Legiones de fans y un rotundo éxito preceden al 'remake' de la emblemática ficción colombiana ‘Café con aroma de mujer’, la serie que ha catapultado a su protagonista, William Levy, al Olimpo de los galanes más famosos en todo el mundo.
Creada por el reputado productor y guionista Fernando Gaitán (Yo soy Betty, la fea), esta moderna versión de la serie homónima, emitida en 1994 y considerada por los críticos como la mejor telenovela colombiana de todos los tiempos, narra el apasionado amor entre dos jóvenes de orígenes opuestos: una humilde recolectora de café y un miembro de una opulenta saga cafetera.
Laura Londoño (Narcos, El cártel de los Sapos: El origen) y el actor cubano William Levy (Resident Evil: El capítulo final, Sortilegio) encarnan a la pareja protagonista en esta ficción, grabada en Estados Unidos y Colombia, y que reúne en su elenco a destacados intérpretes latinoamericanos, como Carmen Villalobos (Sin senos sí hay paraíso), Diego Cadavid (Señora Acero), Lincoln Palomeque (La reina del sur), Luces Velásquez (Pablo Escobar, el patrón del mal) y Katherine Vélez (Operación Pacífico), entre otros.
Adriana Suárez (Despertar contigo), Paola Cásares (El caso Watson) y Javier Giraldo (Allá te espero) firman el guion de este relato de amor, pasión, intriga y venganza, en el que dos jóvenes que han crecido entre cafetales tendrán que superar numerosos obstáculos para luchar por su amor.
Un romance imposible
Cada año Teresa Suárez, a quien todos llaman Gaviota, y su madre acuden a la próspera Hacienda Casablanca para trabajar como recolectoras en la segunda cosecha de la temporada. Ambas mujeres llegan con la esperanza de que esta campaña sea la última, ya que a partir de ahora serán dueñas de su propia tierra.
Sin embargo, su destino dará un giro absoluto tras el inesperado fallecimiento de Octavio Vallejo, el dueño de la hacienda que les había prometido entregarles una hectárea de tierra para que cultivaran su propio café en agradecimiento por haber sido salvado por ellas de un intento de secuestro.
En el entierro del patriarca de los Vallejo, una de las familias más poderosas del gremio caficultor, Gaviota conoce a Sebastián, uno de los hijos del fallecido que ha regresado a Colombia tras haber residido varios años en Estados Unidos. Desde el primer cruce de miradas, surge entre ellos una irresistible atracción, que avivará la llama de un amor apasionado e imposible entre dos personas que pertenecen a mundos completamente opuestos: él, acostumbrado a moverse entre las élites neoyorquinas y ella, una joven campesina de origen humilde.