La Asociación Vecinal de San Sebastián de los Reyes y la Plataforma contra la ampliación de Barajas han organizado, este jueves 15 de junio, una mesa redonda para informar sobre los impactos del creciente tráfico aéreo de Barajas en los municipios cercanos al aeropuerto.
Según ha informado Ecologistas en Acción, en la mesa redonda se ha presentado el impacto del tráfico aéreo sobre la salud de los vecinos y la situación actual en las zonas próximas al aeropuerto.
Igualmente, se han presentado los resultados de un estudio de Ecologistas en Acción sobre "el incremento de emisiones y contaminación en caso de que se lleven a cabo las intervenciones previstas para la ampliación del aeropuerto".
Ecologistas recogen que para la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA), el ruido es la causa de más de 1.000 muertes prematuras y 4.000 hospitalizaciones al año en España. Por otro lado, la AEMA y la OMS calculan que, en 2019, en España se registraron 23.300 muertes prematuras por exposición a partículas en suspensión (PM2,5) y dióxido de nitrógeno. Ruido y contaminación atmosférica son dos de las principales afecciones del tráfico aéreo y la actividad aeroportuaria para la población que vive cerca de los aeropuertos.
"La huella sonora del aeropuerto de Barajas abarca 16 municipios, en los que viven 675.000 personas. Y más de tres millones de personas viven a 20 km o menos del aeropuerto, zona donde se registran altas concentraciones de partículas en suspensión. De ellas, 73.000 viven a menos de 5 km y sufren con especial intensidad todos los impactos del tráfico aéreo", han añadido.
Para los ecologistas, junto a ruido y contaminación atmosférica, el transporte aéreo constituye una forma de movilidad intensiva en carbono que "acelera la crisis climática que vivimos". De esta manera, explican, en España, las emisiones producidas por el transporte aéreo crecieron un 45% entre 2013 y 2019, muy por encima de las de otros países de la UE como Francia (18%) y Alemania (16%), o las del Reino Unido (19%). En concreto, el aeropuerto de Barajas es el quinto más emisor de toda la UE, con más de siete millones de toneladas de CO2 generadas en 2018, sin contar con las emisiones producidas por los vuelos de carga.
Una cifra, estiman, que podría aumentar "considerablemente" si se llevan a cabo los proyectos de ampliación previstos por el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana.
Ante este contexto, y dado el creciente número de sobrevuelos de zonas habitadas en los municipios de la zona norte del aeropuerto, la Asociación Vecinal de San Sebastián de los Reyes y la Plataforma contra la ampliación de Barajas han organizado la mesa redonda en San Sebastián de los Reyes con un doble objetivo: por un lado, informar y sensibilizar a la población sobre cómo afecta a la salud de la población, y especialmente a los colectivos más vulnerables –mayores y niños–- el continuo sobrevuelo de aviones de los núcleos urbanos; por otro, reclamar al Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (MITMA) y Aena medidas estructurales para reducir el creciente tráfico aéreo que sufre la población de la zona.
"Numerosas medidas", para minimizar el impacto
El aeropuerto de Barajas dispone de un sistema de control de ruidos, denominado SIRMA, que permite detectar, medir y asociar el ruido producido por las aeronaves al sobrevolar micrófonos instalados en zonas estratégicas de su entorno. En caso de detectar un posible incumplimiento, han manifestado que se notifica a la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA), que es quien debe abrir expediente sancionador si considera que hay un incumplimiento.
Desde Barajas señalan que el aeropuerto ha adoptado "numerosas medidas" para minimizar la afección acústica a las poblaciones del entorno, lo que ha permitido que el número de personas afectadas "sea menor que en la mayoría de los aeropuertos europeos con un tráfico similar", según datos de la Agencia Europea de Medio Ambiente.
Por su parte, desde Aena han indicado que el aeródromo no ha superado los niveles de tráfico de 2019 y que "en ningún caso" se va ampliar el campo de vuelo y dado que el desarrollo no excede el límite actual del aeropuerto, no se prevén incrementos de ruido o emisiones atmosféricas a lo ya contemplado y autorizado en la Declaración de Impacto Ambiental vigente de 2001.