El comerciante madrileño Luis Pacheco, autor de este artículo de opinión, escribe en favor del sector del comercio madrileño como uno de los factores imprescindibles entre los atractivos turísticos de la capital.
Es un privilegio, un verdadero orgullo el que siento como madrileño, cuando escucho que Madrid se ha convertido en un destino turístico de primer orden mundial.
Año tras año, se supera el número de visitantes que en el puente de la Constitución eligen la capital para pasar unos días y vivir una pre Navidad, disfrutando de las luces y de las calles, de los espectáculos y demás que encuentran en nuestras calles.
A veces se da la noticia como con cierta sorpresa, pero cada día crece más la atracción que Madrid despierta ante los foráneos, nacionales o extranjeros. Basta repasar las cifras.
Al transmitir esta noticia, a nivel periodístico, ya sea en prensa, Internet, radio o televisión, a veces se olvida al comercio, se le excluye de la ecuación que consigue año tras año impulsar el atractivo de Madrid hacia el exterior.
Soy un admirador entregado de los monumentos únicos de Madrid, sus majestuosos edificios con cientos de años y de la historia que les acompañan; de su imbatible oferta cultural, teatros, eventos deportivos, espectáculos de circo... La oferta en musicales es de las mejores de Europa, todo envuelto en una espectacular puesta en escena de luces y composiciones de alumbrado navideño, además de juegos de luces proyectados junto a árboles, que nos recuerdan lo mágico de estos días.
Todo eso hace que, junto al bullicio de sus calles y una apasionante gastronomía en constante ebullición, que causa furor entre los que nos visitan, se produzca un sentimiento de disfrute de Madrid, que se transmite entre la ciudadanía.
Pero, no dejemos fuera, nl nos olvidemos de lo que nos da el comercio, imprescindible para completar esa magia.
Es momento de reconocer sus virtudes y aportación. El sufrido comercio de Madrid merece que se le mire a los ojos y se le mande un caluroso abrazo y un ¡gracias comerciantes, por estar ahí, engrandeciendo Madrid!
¡Viva Madrid y su comercio!