En la mayoría de los casos, "con conocimiento adecuado sobre cada tipo de dolor, junto con un abordaje holístico e integral de cada caso y atención cercana, se puede conseguir vivir sin dolor de cabeza”, afirma la Dra. Lucía Vidorreta Ballesteros, del Hospital Quirónsalud San José.
(Foto: IStockphoto).
A casi la mitad de los españoles le duele la cabeza de vez en cuando, pudiendo llegar a ser, en ocasiones, un dolor diario y una auténtica pesadilla.
“Lo importante es saber que, en la mayoría de los casos, con conocimiento adecuado sobre cada tipo de dolor, junto con un abordaje holístico e integral de cada caso y atención cercana, se puede conseguir vivir sin dolor de cabeza”, afirma la Dra. Lucía Vidorreta Ballesteros, coordinadora de la Unidad de Cefaleas del Hospital Quirónsalud San José.
Dentro de los dolores de cabeza se incluyen la cefalea tensional, las migrañas o jaquecas, la neuralgia del trigémino, la neuralgia de Arnold o del nervio occipital, la hemicránea continua o paroxística, la cefalea en racimos, la cefalea por ejercicio físico, la cefalea hípnica o nocturna, la cefalea postcoital o la cefalea postCOVID.
La gran mayoría son primarias, pero, en algunos casos, el dolor es secundario a otra patología (hipertensión, malformaciones vasculares, hemorragias intracraneales, traumatismos, tumores cerebrales, infecciones...).
Por ello, siempre son necesarias una historia clínica y evaluación neurológica completas, y, en ocasiones, también un estudio vascular (ecografías doppler) y prueba de imagen (resonancia, tac craneal-cervical).
Pautas para evitar el dolor de cabeza
- Estilo de vida. Existen muchos mitos sobre los dolores de cabeza, pero está claro que el estilo de vida influye. Sobre una predisposición dada a padecer dolores de cabeza, ciertos factores pueden actuar como desencadenantes o agravantes de las crisis de dolor: el estrés, la ansiedad, el mal descanso nocturno, el tabaco, el alcohol, los desajustes hormonales, la obesidad y el abuso de analgésicos, son algunos de ellos.
- Dieta. A lo largo de los años, se han intentado vincular múltiples alimentos y bebidas con el inicio de las crisis de dolor de cabeza. Sin embargo, cada vez existe más evidencia científica que rechaza dietas restrictivas de forma generalizada. Lo que parece más correcto es que, para algunos pacientes en particular, puedan existir ciertos alimentos o compuestos que favorezcan la aparición del dolor. El calendario o registro de los días de dolor de cabeza ayuda a identificar situaciones excepcionales en las que alimentos consumidos 24 horas antes del ataque podrían haber actuado como detonantes. Sólo en estos casos se podría intentar reducir o limitar su consumo. En líneas generales, lo ideal es favorecer una dieta equilibrada y variada, rica en omega 3 y antioxidantes, evitando el exceso de azúcar y comida rápida y procesada.
- Sueño y cefalea. El estrecho vínculo entre el sueño y la cefalea (en particular la migraña, pero también la cefalea tensional) es un fenómeno complejo, en el cual los ataques de dolor pueden ser tanto desencadenados como aliviados por el sueño. Existe un delicado equilibrio entre ambos aspectos: un sueño insuficiente puede originar dolor al día siguiente y cronificarlo en el tiempo, pero un sueño excesivo también.
Se especula que un ataque de migraña puede ser una respuesta extrema y anormalmente compensatoria de este sistema, intentando restablecer el equilibrio. Lo que está claro es que mantener un ciclo sueño-vigilia equilibrado podría reducir los ataques de dolor. Una adecuada higiene del sueño es fundamental, mantener horarios regulares evitando trasnochar, favorecer un entorno de descanso tranquilo y evitar estímulos (dispositivos electrónicos, fuentes de luz artificiales, bebidas energéticas, cafeína) antes de acostarse. Todo ello puede promover un sueño regular y reparador.
“Un paciente conocedor de su tipo de dolor de cabeza y de todo aquello que influye positiva o negativamente en su día a día es un paciente empoderado que, con ayuda experta, tiene muchas posibilidades de cortarle las alas a su dolor”, concluye la Dra. Vidorreta.