Los expertos recomiendan el uso de gafas, bien de sol o de vista, y evitar las lentillas, para proteger los ojos de la calima que las previsiones meteorológicas apuntan que llegue a la Península durante Semana Santa.
La llegada de la borrasca Olivier, que provocará inestabilidad y precipitaciones en varias regiones, también traerá la entrada de polvo en suspensión, conocida como calima, que podría provocar cielos turbios y afectar a la calidad del aire en la mitad sur peninsular.
El polvillo propio de la calima, que proviene del desierto del Sahara, tiene efectos negativos para la salud. En los ojos, se mezcla con la película lagrimal que protege la superficie ocular y, por ello, se puede notar sensación de arenilla después de un paseo por la calle. Las personas con sequedad ocular notarán de forma más intensa este fenómeno, según han advertido los oftalmólogos.
Algunos de los efectos más comunes de la calima en los ojos son irritación ocular, que se da cuando el polvo entra en contacto con la superficie del ojo y provoca picor, enrojecimiento y sensación de arenilla; o sequedad ocular, al reducirse la humedad relativa del aire, los ojos se pueden secar más fácilmente, especialmente en personas que ya padecen síndrome de ojo seco. Además, se pueden producir reacciones alérgicas, provocando ojos llorosos, hinchazón o picazón.
Proteger los ojos
Para proteger los ojos de este fenómeno, desde el Instituto Oftalmológico Fernández-Vega han sugerido que, además de usar gafas, se emplee una gorra con visera para limitar la entrada de polvo y se evite la práctica de deporte al aire libre. En caso de que entre polvo en los ojos, han apuntado la utilidad de enjuagar con suero fisiológico.
Entre las recomendaciones, también han destacado la importancia de beber mucho líquido y mantener el ojo hidratado mediante el uso de lágrimas artificiales, que permiten refrescar, aliviar y eliminar el polvillo retenido en la lágrima. El suero fisiológico también se puede emplear para lavar tanto la boca como las vías nasales, que también se ven afectadas con este polvillo del desierto.
Para evitar respirar el polvo, han propuesto llevar mascarilla allí donde haya grandes concentraciones de polvo en suspensión, así como para aquellas personas que tengan problemas respiratorios, para garantizar una protección completa.
Por último, si la irritación no remite en unos días, se debe acudir cuanto antes a un oftalmólogo para que realice una valoración.