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La restauración permite apreciar la composición tal y como la concibió el maestro italiano Guido Reni

Restaurada la luminosidad de 'Hipómenes y Atalanta', una de las obras más importantes del Museo del Prado

'Hipómenes y Atalanta', de Guido Reni (1618-1619). Óleo sobre lienzo, 206 x 279 cm, Museo Nacional del Prado. Se trata de una de las obras icónicas de la colección del museo, que se vuelve a exhibir una vez restaurada, gracias al mecenazgo de la Fundación Iberdrola España.
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'Hipómenes y Atalanta', de Guido Reni (1618-1619). Óleo sobre lienzo, 206 x 279 cm, Museo Nacional del Prado. Se trata de una de las obras icónicas de la colección del museo, que se vuelve a exhibir una vez restaurada, gracias al mecenazgo de la Fundación Iberdrola España. (Foto: © Museo Nacional del Prado)
Por Mª del Carmen García
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cgarciamasinteresmadridcom/8/1/8/25
martes 18 de octubre de 2022, 09:52h
El Museo del Prado ha presentado la restauración de la obra 'Hipómenes y Atalanta' (1619), de Guido Reni, que se puede contemplar en una instalación especial en la Galería Central, hasta la primera semana de noviembre. Posteriormente, participará en una exposición que prepara el Städel Museum de Frankfurt.
Imagen de la instalación especial 'Hipómenes y Atalanta', en la Galería Central del Prado.
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Imagen de la instalación especial 'Hipómenes y Atalanta', en la Galería Central del Prado. (Foto: © Museo Nacional del Prado)

El pintor Guido Reni es uno de los barrocos italianos mejor representados en el Museo del Prado. De enorme fama en su momento, cayó en el olvido durante los años posteriores al surgimiento de las vanguardias pictóricas. Será recuperado a raíz de una gran retrospectiva organizada en Bolonia, su ciudad, en 1954. Desde entonces sus obras se han equiparado a las de otros grandes maestros del Renacimiento y Barroco.

Una de las obras más célebres de Guido Reni, Hipómenes y Atalanta, que formara parte de la colección de pintura de Felipe IV y que ingresó en el Museo del Prado en el mismo momento de creación, se puede contemplar ahora en una instalación especial ubicada en la Galería Central. Gracias a su reciente restauración y a la dotación de un nuevo marco, se podrá apreciar la composición tal y como la concibió el maestro italiano.

Los trabajos de restauración, que se desarrollan al amparo del apoyo que ofrece cada año la Fundación Iberdrola España, protector del Programa de Restauración del Museo Nacional del Prado, han puesto de manifiesto que verdaderamente se trata de una obra dotada de una gran luminosidad y fuerza expresiva, lejos de la apariencia 'caravaggiesca' que había adquirido con el envejecimiento de los materiales al pasar los años. Durante esta intervención, que ha durado nueve meses, se ha advertido la existencia dos bandas añadidas en las zonas izquierda e inferior que no eran originales del maestro, restituyendo igualmente su visión original.

La obra podrá admirarse en esta instalación especial hasta la primera semana de noviembre de este año, fecha en la saldrá del Museo para participar en la exposición sobre Guido Reni que, en colaboración con el Prado, prepara el Städel Museum de Frankfurt.

En 2023 regresará para estar presente en la gran exposición del Prado sobre Guido Reni (marzo-julio de 2023), donde compartirá espacio con la versión análoga que conserva el Museo de Capodimonte.

La restauración

Los principales objetivos de la restauración, realizada por Almudena Sánchez, han sido, por un lado, la eliminación de los barnices oxidados que transmitían una tonalidad amarillenta a la pintura, especialmente cálida sobre las carnaciones de Atalanta e Hipómenes y, por otro, la regeneración de las zonas alteradas y opacas.

Antiguas intervenciones fueron la causa de los numerosos y extensos repintes que, con el paso del tiempo, se fueron degradando hasta convertirse en auténticas manchas muy perturbadoras que han llegado hasta hoy y que eran otro factor muy negativo para el aspecto estético de la obra. Además, se reenteló el cuadro y se amplió el tamaño de la obra con dos bandas de lienzo, una de 7 cm en su borde izquierdo y otro, de 13 cm, añadido a su borde inferior, alterando con ello el tamaño original de la composición.

Afortunadamente, se ha recuperado la transparencia del barniz, a través del cual se aprecia el color de la pintura que había permanecido oculta. Buen ejemplo de ello es la recuperación del pelo de Hipómenes, en el que la opacidad del barniz había anulado el tono castaño y el volumen de los rizos situados en la zona de atrás de la cabeza.

Pero, la zona más determinante para la recuperación del espacio y de los distintos planos de la composición era, sin duda, la franja correspondiente al mar, la cual respondió positivamente al tratamiento, de forma que la capa blanquecina y opaca fue tornándose, poco a poco, transparente aflorando a la superficie el azul oscuro del mar.

Durante la última fase de la restauración, se ha procedido a la reintegración cromática de todos los daños y faltas de color que habían quedado al descubierto tras la eliminación de los viejos repintes que las ocultaban. Especialmente destacable es la reintegración de la pérdida que seguía la línea de la costura de un extremo al otro del cuadro, pasando por los cuerpos de los dos personajes, fundamentalmente la recuperación del bellísimo perfil de Atalanta, en el que ahora podemos apreciar la delicadeza de sus facciones y el sutil sonrosado de sus mejillas.


Una vez finalizada la restauración se puede apreciar una imagen de la obra mucho más cercana a la que concibió Guido Reni, por la recuperación de la luz, del colorido y del espacio en el que se desarrolla la escena y, sobre todo, porque las dos impactantes figuras de Hipómenes y Atalanta, recuperan la fuerza de las anatomías y la nitidez de las carnaciones elaboradas a base de sutiles sombras con las que Guido Reni va modelando los cuerpos en movimiento, esos bellísimos cuerpos que siempre han cautivado al espectador y que ahora lo hacen con mayor intensidad.


La obra

Se trata de una de las obras más célebres y controvertidas de este artista y, en términos generales, del barroco boloñés. Ese cuadro formó parte de la colección del marqués Giovan Francesco Serra, colección que fue adquirida en 1664 por Gaspar Bracamonte y Guzmán, conde de Peñaranda y virrey de Nápoles desde 1658 a 1664, con destino a Felipe IV. Ingresó en el Museo Nacional del Prado con los fondos fundacionales y estuvo expuesta en la Sala Reservada, de 1827 a 1838, junto a 73 obras más de desnudo.

La historia narra cómo Atalanta, hija de un rey de Arcadia, se había ofrecido en matrimonio a aquél que fuera capaz de vencerla en la carrera, deporte para el que había alcanzado una habilidad sobresaliente. El castigo establecido para todos aquellos que fueran derrotados era la muerte. A pesar del riesgo, Hipómenes aceptó el desafío, contando para ello con la ayuda de Venus, que le proporcionó tres manzanas de oro que el joven fue arrojando a su paso, logrando con ello retrasar a Atalanta que se detuvo a recogerlas.

Sin embargo, una vez casados, Hipómenes olvidó agradecer la ayuda de la diosa que había propiciado su victoria, la cual terminó metamorfoseando a los dos en leones. Reni resuelve la composición colocando ambas figuras en primer plano, creando así una estructura diagonal que refleja un momento concreto de la narración, cuando Hipómenes lanza una manzana que Atalanta recoge, circunstancia que al final será la causa de su derrota.


Muchas de las características esenciales del arte de Reni están presentes en esta pieza fundamental de su catálogo. Su clasicismo se manifiesta, no como ropaje arqueologizante sino más bien como motivo de reflexión formal, en las vigorosas anatomías o en la distribución en friso de los personajes que interpretan el drama. Y también, en un terreno diferente, en su ideal de belleza, que se manifiesta en la perfección formal de los cuerpos desnudos, en su equilibrio casi simétrico y en sus cualidades dramáticas, que se expresan a través de unas actitudes contenidas, a pesar de que se encuentran en medio de una carrera que decidirá el destino de ambos jóvenes. En todo ello, el color desempeña un papel fundamental.

Presentación de la restauración de 'Hipómenes y Atalanta' de Guido Reni. De izquierda a derecha: Andrés Úbeda, director Adjunto de Conservación del MNP; David García Cueto, jefe del Departamento de Pintura Italiana y Francesa hasta 1800 del MNP; Fernando García, presidente de la Fundación Iberdrola España; Almudena Sánchez, restauradora del MNP; Javier Solana, presidente del Real Patronato del MNP; Miguel Falomir, director del MNP; Marina Chinchilla, directora Adjunta de Administración del MNP; y Ramón Castresana, director de la Fundación Iberdrola España.
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Presentación de la restauración de 'Hipómenes y Atalanta' de Guido Reni. De izquierda a derecha: Andrés Úbeda, director Adjunto de Conservación del MNP; David García Cueto, jefe del Departamento de Pintura Italiana y Francesa hasta 1800 del MNP; Fernando García, presidente de la Fundación Iberdrola España; Almudena Sánchez, restauradora del MNP; Javier Solana, presidente del Real Patronato del MNP; Miguel Falomir, director del MNP; Marina Chinchilla, directora Adjunta de Administración del MNP; y Ramón Castresana, director de la Fundación Iberdrola España. (Foto: © Museo Nacional del Prado)
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