Las especies exóticas liberadas intencionada o accidentalmente son, cada vez más, un peligro para la diversidad natural de los ecosistemas. Cuando la especie ajena también es invasora, el problema no hace más que agudizarse, reconocen los técnicos regionales.
Casos concretos como el mapache o el visón americano son especialmente complejos: los primeros, por su agresividad, y los segundos, por ser reservorio de importantes enfermedades para mustélidos y otra fauna autóctona en peligro de conservación.
Son especies exóticas o alóctonas las que se hallan fuera de su área natural de distribución, consiguiendo adaptarse a otro hábitat natural; e invasoras, las que proliferan causando daños al medio ambiente, a otras especies o a las actividades humanas y económicas.
Un ecosistema diverso es más estable debido al gran número de relaciones que se establecen entre las especies. Las raras o poco abundantes también son importantes, porque hacen que el ecosistema sea más estable, ya que en el caso de que cambiasen las condiciones ambientales y se vieran afectadas las especies dominantes, las raras podrían ampliar su nicho al desaparecer la competencia.
Las especies autóctonas no han evolucionado en contacto con las especies exóticas invasoras, de manera que, en muchos casos, no pueden competir con ellas y son desplazadas de su hábitat natural.
La Consejería recuerda que no está permitida la introducción en el medio natural de especies, subespecies o razas geográficas alóctonas, cuando éstas sean susceptibles de competir con las especies silvestres autóctonas, alterar su pureza genética o los equilibrios ecológicos, según indica la Ley 42/2007, de 13 de diciembre, del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad.
Además, el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasora recoge todas aquellas especies y subespecies que sean o puedan ser una amenaza grave para las especies autóctonas, los hábitats o los ecosistemas, la agricultura y ganadería o para los recursos económicos asociados al uso del patrimonio natural.
Para actuar contra ellas, la Comunidad tiene diversos programas de control. Es el caso del visón americano, presente en muchos ríos españoles por los escapes que se producen desde granjas o las sueltas deliberadas realizadas por detractores de las granjas, entre otros motivos. Al ser una especie muy adaptativa, que se traslada y expande a través de las cuencas hidrológicas, tiene mucha capacidad de penetración y está presente en gran parte del territorio peninsular.
Los visones destructores
La Consejería de Medio Ambiente ha actuado para limitar su expansión especialmente en la Reserva de la Biosfera Sierra del Rincón (zona del Alto Jarama), donde se actúa en coordinación con la de Castilla-La Mancha. Con ello se quiere proteger a poblaciones de enorme valor, como la nutria, la rata de agua, el desmán ibérico o algunos anfibios, muy comprometidas ante la existencia de visón americano en la zona.
El sistema seleccionado, probado y altamente selectivo, reúne a todos los agentes implicados en la conservación y mejora de la Sierra del Rincón: ayuntamientos, gestores de la Reserva, responsables de gestión forestal y de conservación de fauna, Agentes Forestales y del Centro de Recuperación de Animales Silvestres, entre otros.
Además, dado el carácter fronterizo de la Reserva, se ha contado con los responsables en todos estos aspectos del vecino Parque Natural de la Sierra Norte de Guadalajara.
Los trabajos realizados han permitido mantener el control en esta zona, reduciendo mucho el número de ejemplares en 2022, y aplicarlo a otras partes de la Reserva de la Biosfera. Se han realizado muestreos de presencia de estos animales a través de huelleros, revisiones diarias de las capturas y liberación de individuos de otras especies en el caso, muy improbable, de que caigan en las trampas, en condiciones que eliminan o disminuyen al mínimo el posible estrés asociado a la captura y transporte.
Se establece la presencia de los animales mediante las huellas y, posteriormente, se colocan las jaulas en las orillas de los ríos, que los capturan sin producirles daños; después se trasladan para estudiarlas y determinar posibles enfermedades. Más adelante, continuarán los muestreos periódicos para comprobar la eficacia de las medidas y evitar la recolonización del río.
Tras la huella de los mapaches
Los expertos regionales también desarrollan trabajos de detección, seguimiento y control de la especie Mapache Boreal (Procyon lotor). Para ello, emplean método de detección de huellas y otros rastros. Para la captura, se utilizan trampas de captura en vivo de retención Dog proof, que no causan lesiones, o caja trampa con cebo y cubiertas de vegetación.
Al ser el mapache un animal de hábitos nocturnos, las líneas de trampeo deben ser revisadas diariamente en la primera hora después del amanecer para procurar que estén capturados el menor tiempo posible y así reducir su estrés.
Se realiza un seguimiento diario de los resultados de captura, incidencias e inventariación de puntos de captura activos por cada línea de trampeo de forma individual. De este modo, en 2022, se capturaron 131 ejemplares.
Además, expertos de la Consejería de Medio Ambiente, Agricultura e Interior realizan actuaciones anuales de extracción de especies exóticas invasoras acuáticas, en humedales seleccionados por su valor medioambiental.
Así, la Patrulla de Control de Fauna retira ejemplares de alburno, 'black-bass', lucio, pez gato, gambusia, precasol y pseudorasbora parva, utilizando métodos adecuados para atrapar en redes o aturdir a los peces y extraerlos sin ocasionarles daños significativos.
Asimismo, actúa contra los cangrejos invasores que acaban con las especies autóctonas, como el cangrejo rojo y el cangrejo señal. De todas estas especies acuáticas, en la campaña del año pasado se retiraron 37.545 animales.
Por otra parte, en especies de mamíferos, se han retirado cinco cerdos vietnamitas durante 2022.
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