Este paraje fue reconocido por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) como Paisaje Cultural del Patrimonio Mundial en 2001, ante su disposición y tradición de cinco siglos, así como el buen estado de conservación.
Así, expertos del Instituto Madrileño de Investigación y Desarrollo Rural, Agrario y Alimentario (Imidra) cuidan de este entorno natural, diseñado en la época de Carlos I y Felipe II.
Los paseos se sitúan a escasos metros del conjunto palaciego, en un espacio abierto para el disfrute de los visitantes. Estos conservan las antiguas canalizaciones de agua –a base de caceras y regueras–, así como gran parte del trazado original, formado por una red de caminos arbolados con ejemplares centenarios, de enorme porte, que fueron dispuestos casi milimétricamente para embellecer el acceso a los Reales Sitios.
Además, este hábitat mantiene aún algunas huertas y más de 32 itinerarios, que suman 34 kilómetros bajo la sombra de tilos, nogales, fresnos, plátanos de sombra, álamos, castaños, chopos y almeces.
A ellos se añaden un millar de olmos de reciente plantación, de una variedad resistente a la enfermedad de la grafiosis, otros 120 tilos y 80 nogales, todos ellos incorporados por el Imidra en los últimos tres años para ampliar este rico entorno.
El Gobierno regional ha pavimentado con zahorra zonas de tránsito, para mejorar el acceso de peatones y bicicletas. Asimismo, en los próximos meses renovará las mesas en la zona de merendero de los paseos de la Princesa y de Colmenar.
Según ha explicado la Administración autonómica, los Paseos Arbolados forman parte de los Sotos Históricos de Aranjuez, situados entre los ríos Tajo y Jarama. Además de su "importancia histórica", tienen un "enorme valor" para la flora y también para la biodiversidad regional, como hábitat de numerosas aves propias de los bosques de ribera, como rapaces, vencejos, golondrinas, pinzones, ruiseñores, jilgueros y grajillas.