El director del Centro Oceanográfico de Gijón del Instituto Español de Oceanografía (IEO-CSIC), Rafael González-Quirós, codirige el grupo de expertos que coordina la elaboración de la tercera Evaluación Mundial de los Océanos de la ONU.
El director del Centro Oceanográfico de Gijón del Instituto Español de Oceanografía (IEO-CSIC), Rafael González-Quirós, codirige el grupo de expertos que coordina la elaboración de la tercera Evaluación Mundial de los Océanos. En declaraciones, ha defendido que "el océano hay que gestionarlo entre todos".
Además, ha destacado que Estados Unidos (EE.UU.) tiene una capacidad "enorme" de observación del océano y la tradición de poner sus datos en abierto, al ser preguntado por las últimas medidas de la Administración Trump en materia de recortes a la investigación. A su parecer, el hecho de que el país se saliese de todo esto "sería un desastre".
"El océano es por sí mismo un medio en el que es más necesario que en ningún otro sitio colaborar. Hay que tener en cuenta que el 70% de la superficie del océano son aguas internacionales", ha explicado.
Así, ha recordado cómo ya hace más de un siglo se crearon organizaciones para gestionar recursos pesqueros, comoo el Consejo Internacional para la Exploración del Mar (CIEM), que los países del Atlántico Norte pusieron en marcha para tratar de gestionar el medioambiente marino, ya que los 'stocks' –por ejemplo, de sardina o de bacalao– no se limitan a las aguas jurisdiccionales de un país, sino que están en movimiento.
Además, ha incidido en que los científicos estadounidenses fueron los precursores del programa 'Argo', consistente en unas bollas repartidas por el océano a unos 1.000 metros de profundidad y que cada día bajan a 2.000 m y suben recogiendo datos de temperaturas. Cuando llegan a la superficie, envían esos datos por satélite, que se recogen un centro de datos y se ponen a disposición de cualquiera que desee acceder a ellos.
"EE.UU. comenzó a poner estas boyas en el océano y se fueron sumando, poco a poco, los países. España, por ejemplo, tiene también algunas boyas listas y contribuye a ese programa, pero esas boyas son unas pocas comparadas con las de EE.UU. Sin embargo, los datos se ponen en común para todos. Si EE.UU decidiera paralizar este programa –en este momento, tienen el 50% de las boyas que hay en el océano–, tendríamos un problema grave de observación del océano".
González-Quirós explica que, gracias a los datos que se sacaron de este programa, se ha podido demostrar cómo el océano ha absorbido el 90% del exceso de calor provocado por los gases de efecto invernadero. "EE.UU tiene una capacidad de observación del océano enorme. Además, siempre han mantenido la costumbre de poner los datos en abierto. Si abandonan, sería un desastre", ha resumido.
Una de las grandes citas de 2025 en materia ambiental será la Tercera Conferencia sobre el Océano, que tendrá lugar en Niza (Francia), entre el 9 y el 13 de junio. Al respecto, González-Quirós ha querido poner en valor la importancia de estas reuniones, "para que se traslade a la política los problemas del océano y que se tome más conciencia de él".
Desde su punto de vista, "cada vez acude gente de más nivel de cada uno de los países, porque hay una concienciación a nivel político de que el océano no es un medio ajeno", sino que afecta a la población de manera muy importante. "Creo que estas conferencias ayudan mucho a trasladar esa importancia a nivel global", ha subrayado.
Sobradamente preparados
El científico del CSIC considera "un honor y también mucha responsabilidad" el hecho de haber sido elegido para codirigir la tercera Evaluación Mundial de los Océanos por sus compañeros, con los que lleva trabajando dos años. "Sabes que mucha gente va a leer este informe. Sobre todo, teóricamente, está enfocado a la toma de decisiones . La idea es que tenga un impacto importante", ha reconocido.
El informe tendrá presencia española más allá de su coordinación. Marta Coll, investigadora del Instituto de Ciencias del Mar (CSIC) en Barcelona, lidera el capítulo sobre hábitat pelágico, y Miquel Canals, de la Universidad de Barcelona, coordina el capítulo sobre taludes continentales y cañones submarinos. "Tenemos a muchísima gente muy bien preparada", ha destacado González-Quirós.

La investigación recoge "cambios en tendencias de grupos taxonómicos, de hábitats y demás" con respecto a la información de la pasada edición, pero centrándose en el periodo que va entre 2018 y 2023. Como novedad, estrena dos secciones independientes, juntando por un lado los datos de sectores de la economía oceánica, como pesquerías, acuicultura, turismo, energía, etc. y por otro, los aspectos sociales, que abordan el "bienestar".
"Una de las cosas que dice el informe es que la gente que vive cerca del mar tiende a hacer más deporte. Algo tan simple como el dar un paseo por la playa tiene un beneficio para la salud", ha explicado el experto.
La investigación muestra que, "obviamente", el calentamiento global continúa y que cada vez se están viendo "efectos más palpables" en todos los hábitats y grupos taxonómicos. Sin embargo, también hay algunos detalles que llaman la atención por la manera en la que están evolucionando, como es el caso del plancton.
"Se ha hablado del incremento de la estratificación que va a provocar una disminución del tamaño del placton, y eso no se observa en todas partes, pero porque no tenemos muchas series de datos para corroborarlo", ha detallado González-Quirós.
Esta investigación se aprobará en la Asamblea General de la ONU a finales de año y se publicará tras haber pasado, en los próximos meses, por varias fases de revisión.