El Ayuntamiento de Madrid ha iniciado la plantación de 769.000 flores de otoño-invierno en parques y zonas verdes, con el objetivo de embellecer la ciudad y mejorar su paisaje, asegurando un reparto equilibrado por los distritos.
El Ayuntamiento de Madrid ha puesto en marcha este viernes la plantación de 769.000 flores de otoño-invierno en los parques históricos y en las zonas verdes de los distritos, donde predominarán los pensamientos, tulipanes y crisantemos.
El delegado de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad, Borja Carabante, y el concejal del distrito de Centro, Carlos Segura, han visitado la plaza de Oriente, donde han presentado la campaña de plantación de flor de temporada otoño-invierno, que se concretará con 592.935 flores en las zonas verdes de los distritos y 176.356 en parques históricos y singulares.
En declaraciones a los periodistas y tras plantar una flor con la ayuda de los jardineros en los jardines de Lepanto, Carabante ha destacado que estas plantaciones que pone en marcha el Consistorio "embellecen Madrid, mejoran el paisaje de la ciudad y por tanto dan la mejor imagen de Madrid a los que lo visitan y a sus ciudadanos".
Y es que esta campaña da continuidad a los trabajos de embellecimiento y mantenimiento de los parques y jardines de la ciudad que cuenta con otra de plantación anual en primavera-verano.
En este sentido, el delegado ha señalado que estas plantaciones son una muestra del compromiso del Ayuntamiento con el cuidado y la mejora de las zonas verdes, que hace que "gracias al trabajo constante de los servicios municipales, Madrid pueda disfrutar de parques y jardines llenos de color también en los meses más fríos".
"Donde más se van a plantar es en el distrito de Retiro, en Salamanca, en Centro y también en Arguanzuela, pero llegaremos a todos los distritos, porque queremos que las jardines y las zonas verdes se puedan embellecer, que tengamos un mejor paisaje y que esto llegue a todos y cada uno de los madrileños", ha destacado Carabante.
El distrito de Retiro lidera la campaña con 129.611 ejemplares, seguido por Salamanca (72.802), Arganzuela (61.592), Centro (54.315) y Moncloa-Aravaca (51.114).
Les siguen Barajas (con 50.478 ejemplares), Puente de Vallecas (48.332), Fuencarral-El Pardo (47.000), Villa de Vallecas (43.310), Vicálvaro (30.484), Villaverde (28.282), Moratalaz (27.314), Chamartín (24.351), Latina (21.830), Carabanchel (19.136), Hortaleza (18.600), Usera (16.079), San Blas-Canillejas (10.926), Chamberí (9.735) y Ciudad Lineal, con 4.000 nuevas flores.

La distribución de las plantaciones se ha diseñado con el objetivo de garantizar "un reparto equilibrado" en toda la ciudad, adaptando las actuaciones a las características y necesidades de cada zona.
Este enfoque permite que los distritos cuenten con "una renovación vegetal" acorde a sus espacios verdes, favoreciendo "un embellecimiento uniforme" del entorno urbano con el fin de contribuir a "mejorar la calidad paisajística" de Madrid, reforzar su imagen "como ciudad verde" y ofrecer a los vecinos "entornos más agradables y saludables".
Variedad botánica
La selección de especies responde a criterios de resistencia, adaptabilidad al clima madrileño y valor ornamental. Entre las especies más representativas, se encuentran los pensamientos (245.981 unidades) y los tulipanes (235.356), que aportan los tonos más vivos del invierno.
Les siguen los crisantemos (85.237), caléndulas (57.685), margaritas de pensamiento o bellis (42.232), narcisos (28.841), coles ornamentales (27.667), alhelíes (15.448) y ciclámenes (10.680), junto con otras especies de menor volumen, pero alto valor estético como los alhelíes de jardín o erysimum, jacintos, prímulas, lobularias y crocus.
En el caso de tulipanes y narcisos, la plantación se realiza mediante bulbos que permanecen en el suelo durante los meses de invierno y brotan en el mes de marzo, coincidiendo con el inicio de la primavera. Este sistema permite asegurar "una floración escalonada y abundante, aportando color y continuidad" a los parterres en el cambio de estación.
Asimismo, la combinación de tulipanes y narcisos en determinados espacios, con un total de 7.294 unidades, permite "crear composiciones florales dinámicas" que evolucionan a lo largo de la temporada y ofrecen floraciones sucesivas, enriqueciendo "el paisaje urbano con variedad cromática y textura vegetal".
El empleo de estas especies no solo "embellece" los espacios públicos, sino que también favorece "la polinización, el refugio de fauna urbana y la renovación ecológica del suelo", en línea con los objetivos del Plan de Fomento y Gestión de la Biodiversidad de la ciudad de Madrid.
Entre ellos destacan El Retiro, el parque del Oeste, el jardín del Capricho o la Quinta de los Molinos. En estos enclaves, las flores se disponen respetando "los trazados originales de los jardines, sus perspectivas visuales y su composición histórica, contribuyendo a realzar la estética" que caracteriza a cada uno de ellos.

Plantaciones, en la plaza de Oriente
La Plaza de Oriente presenta novedades frente al resto de espacios verdes de la ciudad, la plaza cuenta con nuevas zonas ajardinadas y macizos en los que se han combinado una mezcla de 23 flores diferentes de especies arbustivas, perennes, caducas, vivaces y gramíneas.
Esta diversidad de formas y ciclos vegetativos favorece un entorno "más equilibrado y sostenible", capaz de soportar las altas temperaturas estivales y las heladas invernales con un mantenimiento mínimo.
Dentro de esta selección de especies, la escalonia rosada destaca por su follaje y sus flores rosadas en primavera y verano, mientras la salvia arbustiva ofrece una floración prolongada y atrae abejas y mariposas. La nandina enana aporta cambios de color a lo largo del año, con matices verdes, rojizos y anaranjados.
Entre las vivaces, la verbena de Buenos Aires y la margarita amarilla llenan el jardín de color y ligereza, el agapanto luce grandes flores azules o blancas en verano y el liriope añade elegancia con sus hojas arqueadas y espigas moradas, incluso en zonas de sombra.
Por último, la cineraria gris, con su follaje plateado, aporta contraste y luminosidad al conjunto, formando un jardín duradero, armonioso y de gran valor ornamental.