El séptimo arte se paseó por Madrid imitando al Hollywood más auténtico y encontró en Chamartín una parada de excepción. Cintas rodadas en sus calles, referentes de la industria, salas, directores y hasta la sede del No-do (Noticiarios y Documentales Cinematográficos) y los famosos Estudios Buñuel lo escogieron para ubicarse.
La primera parada es una placa en la calle del Segre que recuerda al conocido director de cine Rafael Gil. En el texto se hace mención a que realizó nada menos que 68 películas durante su carrera. Entre ellas, un mediometraje dedicado al Real Madrid y a uno de los edificios más conocidos y fotografiados de la capital que también es vecino del distrito y lo fue del propio Gil: el estadio Santiago Bernabéu.
Junto a Juan de Orduiba y José Luis Sáenz de Heredia, fue uno de los directores estrella del cine español de los años cuarenta y cincuenta. Autor de filmes como Eloísa está debajo de un almendro, El clavo o La calle sin sol, la historia del cine español difícilmente se puede contar sin él.
Estudios Chamartín y el NO-DO
El popular NO-DO (acrónimo de Noticiarios y Documentales) es otro de los referentes históricos que tuvo su sede en Chamartín. Concretamente, en la calle de Joaquín Costa, donde se producía para todas las salas del país lo que durante años se proyectó como antesala de los filmes de forma obligatoria.
Desde 1943, esta herramienta política presentaba los acontecimientos nacionales y extranjeros a modo de noticiario. Inauguraciones, gestas deportivas y ecos de sociedad tenían cabida en este espacio, que varias generaciones guardan en la memoria: difícil de olvidar para muchos su sintonía, de Manuel Parada, y sus voces, primero Matías Prats padre y después, Joaquín Ramos.
En 2017 se anuciaba que se crearía un Museo del Cine, para el que el Ministerio de Cultura de Fernando Betanzos había abscrito el edificio del antiguo NO-DO, que cuenta con más de 4.000 metros cuadrados. Un proyecto que, en la actualidad, sigue paradado y pendiente de decisiones.
Los archivos del NO-DO, que se encontraban en ese edificio, cerca de 70.000 negativos, están depositados en el Centro de Conservación y Restauración (CCR) de la Filmoteca Española y se han digitalizado en su totalidad para acceso público.
Si la ubicación del NODO ya había hecho del distrito un referente en el mundo de la imagen y comunicación de nuestro país, los Estudios Buñuel terminarían de hacerlo.
Se trata de unas instalaciones que no podían estar más relacionadas con Chamartín, pues se situaron en un edificio que fue sede de los también desaparecidos Estudios Cinematográficos Chamartín. Fue en 1941 cuando estos famosos platós vieron la luz, como también lo hicieron los Estudios Sevilla Films, estos a la altura de lo que es hoy la avenida de Pio XII, 4.
Los Estudios cinematográficos de Chamartín fueron un proyecto realizado en 1935 por Rafael Bergamín, uno de los más importantes representantes de la arquitectura racionalista española y responsable de la colonia El Viso. Se inauguraron el 17 de abril de 1941, con 32.000 metros cuadrados, cinco platós y mucho terreno para rodar exteriores.
Gardner, Davis y Heston, de paseo por Chamartín
Cuentan que era frecuente ver, nada menos, que a actores de la talla de Ava Gardner, Bette Davis, Charlton Heston por las calles del barrio cuando los estudios Chamartín fueron adquiridos por Samuel Bronston, en los años 60, que los utilizaba para sus grandes superproducciones.
Títulos tan conocidos como 55 días en Pekín o La Caída del Imperio Romano, salieron de sus platós, transformando la vida de unos vecinos que miraban atónitos el trajín del mundo del cine caminando por sus vías.
Los Estudios Buñuel, por su parte, serían testigos de las grabaciones del mítico Un, dos, tres de finales de los 80 y cerrarían un capítulo de la historia de TVE con el popular Masterchef, que aún sigue produciéndose desde otras instalaciones del ente público, pues el edificio comenzó a ser derribado para la construcción viviendas en 2015.
Parece que la historia de Chamartín iba a permanecer para siempre ligada al cine. Tal vez fuera esa la razón por la que sus vecinos contaron también con cines que los amantes del séptimo arte sitúan entre los llamados ‘históricos’: de esa colección, los míticos Roma o De la Rosa, un cine exclusivo para los marines que vivían en el Edificio Corea o en La Moraleja y trabajaban en la base de Torrejón de Ardoz, que luego se transformaría en el Juan de Austria.
Madrid, Costa Fleming
Y como en este recorrido por claquetas, cámaras y fotogramas no podía faltar una película relacionada con el distrito más ‘cinematográfico’ de Madrid, ahí va el apunte de Madrid, Costa Fleming, dirigida por José María Forqué. Historias de inquilinos y vecinos de un nuevo bloque de apartamentos que acaba de construirse en la calle del Doctor Fleming, en pleno boom inmobiliario, son las bases del argumento de esta película española que se ambienta también en Chamartín.
Tras este rápido paseo imaginario, no hay duda de que la magia de la gran pantalla recorre las aceras de las calles del distrito de Chamartín. Hay más rincones secretos relacionados con el séptimo arte, pero descubrilos queda en sus manos...