En la consulta de nutrición, sobre todo si se trata de un programa de adelgazamiento, siempre se ha priorizado la pérdida de masa grasa, y para ello se recomienda aumentar la actividad física y realizar una dieta hipocalórica.
"Sin embargo, -señala Belén Fontán Calvo, especialista en Dietética y Nutrición del Hospital Universitario Ruber Juan Bravo-, dado que el foco de atención está en la pérdida de grasa, muchas veces queda descuidada nuestra masa magra, lo cual es un error, porque aunque nuestro objetivo sea la pérdida de peso, el cuidado de la masa magra debe ser igual de importante que la pérdida de grasa.
Hay que diferenciar entre masa muscular, que como su nombre indica solo tiene en cuenta el músculo y que denominamos también masa magra, y la masa libre de grasa (MLG), que además del músculo tiene en cuenta órganos, huesos y agua corporal.
"La masa magra es el único factor modificable sobre el cual podemos intervenir para hacer que el metabolismo basal de un individuo aumente", señala la experta. De forma general, nuestro metabolismo basal se ve marcado por factores no modificables, como son el sexo, la edad, el estado fisiológico (por ej. menopausia), la raza, la presencia de algunas enfermedades –como alteraciones tiroideas–, etc.
Sin embargo, a mayor masa magra, mayor metabolismo basal, y por lo tanto mayor consumo de kilocalorías diarias. De este modo conservar o aumentar la masa muscular favorecerá también la pérdida de masa grasa, ya que habrá un aumento del consumo de kilocalorías por parte del individuo.
Además, el cuidado de la masa magra es fundamental en otros aspectos importantes como son:
"Para el cuidado de nuestra masa magra, debemos obviar el peso o el IMC, ya que no tienen en cuenta la composición corporal; por ello no deberíamos obsesionarnos si la báscula no baja lo suficiente, siempre y cuando esté mejorando la composición corporal", afirma la especialista.
Las claves para el cuidado de la masa magra son: