorio de su creación.

Para facilitar el conocimiento de las actividades del programa, así como la vida y obra de su protagonista se ha habilitado la página web específica.

Conferencias

El ciclo de conferencias, dirigido por Lucrecia Enseñat Benlliure, arquitecta, directora y vicepresidenta de la Fundación Mariano Benlliure, analizará, entre otras cuestiones, quién fue Mariano Benlliure, su formación y, principalmente, su producción escultórica en Madrid. Bajo el título Mariano Benlliure (1862-1947) en la balanza de la Historia, se desarrollará un día a la semana, durante seis semanas consecutivas, desde comienzos del mes de mayo hasta mediados de junio y tendrá lugar en la sala Guitarte de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.

Cuenta con la participación de historiadores, artistas, investigadores y responsables de la protección del Patrimonio Histórico, que estudiarán su obra desde distintos puntos de vista: la parodia y el humor en su época, la innovación y la modernidad, la diversidad y el virtuosismo técnico de sus propuestas, la entrañable amistad que le unió al pintor Joaquín Sorolla o su relación con Archer M. Huntington, fundador de la Hispanic Society of America. Por último, se abordará la autenticación y el problema que supone la ingente cantidad de copias y falsificaciones posteriores.

La actividad tiene un aforo presencial de 480 plazas. Además, todas las intervenciones se podrán disfrutar a través de los canales de YouTube del Área de Cultura, Turismo y Deporte del Ayuntamiento de Madrid.

Música, en El Retiro

El Parque de El Retiro acogerá, en junio, un festival en torno a la música de la época de Mariano Benlliure. Estará presente la zarzuela, patrimonio musical de origen eminentemente madrileño cuya época de esplendor coincidió con la vida del escultor, que convivirá con otros estilos musicales y éxitos americanos importados en secreto y sagazmente adaptados a la realidad española por las orquestas que revitalizaban y acompañaban a la sociedad de las primeras décadas del siglo XX.

La música tuvo una presencia constante en la vida de Mariano Benlliure desde que conociera, en 1895, a su esposa Lucrecia López de Arana Fernández (1867-1927), una de las más destacadas intérpretes del género lírico de su época.

El ciclo, articulado en torno a tres propuestas musicales, aúna patrimonio cultural y experiencias musicales como una forma de aproximación a la vida de Mariano Benlliure. Los conciertos, dirigidos tanto a público adulto como familiar, se acercarán al género lírico y a la música que acompañaba a la sociedad madrileña de los años 20 y 30.


Limpieza y restauración de monumentos


En el marco de la conmemoración del 75 aniversario de la muerte de Mariano Benlliure, la Dirección General de Patrimonio Cultural ha diseñado un amplio programa de limpieza y restauración de los monumentos de titularidad municipal, cuya autoría corresponde, de forma total o parcial, al escultor.

Así, en 2022, se van a desarrollar diversas actuaciones de diferente intensidad en 16 obras del escultor valenciano. Estos trabajos darán continuidad a las labores abordadas en anualidades precedentes, como las intervenciones ejecutadas durante los últimos cinco años en el monumento a Alfonso XII del parque de El Retiro y la llevada a cabo, en 2021, en el conjunto escultórico del cabo Noval.

Los conjuntos monumentales objeto de una restauración más compleja serán el monumento al teniente Ruiz de la plaza del Rey (1891) y el monumento al general Martínez Campos, en el parque de El Retiro (1905-1907).

El Ayuntamiento de Madrid tiene previsto invertir cerca de 200.000 euros en la celebración del Año Benlliure: 100.000 en actividades de difusión del patrimonio cultural y otros 100.000 euros, en acciones de conservación de monumentos.

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