Alberto Serrano, concejal presidente de los distritos de Hortaleza y Latina, de Ciudadanos, cuenta a Más Interés Madrid que lleva “mucho acumulado” en el cuerpo desde que comenzó la crisis del covid, pero la “solidaridad brutal” de los madrileños le da ánimos para seguir. En su tarea al frente de los dos distritos, que sufren la emergencia social de manera desigual, se ha tenido que enfrentar “primero a los muertos, luego al hambre, y ahora a la reactivación económica a marchas forzadas”.
Alberto Serrano, concejal de dos distritos no solo alejados geográficamente sino en el grado de afectación por la crisis socioeconómica del covid, ha ido dejando a diario pistas de su actividad en Twitter: reparto de alimentos y donativos, gestiones para abrir cocinas solidarias, trámites administrativos, y lo más duro, confiesa, la puesta en marcha del Palacio de Hielo, en Silvano, como morgue provisional en lo más dramático de la epidemia.
La emergencia social desatada por el covid, competencia directa de las juntas, queda patente en la cifra de alimentos que se están distribuyendo. En Latina, 10.800 personas reciben alimentos, en Hortaleza, son 2.600. Entre ambos distritos, 4.000 personas reciben cestas de la compra quincenalmente -unos 100 repartos diarios-. En toda la capital, según los datos facilitados por la vicealcaldesa, Begoña Villacís, el ayuntamiento “está ayudando a comer a 82.000 personas”.
Mientras, las redes de solidaridad vecinal atienden, según datos recopilados por la FRAVM a 30 de abril, a más de 20.200 personas en todo Madrid, de las cuales 3.500 se apoyan en el tejido de Latina. En Hortaleza la situación no llega al nivel de emergencia alimentaria, pero también los vecinos han recogido alimentos y prestado ayuda a personas vulnerables.
Precisamente entidades vecinales y oposición piden la creación de una mesa de coordinación en los distritos que sume y organice esos esfuerzos, y Alberto Serrano coincide en que “es esencial”. De hecho, defiende que se ha reunido “con todo el mundo porque sin esa colaboración es imposible hacerlo”. También cree que hay “alguna organización que quiere ir por libre, yo lo respeto”, y explica que la polémica con la oposición sobre estas mesas se debe a que el área de Familias defiende que sea “estrictamente técnica”, con asociaciones, Cáritas y servicios sociales, pero sin la presencia de partidos políticos “porque tienen otros foros para para participar”.
En cuanto a la situación en el terreno, para empezar, Alberto Serrano explica que no tiene “absolutamente nada que ver” entre Latina y Hortaleza. En Latina, “la situación es límite”, y no está “ni mucho menos controlada, porque cada día cae una familia más”. Serrano apunta que la denominada cola del hambre que “escandalizó” a los madrileños frente al local de la asociación de vecinos de Aluche, no es la única, sino que en Latina hay “17 colas, de lunes a domingo: no se puede ocultar la realidad”, pero también que “detrás de cada una hay gente repartiendo comida”.
Este desequilibrio de la necesidad tiene su explicación, según Serrano, en que si bien tradicionalmente Latina no es uno de los distritos con peores indicadores económicos, su población cuenta con “muchos trabajadores precarios, en la economía sumergida, que con la parálisis económica se han quedado tres meses sin cobrar y sin derecho a ningún tipo de prestación”. “Se habla mucho de los Ertes y los autónomos -dice Serrano- pero hay mucha gente que no tiene capacidad de cobrarlos”. Su descripción es bien gráfica: “Están cayendo como chinches”.
Más de 10.800 vecinos de Latina reciben ayudas alimentaria desde la Junta, además de los que atiende la red de solidaridad ciudadana del distrito.
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Los contratos de emergencia que se han formalizado en las juntas de distrito tienen dos modalidades, la entrega a domicilio de comidas preparadas, o de cestas de la compra con productos básicos, algo mucho menos “estigmatizante”. Aquí Serrano saca pecho también por haber conseguido este acuerdo pionero con Carrefour, que “entre los dos distritos hace más de 100 entregas a domicilio a diario”. El concejal señala que esta gran superficie “pierde dinero con nosotros”, ya que no solo ha puesto su red logística a disposición del ayuntamiento sin coste, sino que “está financiando la operación”, teniendo en cuenta que la administración paga a 30 o 60 días.
Y lo cierto es, desvela el edil, que “la gran mayoría de grandes superficies lo rechazó, entendían que su red de distribución era para sus clientes”. Por estas razones, defiende Serrano ante quien le criticó que no eligiera tiendas de barrio, no podía pedirles este servicio.
Los servicios sociales además se han enfrentado a algunas situaciones complicadas. Si hasta ahora lo habitual era la concesión de subvenciones económicas ordinarias, unos 300 euros que se ingresan en cuenta, “se ha tenido que abandonar” porque en cuanto llegaba el dinero al banco, se lo comían los números rojos de las familias. Ese caso, sin embargo, no se ha dado en Hortaleza, donde sí se mantienen, y se han aprobado 21 subvenciones exprés, gracias a la supresión de trámites que aprobó el delegado del área de Familias, Pepe Aniorte.
En cuanto a Hortaleza, Alberto Serrano calcula que no hay nadie desatendido. “Hay personas que lo están pasando mal, pero no son tantas y servicios sociales los ha podido atender: los que están fuera los están cubriendo cinco parroquias desde Cáritas”. De hecho, pese a que ha mostrado toda su “disposición” a los servicios sociales del distrito, éstos creen que no es necesario abrir comedores sociales. “Aquí, gracias a la labor tan brutal de los servicios sociales, no hay lista de espera: yo creo que tienen un extra de motivación, porque la inmensa mayoría de los trabajadores son de Hortaleza, están atendiendo a sus vecinos”.
Este fin de semana, por ejemplo, ha “impulsado” una recogida de alimentos con los vecinos de Valdebebas, que se centralizan en la parroquia de San Antonio, iniciativas que también han puesto en marcha otras entidades del distrito, como la Agrupación Deportiva Villa Rosa, que lo donará a Santa Rosalía, así como otras redes de ayuda.
Pero la gestión en tiempos de crisis tiene cientos de derivaciones e imprevistos que solucionar, y Alberto Serrano responde a la pregunta de cómo se enfrenta a uno desde la administración a la situación que “echándole imaginación, yo siempre he sido una persona muy creativa”. Como ejemplo, lo más duro que le ha exigido la pandemia, convertir el Palacio de Hielo de Silvano en una morgue provisional.
El edil relata cómo recibió la llamada de un vecino de Hortaleza, que llevaba 30 horas con su padre fallecido en casa. “Llamé a la funeraria y me dijeron que tenían 600 personas en sus domicilios sin recoger, no había sitio material para dejar cadáveres”. Entonces se puso a buscar alternativas, y cuando alguien del Sermas le comentó que se necesitaría hielo, pensó en la pista de patinaje. Serrano agradece a José Luis Bermúdez de Castro, presidente de Equidosa, empresa que gestiona el Palacio de Hielo, su colaboración. “Fueron todo facilidades”, reconoce el concejal, que apunta que tenía una motivación especial, su esposa había estado grave a causa del covid. También los empleados “tuvieron que trabajar diariamente para mantener el hielo, con un gran espíritu de colaboración”. Por otra parte, destaca que “se han gastado mucho dinero por ejemplo en la electricidad, que no les va a pagar nadie”.
Pero no todo es “imaginación”, también conocimiento administrativo: “La gente no sabe el valor de la UME, si tuvieras que montar un servicio como este con personal civil sería imposible, encontrar gente con los permisos necesarios”. Tan es así, que la Comunidad de Madrid contactó con Serrano para ver cómo tramitar la apertura del segundo tanatorio provisional que se montó en el Instituto de Medicina Legal en Valdebebas. Y un comentario que estremece: ante la falta de espacio en los tanatorios madrileños, “hubiéramos tenido que ir a las incineraciones colectivas, se llegó a poner encima de la mesa”.
Ahora, la siguiente “fase” que se plantea Alberto Serrano cuando Madrid pasa a la fase 1, es la reordenación presupuestaria de la Junta para afrontar la necesidad social que deja el covid. “Lo que teníamos previsto no nos vale absolutamente para nada en esta situación”.
Así que la tarea es revisar qué contratos municipales no se pueden celebrar, “habrá que pasarlo al superávit y reforzar el presupuesto de servicios sociales”. Sólo en los contratos de las escuelas infantiles municipales, que se han mantenido en su proyecto educativo pero no en los servicios de comedor, “supone un ahorro de 10.000 euros por escuela al mes, ese extra de dinero se puede meter en la partida de servicios sociales, que ya está arrasada”.
Otras cuestiones a abordar son, por ejemplo, cambios en actividades culturales. “Estamos valorando actividades culturales en la calle, por ejemplo, clases de yoga, así mantenemos la distancia social… hay que darle una vuelta a todo esto”.
También está sobre la mesa qué medidas tomar en los colegios y actividades infantiles: aunque la Coordinadora de Ampas del distrito de Hortaleza le presentó una serie de peticiones de higiene, seguridad y movilidad, Serrano apunta que la mayoría “no dependen de mí, habrá que dirigirse a la Consejería de Educación”, aunque se muestra dispuesto a trasladar las necesidades.
En cuanto a campamentos urbanos y ludotecas organizados por los distritos que permitan conciliar la vida laboral y familiar en este verano tan atípico, el edil señala que “los mantenemos, aunque no sabemos si se llegarán a celebrar, si los padres van a querer y las circunstancias lo van a permitir”. Ya ha recomendado a algunas asociaciones, como la de Manoteras, que el presupuesto de sus Noches del Huerto lo dediquen a esta actividad de conciliación: en vista de que no habrá fiestas de distrito, esas partidas pasarán a nutrir las sociales.
A la pregunta de si se han habilitado suficientes espacios peatonales para pasear y hacer deporte en Hortaleza durante la desescalada, Serrano responde que no: “Yo propuse algunas calles como Gran Vía de Hortaleza, pero me dijeron que las aceras ya eran muy anchas aquí”, pero también apunta que la decisión se tomó con los informes de Policía Municipal, “con una visión global”.
La cuestión es que el cuerpo no disponía de suficientes vallas y conos para señalizar todas las calles cortadas en Madrid, así que se trató de “priorizar sitios con mayores concentraciones”. En cualquier caso, añade, “yo estaba en otra guerra”, la de abrir los grandes parques, algo que por fin se ha hecho en fase 1. Los parques de Valdebebas-Felipe VI, Juan Carlos I y Juan Pablo II, han abierto este lunes, aplaude el edil.
Eso sí, cree el edil que “con algunas medidas sanitarias -como las mascarillas- se puede prescindir de peatonalizaciones”, y desdramatiza el miedo que han desarrollado muchos ciudadanos a la hora de salir a la calle. “Hace tres meses la gente se lo tomaba a cachondeo, pero ahora parece que esto es Chernobil”.
Y además, toca la reactivación económica. Si esta semana la Junta prepara las medidas sanitarias para que abran los mercadillos municipales -en Hortaleza, en Alcorisa y la carretera de la Estación- también está empezando a tramitar licencias de terrazas. Hay un “aluvión tremendo”, avanza Serrano. “De momento llegan las que tenían licencia”, pero también están pidiendo permisos bares y restaurantes que no la tenían anteriormente, en un distrito "muy residencial" donde no hay demasiadas.
La reactivación económica “tiene malas perspectivas”, augura el edil, especialmente para pymes y autónomos. “La mayoría de la gente cuando vuelva a su negocio va a estar arruinada, hace falta un reinicio”.
Pero también saca una enseñanza positiva, un enfoque de resiliencia: “Yo creo que es un momento histórico, mucha gente se ha percatado de que tiene que ayudar, y hay una red de solidaridad brutal. La gente se ha tomado esto como la guerra de nuestra generación, nos viene un invasor y tenemos que apretar filas y ayudarnos a sobrevivir colectivamente”.
En estos dos meses y medio de estado de alarma, mientras, han tenido que suspenderse los plenos de los distritos, que se han sustituido por juntas de portavoces telemáticas. Alberto Serrano dice que está “deseando” que vuelvan los plenos, aunque considera que el debate que se ha mantenido en estas juntas de portavoces “no ha diferido mucho de un pleno”. Con la salvedad de que “la gente no percibe nada, estamos en situación de clandestinidad y eso es muy negativo”.
Por otra parte, comenta, estas reuniones de portavoces, que ha permitido intensos debates e intercambios de ideas, han tenido “una parte positiva, que como no hay público, hay menos teatro”. El concejal de Ciudadanos también muestra su agradecimiento a Miguel Montejo, Ramón Silva e Inmaculada Sanz, concejales de Más Madrid, PSOE y PP en el distrito, así como al resto de vocales vecinos, su tono y colaboración -salvo a Vox, que “está desaparecido, no quieren participar… ellos sabrán”- y espera que en junio se celebre de nuevo el pleno. “Espero que vayan todos los vocales” -no solo la mitad, como proponía el Ayuntamiento- y aunque sea con restricciones de aforo, que vuelvan los vecinos que además lo podrán ver en streaming, como siempre. “Si no cabemos, probablemente nos tendremos que trasladar al centro cultural Carril del Conde”.