La amplia oferta gastronómica de la capital se refuerza con la reciente apertura de este sorprendente espacio, situado en la zona norte de la Castellana y ubicado en una antigua galería de alimentación del distrito de Tetuán.
El Mercado de San Leopoldo abre sus puertas en la calle de San Leopoldo, 8, en el barrio de Almenara del distrito de Tetuán, junto a la plaza de Castilla y a las torres Puerta de Europa, con el objetivo de convertirse en un espacio de referencia gastronómica en la capital.
Se ubica en un edificio con 50 años de historia, que fue una galería comercial, que renace ahora para "ofrecer una atmósfera castiza contemporánea y una experiencia de ocio gastronómico de calidad", aseguran sus responsables.
El Mercado de San Leopoldo cuenta con diferentes propuestas de cocina local a través de las populares marcas que operan desde sus puestos: Casa Dani, que recibió el premio a la mejor tortilla de España en 2019; D'Agustto, con una propuesta de pizzas hechas al momento, donde lo clásico y lo moderno se unen en cada porción; Döggo, un original concepto de hot dogs, inspirados en recetas caseras; Juancho's BBQ, reconocida por haber creado la mejor hamburguesa del país (2019-2022); La Martinuca, conocida por elaborar la tortilla española de siempre, manteniendo intacta su receta; Montchis, referente de tartas de queso artesanales; Trompo, que trae a Madrid los tacos al pastor más populares de la gastronomía mexicana, y Yeggie, con su propuesta vegana y saludable, entre otros conceptos que se van a ir incorporando sucesivamente en los próximos meses.
En todos los puestos se puede pedir lo que se desee para degustar en la zona de mesas compartidas o bien para llevar a casa o a la oficina. De hecho, este espacio está pensado para reuniones sociales, celebrar cumpleaños, disfrutar de un almuerzo o cena, en familia o con amigos, o tomar unas cañas con los compañeros de trabajo.
Además, todos los puestos operan también para dar servicio 'delivery', atendiendo a los clientes que recogen los pedidos. En definitiva, este mercado se enfoca en la experiencia 'eat in', comprometiéndose con la calidad y la variedad de sus operadores, pero adaptándose a las nuevas tendencias de consumo.
"Nos sentimos orgullosos de haber resucitado un antiguo mercado y restaurado su función como punto de encuentro para vecinos, trabajadores y 'foodies'. Hemos logrado reunir en un solo lugar marcas que nunca habían estado tan cerca unas de otras, con el entusiasmo de llevar a la zona norte de la Castellana lo que han estado ofreciendo durante años en Chamberí, zona Centro y Salamanca. El distrito de Tetuán, en el que nos ubicamos, está en pleno auge y las marcas que se han unido a este proyecto son una prueba perfecta de ello. Estamos seguros de que desde nuestro Mercado de San Leopoldo brindaremos a nuestros visitantes una experiencia memorable", explica Leopoldo Guzmán, director del Mercado de San Leopoldo.
Tradición, modernidad y sostenibilidad
Este espacio gastronómico se caracteriza por ofrecer una combinación entre lo tradicional y lo moderno, pero también ha intensificado su compromiso con la sostenibilidad, como su iniciativa más reciente: ofrecer agua del grifo de Madrid en una zona especialmente habilitada para ello, donde los clientes pueden obtener agua potable de forma rápida, sin necesidad de hacer cola en la barra.
"Vemos un futuro brillante para el Mercado de San Leopoldo, porque hemos reunido un equipo con talento y apasionado que comparte la misma visión. Juntos, hemos creado un espacio donde los sabores locales se mezclan con influencias globales, y donde la cerveza Mahou y el agua de grifo de Madrid son parte de la experiencia. Creemos que nuestro mercado se convertirá en un punto de referencia en la escena gastronómica de la ciudad", añade Guzmán.
Medio siglo de historia
En 1973 abrió por primera vez el local que ocupa ahora el Mercado de San Leopoldo, con un total de 45 puestos entre los que había diversos negocios de fruterías, pescaderías, carnicerías o panaderías.
Funcionó durante años, hasta que, en 2016, llegó su cierre y el espacio permaneció sin uso hasta 2020, cuando un grupo de jóvenes emprendedores, apasionados por la gastronomía, decidió darle una segunda vida a este icónico lugar, adaptándolo al modelo de negocio de 'take away' para responder la demanda de los clientes durante las difíciles circunstancias que se vivieron en la pandemia.
Con el respaldo de chefs como Antonio Arrabal y la marca vegana Yeggie de Campofrío, el mercado comenzó una nueva andadura. Jaime Castilla, arquitecto, diseñador y fundador de Design Cloud, ha conseguido que este espacio conservase su esencia de antigua galería, al mismo tiempo que le ha infundido un toque moderno.
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