El actor y cómico Dani Rovira vuelve a subirse a los escenarios para presentar 'Odio', un monólogo que llega a Netflix el próximo 12 de febrero, en el que el malagueño aportará su visión más sincera, delirante y sin filtros sobre el ser humano en estos tiempos.
Sobre el escenario del Teatro Soho Caixabank de Málaga, el actor Dani Rovira retoma su faceta de monologuista con Odio, un especial de comedia que aterriza en Netflix el 12 de febrero, en el que "hay odio para todos".
"Si tu risa es primigenia, eres vegano, tienes perro o gato, frecuentas Instagram, estás haciendo obras, eres madre o el mismísimo Antonio Banderas, si utilizas aplicaciones para ligar, o simplemente estás a la que salta..., vete preparando: hay odio para todos. ¡Ah! ¡Y no te hagas el ofendidito!", reza el comunicado como presentación de este especial, rodado el pasado mes de noviembre, bajo especiales "medidas de seguridad e higiene, y con un aforo limitado".
Producido por Netflix, en colaboración con Fremantle ('Mask Singer: Adivina quién canta', 'Got Talent España'), el especial de 90 minutos permitirá al actor malagueño hacer un profundo análisis, cargado de humor, del ser humano actual, aprovechando también para dar visibilidad a la Sociedad Protectora de Animales y Plantas de Málaga, con la que él colabora, para concienciar sobre la adopción de animales domésticos.
A sus 40 años, Dani Rovira no necesita presentación después de haber participado en una de las películas más taquilleras de la historia del cine español, aunque el teatro es su medio natural, el espacio al que regresa, donde se curtió como actor de comedia.
"Cumplir los 40 es lo mejor que me ha pasado en la vida", dice en una entrevista -tras haber superado el linfoma de Hodgkin que le diagnosticaron hace casi un año-, en la que presenta Odio. Rovira (Málaga, 1980) asegura que, hacer frente a la enfermedad, ha cambiado bastantes cosas en su vida. "A todas las experiencias duras intentas sacarle un aprendizaje. La enfermedad me ha resituado, ha venido a curarme la vida que llevaba antes".
El actor de Ocho apellidos vascos y Superlópez asegura que lo "más difícil" ha sido estar nueve meses sin subirse a un escenario. "Es el lugar, junto con el comedor de mi casa, donde más seguro me siento. Donde más cómodo estoy, donde soy más feliz", y lo demuestra con hora y media de espectáculo sin aderezos, con la palabra y con su gesto, haciendo reír al público.
En Odio refleja su visión sobre el ser humano, un espectáculo escrito hace dos años, que ha actualizado, y con el que realiza una crítica sobre el malestar que inunda a la sociedad. "Con lo que ha pasado cobra más sentido. Entiendo que la gente esté crispada más allá de la pandemia".
Eso sí, un retrato de la realidad con humor, con el que no pretende "herir a nadie", y de la que no se salva nadie, ni políticos, padres, madres ni personajes populares, ni tampoco Messi. "Como él, no hay nadie", apunta. Es un futbolista "histórico, extraordinario, mágico", razones para parodiarle, que justifica al decir que cuando alguien es susceptible de ser imitado es que está en un lugar superior.
Un espectáculo que hay que ver hasta el final porque es en ese momento cuando "se le da la vuelta a la tortilla a muchas cosas". En su opinión, el miedo, la frustración y la falta de afecto pueden llevar al odio. "Detrás de esa emoción hay muchas carencias y, en una época como esta, es más difícil hacer un trabajo de empatía con el otro". Descalificar y odiar es más rápido. "Odiar es de cobardes", dice en su espectáculo.