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'El niño que perdió la guerra' (Plaza & Janés) es el título del nuevo trabajo que acaba de publicar la autora

"El hambre, la miseria y la violencia", origen de la emigración, según Julia Navarro en la presentación de su nueva novela

Durante la presentación de su nueva novela, 'El niño que perdió la guerra' (Plaza & Janés), la escritora Julia Navarro ha criticado la 'demagogia' de los políticos con la inmigración, un tema sobre el que 'ninguno puede dar lecciones humanitarias, porque no lo están haciendo bien'.
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Durante la presentación de su nueva novela, 'El niño que perdió la guerra' (Plaza & Janés), la escritora Julia Navarro ha criticado la "demagogia" de los políticos con la inmigración, un tema sobre el que "ninguno puede dar lecciones humanitarias, porque no lo están haciendo bien". (Foto: Ateneo de Madrid)
Por Paz Romanillos
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laromanillosgmailcom/12/12/18
miércoles 02 de octubre de 2024, 19:52h
'El niño que perdió la guerra' (Plaza & Janés) es la nueva novela de Julia Navarro, la historia de un niño español enviado a la Unión Soviética al final dela Guerra Civil, en contra de la voluntad de su madre, caricaturista para diarios republicanos.
'El hambre, la miseria y la violencia', origen de la emigración, según Julia Navarro en la presentación de su nueva novela
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(Foto: Ateneo de Madrid)
'El hambre, la miseria y la violencia', origen de la emigración, según Julia Navarro en la presentación de su nueva novela
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(Foto: Plaza&Janes)

Durante la presentación de su nueva novela, 'El niño que perdió la guerra' (Plaza & Janés), la escritora Julia Navarro ha criticado la "demagogia" de los políticos con la inmigración, un tema sobre el que "ninguno puede dar lecciones humanitarias, porque no lo están haciendo bien".

En El niño que perdió la guerra se recoge el trayecto del joven Pablo, hijo de padres republicanos que deciden mandarle a Moscú, en 1939, ante el avance del ejército sublevado. Allí, Pablo será adoptado por Anya, quien se hará cargo de él en una época en la que también tenía sus consecuencias enfrentarse al régimen estalinista.

De nuevo el tema del desarraigo y la migración ocupan un lugar central en la narrativa de Navarro, en este caso a través del niño Pablo. Para la escritora, la inmigración es un tema "de nunca acabar, porque allá donde no haya recursos económicos para poder vivir, es lógico que la gente quiera marcharse para poder dar una vida mejor a sus hijos".

Para la autora, los motivos de la emigración son "el hambre, la miseria y la violencia", por lo que considera "demagógica" las posturas políticas actuales. "Lo que veo es gente que se cuelga la etiqueta a los de enfrente, afirmando que son unos malvados en el tema de la inmigración y yo soy el bueno", ha lamentado.

"Hay una hipocresía enorme; con este tema, los políticos no pueden dar lecciones humanitarias, porque ninguno lo está haciendo bien. Están convirtiendo una tragedia en un tema político de 'pim pam pum', en lugar de dar una respuesta humanitaria", ha apuntado.

En cualquier caso, la autora no cree que España sea un país racista, tal y como se ha puesto el foco estos días tras las declaraciones del futbolista Vinicius, porque la sociedad española "es mucho mejor que sus políticos".

"No comparto esas declaraciones de Vinicius de que España es un país racista, porque creo que no lo es. Habrá racistas, pero yo, que colaboro con algunas organizaciones no gubernamentales y estoy cerca del problema de los inmigrantes, lo que veo es la enorme red de solidaridad de los ciudadanos", ha defendido.

Para Navarro, esa es la diferencia con el Gobierno o la oposición allí donde gobierna en España, puesto que entiende que "ninguno" de los dirigentes está respaldando esta red ciudadana de ayudas a los inmigrantes. "Hay una enorme red de solidaridad pero es insuficiente, porque la gente llega hasta donde puede llegar", ha destacado.

Dos dictaduras confrontadas

Por otro lado, la autora se ha mostrado en contra de respaldar determinados movimientos totalitarios en función de la ideología, recordando que "las dictaduras son siendo dictaduras, se pinten de rojo o azul".

"A mí eso me da igual, porque siguen siendo dictaduras", ha explicado al ser preguntada por la época de Stalin al frente de la Rusia comunista y la fascinación que causó en determinados ciudadanos partidarios de la República española.

"Fue una dictadura atroz y esa fascinación se daba no solamente en España, sino en todo el mundo, porque frente al fascismo había otra alternativa que era la revolución de los proletarios. Pero, la realidad es que eran dos dictaduras confrontadas, una de ellas en nombre de unos ideales que ponía al pueblo como excusa", ha remarcado.

Los artistas, "primer enemigo a abatir"

La autora de La hermandad de la Sábana Santa recupera en su novela la figura de dos poetas rusas –Anna Ajmátova y Marina Tsvetáieva– de la época, que sirven de ejemplo del compromiso del artista frente a este tipo de regímenes totalitarios. "En estas situaciones, el primer enemigo a abatir es todo aquel que tiene un pensamiento propio y crítico", ha remarcado.

"En resumen, todo aquel que tiene la posibilidad de manifestar ese pensamiento, como un escritor, un pintor, un músico o un periodista: los primeros a batir son todos aquellos que tienen una proyección en la sociedad y, por tanto, se convierten en peligrosos para los dictadores", ha afirmado.

Para leer un fragmento, pinche en este enlace.

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