El ciclo 'Clásicos en Verano' ofrece hasta el 4 de septiembre conciertos de música clásica en espacios singulares de la región como iglesias, monasterios o castillos.
En sus tres últimas semanas, en 'Clásicos en Verano' habrá cerca de una veintena de actuaciones en vivo de formaciones musicales como Laverna, Ensemble Praeteritum o Cuarteto Bauhaus.
Los Cuartetos de cuerda de Felix Mendelssohn versión quinteto, a cargo de Ensemble Praeteritum, llegarán el viernes 13 de agosto y el domingo 15, a la iglesia de Santa María Magdalena de Torrelaguna y a la de Nuestra Señora de la Estrella de Navalagamella, respectivamente.
Por su parte, la agrupación Tañer (Sara Águeda Trío) acercarán al público un repertorio desenfadado y creativo con piezas de Antonio Martín y Coll o Santiago de Murcia, entre otros. Actuarán el sábado 14 de agosto, en la iglesia Santa María Magdalena de Ciempozuelos.
Ese mismo día, el Trío Malats llegará La Cabrera, con un recital dedicado a dos grandes maestros: Beethoven y Mendelssohn. En La Cabrera también actuará, el sábado 21 de agosto, el pianista Roberto Rumenov, con un rico repertorio que incluye composiciones de Bach, Scarlatti, Haydn, Chopin, Debussy y Enrique Granados.
Por su parte, Valdemoro y Chapinería acogerán, el 20 y 21 de agosto, respectivamente, el concierto Laberintos. Y ese mismo fin de semana, la música del Cuarteto Laverna llegará a la iglesia de Santo Domingo de Silos de Pozuelo del Rey y a El Salvador, de Lozoya.
La flauta y el piano de Diego Paares y María García, con el programa Del Romanticismo al siglo XX, animarán la noche estival de Collado Mediano, el 27 de agosto, mientras que el Cuarteto Bauhaus presentará un programa basado en Haydn, y su estructura para emancipar al violonchelo en su papel de bajo, en la iglesia de Santa María Magdalena, de Titulcia.
Clásicos en Verano llegará a su fin el sábado 4 de septiembre con el concierto Noches de Insomnio, del Trío Roca-Nafee-Martínez, en La Cabrera. Se trata de un recital basado en la música que Bach compuso con el fin de entretener las noches de insomnio del conde H.C. Von Keyserlingk con lo que más le apasionaba: la música.