La plataforma recuerda en su petición que la demolición de estas edificaciones centenarias para dar paso a un gran gimnasio con 300 plazas de aparcamiento subterráneo "transformaría para siempre el único rincón del antiguo pueblo que no ha cambiado nunca", un gimnasio que consideran innecesario -cerca hay unas instalaciones deportivas cerradas hace años- y que además de destruir la fisonomía de la zona, traería tráfico a un barrio de calles estrechas.
Pese a que la Dirección General de Patrimonio de la Comunidad de Madrid estableció una serie de requisitos para conservar el carácter de la zona y los restos arqueológicos que hay bajo ella -las antiguas bodegas del pueblo de Hortaleza- a día de hoy, pasados cuatro años, los vecinos se quejan de la "opacidad de los Paúles e Ingesport", pero temen que sigan trabajando en el proyecto, ya que en febrero el Ayuntamiento autorizó la tala de casi 100 árboles en la parcela, alegando en un informe que estaban "secos" o "enfermos" y no se podrían trasplantar de cara a una futura obra, pese a no existir licencia.
Por esta razón, la Plataforma en Defensa del Casco Antiguo de Hortaleza teme que "será cuestión de tiempo que los promotores consigan la licencia de obra: solo el rechazo masivo del vecindario podrá salvar el casco antiguo de Hortaleza".