La relación de las películas de Pedro Almodóvar con la ciudad de Madrid vertebra la exposición 'Madrid, chica Almodóvar', en Condeduque hasta el próximo 20 de octubre, con entrada gratuita.
'Madrid, chica Almodóvar' incluye más de doscientas fotografías de las 23 películas de Almodóvar, donde se podrán recorrer diversos lugares e hitos de la ciudad a través de la mirada del cineasta manchego.
Carmen Maura o Alaska vestidas de chulapas, en un piso de la calle de Doctor Esquerdo –distrito de Salamanca– en Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón, o la cornisa de la Real Basílica de San Francisco el Grande –distrito de Centro–, en Qué he hecho yo para merecer esto son algunos ejemplos.
El material expositivo es, fundamentalmente, gráfico, cedido por la productora El Deseo y seleccionado por el comisario Pedro Sánchez Castrejón –autor de 'Todo sobre mi Madrid. Un paseo por el Madrid de Almodóvar' y responsable de diversas actividades y planos turísticos cinematográficos–, aunque también se suma medio centenar de piezas originales, entre las que se encuentran los forillos que se utilizaron en la película de Mujeres al borde de un ataque de nervios (1988).
De colección municipal, se incluye el mítico cartel para el concierto de Almodóvar & MacNamara, Dinarama + Alaska, en la Sala Rock-Ola (1983), custodiado en el Museo de Arte Contemporáneo, una serie de publicaciones periódicas de la Hemeroteca, así como el plano de la ruta 'El Madrid de Almodóvar', con 200 localizaciones de escenarios de rodaje.
Organizada por el Departamento de Exposiciones de la Dirección General de Bibliotecas, Archivos y Museos del Ayuntamiento, se trata de una muestra oportuna por su emplazamiento, ya que una de las escenas más icónicas de la filmografía del director manchego está rodada en la fachada del propio edificio de Condeduque.
Como ya advirtiera la escritora, novelista y filósofa Susan Sontag, "al igual que la escena de Marilyn y la falda, el momento mítico de la manguera que riega a Carmen Maura, en La ley del deseo (1987), ha quedado en el subconsciente colectivo".
Documentos sonoros, a través de códigos QR
'Madrid, chica Almodóvar' incluye audios –a través de códigos QR–, que amplían el contenido de algunos puntos de la muestra. Así, uno de los documentos relata detalles que explican la relación de Madrid con algunas escenas de películas, como la aparición del claustro del Convento de las Desaparecidas, en Hortaleza, 88 –actual sede central del sindicato UGT–, o de la desaparecida sala de fiestas Molino Rojo de Lavapiés, que se encontraba en la calle de Tribulete, desde 1957 hasta mediados de los 80, donde se representaban cuplés, 'music halls' y revistas madrileñas.
Una de las imágenes impensables en la actualidad ubica a un grupo de monjas vendiendo tartas en la plaza del General Vara del Rey –distrito de Centro– una escena que hoy es imposible de ver, pues desde 2000 está prohibida la venta ambulante de alimentos en el Rastro.
Los comienzos y el Madrid de la inmigración
Las colmenas de pisos abigarrados en el barrio de la Concepción –distrito de Ciudad Lineal– son el gran escenario de ¿Qué he hecho yo para merecer esto?. Estos nuevos barrios estaban destinados a las gentes de provincias que venían a Madrid en busca de una vida mejor. El personaje de la abuela, interpretada por la entrañable Chus Lampreabe, apelando a la dificultad de encontrarse en una urbe despersonalizada y echando de menos el pueblo, exclamaba: “En Madrid, hace un frío que ni los lagartos…”.
Las 'Costus' y Pérez Mínguez
La casa taller de los míticos artífices del ‘Chochonismo ilustrado’, en la calle de la Palma, 14 –distrito de Centro–, el piso donde vivía Bom, el personaje que encarnaba Alaska en la ópera prima de Almodóvar, Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón. Centro neurálgico y lugar de encuentro de la farándula en el Madrid de los 80.
En Laberinto de pasiones, Almodóvar alimenta la leyenda de la Movida, con un Madrid mitológico en el que se considera a la ciudad como la más divertida de Occidente. En esta ocasión, el centro de operaciones es la casa-estudio del fotógrafo retratista Pablo Pérez-Mínguez, en la calle de Monte Esquinza –distrito de Chamberí–.
Bailén, el viaducto y San Francisco el Grande
Más tarde, cobra especial protagonismo el Madrid más épico, con reminiscencias de románticos suicidas arrojándose desde el viaducto. Esta obsesión almodovariana por el puente que salva el desnivel entre las calles de Bailén y Segovia, es una constante en su obra. Surge en Matador, con María Cardenal paseando con su estilo ‘Moda de España’, para aparecer de nuevo en Los amantes pasajeros, en una imagen trágica de Paz Vega con la clara intención de arrojarse al vacío.
En Los abrazos rotos nos encontramos en el Madrid de los Austrias y el barrio de La Morería: calle de Bailén, escaleras que conducen a la parte baja del viaducto… Desniveles que reproducen los trasfondos dramáticos de los personajes.
En La flor de mi secreto, una plaza Mayor desierta, con su característico adoquinado, es el improvisado tablao flamenco sobre el que Juan Echanove trata de impresionar a Leo (Marisa Paredes), emulando el ‘zapateao’ del bailaor Joaquín Cortés. Otros escenarios de esta película también se desarrollan en el casco histórico: la vista de San Francisco el Grande desde la plaza de la Puerta de Moros, donde un yonqui ayuda a Leo a quitarse unos botines que le están matando.
Conde Duque, Comendadoras y viejos conventos
En La ley del deseo vemos el Cuartel del Conde Duque –distrito de Moncloa-Aravaca– en todo el esplendor de una noche de atmósfera asfixiante y pegajosa, en el verano madrileño, que es el mejor escenario para desatar el deseo y todas las pasiones. Una de las escenas más emblemáticas y recordadas del cine de Almodóvar, que Susan Sontag llegó a comparar con aquella otra del vestido de Marilyn agitándose en La tentación vive arriba. Ese calor tórrido, tan madrileño y visceral, provoca un impulso salvaje en Tina, que pide al barrendero que la riegue con su manguera, con la portada churrigueresca de Conde Duque de fondo, donde ahora se presenta la muestra.
Entre Tinieblas se rodó en un convento de la calle de Hortaleza, 88. Realidad y ficción se mezclan en una trama en la que unas monjas acogen a mujeres de mala vida, tal como hacía la congregación de las Recogidas en el antiguo convento.
Janis, la fotógrafa interpretada por Penélope Cruz en Madres Paralelas, vive al lado de la plaza de las Comendadoras, donde los personajes del filme se sientan a tomar un café mientras charlan en una de las terrazas.
El Madrid más cosmopolita y de altos vuelos
Al igual que Woody Allen con Nueva York y Fellini, con Roma, Almodóvar crea una imagen muy personal de Madrid, dotándola de un carácter cosmopolita y universal. Y es que el oscarizado director siempre encontró en la urbe madrileña un paisaje perfecto y una fauna incorrecta e ideal para cada una de sus películas.
En Mujeres al borde de un ataque de nervios, aparece una azotea ficticia con un forillo o decorado de fondo, que representa el skyline madrileño de Alcalá con Gran Vía y el edificio de la Telefónica en primer término.
Las localizaciones de altos vuelos son también frecuentes en la filmografía de Almodóvar. El aeropuerto Adolfo Suárez Madrid Barajas aparece en los filmes: Laberinto de pasiones, ¿Qué he hecho yo para merecer esto?, Mujeres al borde de un ataque de nervios, Tacones lejanos, Hable con ella, Volver y, por supuesto, Los amantes pasajeros.
'Rockola', Museo Chicote y otros templos de la noche
La muestra incluye el mítico cartel de la sala Rockola, templo de devoción y centro neurálgico de la movida madrileña.
Uno de los tablaos flamencos de mayor solera, el Villa Rosa, al lado de la plaza de Santa Ana, aparece en Tacones lejanos, donde un elegante abogado de día se transforma en travesti de noche, cantando los éxitos de Becky del Páramo.
En Julieta, vemos a la protagonista en Martín de los Heros, la 'calle de los cines', por los Golem y Renoir, a los que suele acudir también el propio Pedro.
En Todo sobre mi madre, cobran protagonismo los teatros madrileños como el Bellas Artes y el Lara, donde se interpretan obras como Un tranvía llamado deseo y el monólogo de la Agrado.
Dos de las coctelerías con mayor arraigo de la capital sirven de escenario en Los abrazos rotos: el Museo Chicote y Cock.
Una cámara Super 8, fotografías y otros fetiches
Publicaciones periódicas de la Hemeroteca Municipal se exponen en vitrinas, junto a una cámara Super 8, inicio de la aventura cinematográfica de Almodóvar. Fetiches como el paraguas multicolor de Todo sobre mi madre, con el que se resguarda Cecilia Roth en una fatídica noche de lluvia.
Fotografías realizadas por el propio cineasta de la conocida como ‘Esquina Almodóvar’, que no es otra que el chaflán de la calle Alcalá con Gran Vía, con el edificio Metrópolis y la figura alada que remata el torreón.
Pero si existe un objeto inolvidable, un mueble sin el cual carecería de sentido la conjura femenina de Mujeres al borde de un ataque de nervios, es el sofá rojo, depositario de las confidencias, gozos y sinsabores de sus protagonistas.
Un plano para no perderse
El Ayuntamiento de Madrid ha contado con el autor del libro Todo sobre mi Madrid, para elaborar un plano turístico con una selección de 25 localizaciones del Madrid de Pedro Almodóvar. El plano ha sido supervisado y autorizado por la productora El Deseo, y puede obtenerse gratuitamente en cualquiera de los centros de información turística o bien descargarse en este enlace.
Lugar: Centro Condeduque. Sala 1. Conde Duque, 9 y 11, Madrid.
Fecha: Hasta el 20 de octubre.
Horario: De martes a sábado, de 10.00 a 14.00 y de 17.30 a 20.00 horas. Domingos y festivos, de 10.30 a 13.30 horas. Lunes, cerrado.
Precio: Entrada gratuita.