El alcalde, José Luis Martínez-Almeida, recordó que hubo un cumplimiento “mayoritario” de las normas, aunque también hubo una parte de incumplimiento que “no nos podemos permitir” porque “no hemos vencido a la pandemia”. El alcalde pidió por favor a los madrileños que “seamos responsables” en las salidas de los niños.
Las normas establecen que podrán salir los menores de 0 a 14 años, desde las 9.00 hasta las 21.00 horas, acompañados por un adulto con el que convivan, durante una hora y en el radio de un kilómetro de su casa.
Las recomendaciones también hablaban de evitar las horas punta, y permitían que los niños llevaran algún juguete, pelota o patinete, pero siempre manteniendo la distancia social de dos metros. Cada adulto, sea el padre, hermano mayor o persona que los cuide habitualmente, puede salir con tres niños como máximo. Pero solo uno de los dos padres cada vez.
Este lunes, quizá por ser laborable, o en vista de la experiencia de ayer, la situación ha sido mucho más tranquila. A pesar de ello, la Policía Nacional y la Guardia Civil han comenzado a poner multas a los padres y madres que no están cumpliendo debidamente las reglas: ayer se centraron más en dar avisos, consejos y advertencias, pero la sanción puede suponer 600 euros.
El domingo, primer día de “libertad” para salir a la calle, las intervenciones de todas las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad de la región registraron datos inferiores que las del sábado en toda la región. Los agentes identificaron a 31.011 personas en la vía pública, practicaron 2.214 propuestas de sanción y 16 detenciones, e interceptaron 298 vehículos sin autorización para circular, por incumplir cualquiera de los supuestos establecidos en el decreto de estado de alarma. El sábado habían identificado a 39.528 personas, multado a 2.380, detenido a 11 e interceptado 807 coches.
Tal como reconocía la Policía Municipal, no registró incidentes destacados, y aunque vieron a más gente en la calle, no fue “excesiva ni aglomerada”. Algunas fotos en las redes sociales parecían mostrar lo contrario, pero la situación no era ni generalizada ni tan grave, según la perspectiva con que se enfocase.
Lo que sí percibieron los agentes es que muchas familias querían ir a los parques, que están cerrados, por lo que se ha reforzado la presencia policial en estas zonas, así como la megafonía para avisar de que no está permitido y hay que mantener la distancia de seguridad.
La zona más frecuentada el domingo fue Madrid Río y los parques cercanos a La Vaguada, que se controló mediante drones que sobrevolaron también la Casa de Campo y el Parque del Oeste, además de patrullar a caballo y en coche.
La infracción más común que detectaron: que algunas familias salieron todos sus miembros, padre, madre e hijos, pese a que las normas establecen que sólo debe salir un progenitor con un máximo de tres niños. Se trata de evitar duplicar el número de personas que circulan por las calles, con las consiguientes aglomeraciones y riesgo de contagios.
Falta de espacios libres para pasear
Mientras, desde algunas asociaciones de vecinos se recordaba en redes sociales que en muchos barrios densamente urbanizados no hay zonas amplias para pasear y que jueguen los niños. También los estudiantes de la Escuela de Arquitectura de Madrid hicieron un estudio sobre la cantidad de parques y menores de 14 años que hay en Madrid, llegando a la conclusión de que el 85% tienen un parque a menos de 500 metros de casa, llegando a la conclusión de que es mejor abrirlos para que los niños puedan correr manteniendo la distancia social, en lugar de ir por aceras estrechas.
Más Madrid recogía las sugerencias proponiendo también abrir los parques -no los columpios, precintados desde el 14 de marzo- y buscar fórmulas para ampliar espacios peatonales.
Su portavoz, Rita Maestre, recordó que la mayoría de los barrios “tienen aceras incompatibles con la distancia social”, por lo que pedía ampliarlas y de cara a la desescalada del confinamiento, estudiar “un plan de movilidad de transición que aúne la seguridad y la sostenibilidad”, que incluya desde el fomento de la bici a la creación de carriles bici y ayudas económicas para adquirir bicis eléctricas.
Este tipo de medidas ya fueron solicitadas por asociaciones como A Pie, con el respaldo de la Fravm, que solicitaron ampliar aceras donde sea posible, para cumplir la distancia social, lo que exigiría un ancho de tres metros, y en donde sea inviable, “autorizar el uso de la calzada por las personas que caminan”, peatonalizando algunas vías con cortes de tráfico.