Las mechas balayage y californianas son dos de las técnicas más demandadas en los salones de belleza. Desde StudioD (Barcelona) y Menta Beauty Place (Madrid), nos hablan sobre ambas: cómo se hacen, qué las diferencia, qué se consigue con cada una y en qué tipo de tonalidades quedan mejor.
StudioD es uno de los salones de belleza más frecuentados en el barrio de Sants de Barcelona, donde Danilo Da Silva, su director manager, trabaja a diario las mechas, tanto balayage como californianas: “Las californianas hacen el efecto de degradación natural del cabello, pero más marcadas, pudiendo dejar un tono más sutil o suave, o extremado en las puntas".
El balayage es una técnica francesa de aclaración, que empieza a unos centímetros de la raíz, haciendo una degradación del color no sólo en puntas, sino en todo el pelo y de forma más natural, incluso podemos jugar con contrastes entre los tonos naturales del pelo y las mechas, sin que se vea el marcado. Y, aunque se pueden trabajar sobre cualquier base y tipo de melena, Da Silva nos da un consejo: “Es muy importante mantenerlas con buenos productos profesionales para que no se desvanezca el color o no se oxiden de forma rápida”.
Inmaculada García, directora de formación en los centros Menta Beauty Place (Madrid), destaca de las balayage la naturalidad, dimensión y luminosidad que aportan al cabello.
“Consisten en barrer el color desde la raíz hasta las puntas, utilizando decoloración con pincel y a mano alzada. Pueden utilizarse decoloraciones al aire, para conseguir degradados más sutiles o decoloración cubierta, para conseguir aclarar más tonos. El resultado dependerá de la destreza del colorista, ya que es una técnica muy personalizada y es necesario tener un gran dominio y saber aplicar la mecha e ir difuminando para conseguir un aclarado mayor en las puntas". El resultado es muy natural, ya que al estar difuminadas no se aprecia dónde empieza y acaba la mecha.
Sobre las mechas californianas, lo más reseñable es que buscan imitar el efecto del sol sobre el cabello, pero aplicadas de medios a puntas con el contraste entre el color de la raíz y las puntas muy marcado, viéndose perfectamente donde empiezan la mechas. “Dan muchísima luz al cabello, aunque son más agresivas que las balayage, ya que tenemos que cardar previamente el pelo y aplicarle una decoloración utilizando papel de aluminio, para que no se oxide”.
Como mantener las mechas y en qué cortes favorecen más
La mayor ventaja de las balayage y californianas es el escaso mantenimiento que necesitan, ya que se pueden retocar cada cuatro meses. Al no tocar la raíz, no se percibirá el crecimiento natural del pelo.
“Aún así, debemos mantener el cabello muy nutrido con productos específicos como acondicionadores o mascarillas, porque el cabello decolorado siempre tiende a ser más seco, incluso con champús violetas o azulados para que nuestra mecha no tienda a tonos indeseados como amarillos o anaranjados. Pero, si esto nos ocurre, siempre podemos volver a aplicar, entre retoques, un tratamiento de color para refrescar la mecha y que nos luzca siempre como el primer día”, aconseja Inmaculada García, de Menta Beauty Place.
En cualquiera de los siete salones que tienen en Madrid, una experiencia 'mechas' oscila entre los 100-150€, dependiendo del trabajo a realizar y del protector capilar utilizado para prevenir posibles daños durante la decoloración, muy importante para que nuestro cabello se mantenga siempre sano. En verano, son especialmente demandadas.
“Las mechas californianas quedan mejor en melenas largas y en cabellos claros, porque en los oscuros aportan demasiado contraste, y el cabello decolorado siempre va a tender a mostrar tonos anaranjados. Por el contrario, las mechas balayage son favorecedoras en todos los largos y tonos de pelo. En rubios, quedan fenomenal tanto tonos fríos (platinos, grises, cenizas o arenas) cómo tonos cálidos (dorados, miel o castaños) más utilizados durante los meses de verano ya que sientan mejor en pieles bronceadas. En cabellos oscuros, son más favorecedores si los iluminamos con tonos cálidos; la elección de colores chocolate, marrones, avellana o miel, incluso cobres para las más atrevidas, son la mejor opción”.