El alcalde, José Luis Martínez-Almeida, acompañado por el concejal del distrito, Ángel Niño, y familiares de la historiadora, ha descubierto la placa de Carmen Garrido en la hasta ahora conocida como calle de Ricardo Ortiz posterior, en reconocimiento a su bagaje profesional en el mundo del arte y la cultura.
El cambio de denominación de la vía lo aprobó el pasado septiembre la Junta de Gobierno, tras el visto bueno de la Junta Municipal de Ciudad Lineal en julio de 2021.
Almeida ha ensalzado “la extraordinaria labor de esta madrileña, que alcanza un relieve profesional muy importante como jefa del Gabinete de Documentación Técnica del Museo del Prado, que es lo mejor de la historia de España”. Carmen Garrido estaba especializada en documentación e investigación técnica de la pintura para su musealización, conocimiento y conservación.
Según ha destacado el alcalde, “en nuestra memoria debemos tener un rincón para todas las personas que no son públicas, como Carmen Garrido, pero que cada día hacen un Madrid mejor”, porque “una ciudad sin memoria es una ciudad sin alma y sin corazón”.
Por su parte, Niño se ha mostrado “orgulloso” por incorporar “el talento de una figura tan importante para el arte y la museología” al callejero del distrito. “En un momento en el que buscamos referentes femeninos para inspirar a nuevas generaciones, Carmen Garrido representa un ejemplo a seguir”, ha apuntado.
Una vida dedicada al arte y la investigación
Garrido estudió Historia del Arte en la Universidad Autónoma de Madrid, donde se licenció y doctoró en 1979. El título de su tesis, Contribución al estudio de pinturas hispanoflamencas y renacentistas utilizando los métodos fisicoquímicos de examen científico, es indicativo del ámbito al que dedicó sus investigaciones: el análisis físico y químico de la pintura como procedimiento de investigación de la técnica utilizada por los artistas en sus trabajos creativos.
Además, amplió sus trabajos de investigación analizando el estado de las obras en instituciones como el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York, la Pinacoteca Antigua de Múnich o la Universidad Católica de Lovaina.
Trabajó en la Escuela de Restauración de Madrid, en el Laboratorio del Instituto de Conservación y Restauración y, en 1980, inició su trabajo en el Gabinete de Documentación Técnica del Museo del Prado, del que fue jefa entre 1982 y 2012. Su trabajo estuvo dedicado a los pintores de inicios del siglo XV y del XX como Pablo Picasso, lo que le llevó a examinar el Guernica; en total, analizó más de 2.000 obras.
Fruto de sus investigaciones y estudios técnicos son las numerosas publicaciones en diferentes formatos, libros, artículos o monográficos y su participación en exposiciones, cursos y conferencias, así como en congresos técnicos.