Depués de lo vivido en el último año y medio, apetece más que nunca viajar con el coche por la península. Proponemos una ruta en coche por los pueblos costeros de Alentejo, un destino en el que la naturaleza es la protagonista.
El relax y la slow life conquistan a todo aquel que acude a Alentejo y en especial a los que visitan sus pueblos costeros. Los alojamientos, que cuidan al máximo el bienestar de los huéspedes y el ambiente eco-chic de la zona litoral de la región, hacen del Alentejo el destino perfecto para una escapada en coche en busca del buen tiempo, amplias playas y unos preciosos paisajes.
Lo ideal es aprovechar la visita para hacer un recorrido de sur a norte, o viceversa, por el eje costero de Alentejo. Si se comienza por el norte, desde la frontera con Lisboa, la primera parada puede ser la famosa península de Troia. Desde la punta de Troia hasta el cabo de Sines, el litoral se compone de extensas y salvajes playas de arena. Esta primera parada es la más turística, ya que Troia cuenta con varios atractivos, tanto culturales como paisajísticos, que atraen a viajeros de todas partes del mundo en busca de las ansiadas vacaciones. Mientras algunos visitan los restos arqueológicos de la Troia de la Lusitania Romana, otros pueden tomar un ferry en el puerto para avistar delfines. Y, por supuesto, siempre quedará la opción de quedarse tomando el sol en alguna de sus maravillosas playas.
De vuelta al coche, prepara el mapa para llegar hasta Comporta, un pueblo de ensueño perfecto para olvidarse del estrés de la metrópoli. La paleta de colores de esta villa va desde el blanco hasta el azul, generando un paisaje especialmente veraniego. Desde él se accede a la playa de Comporta, refugio de celebrities y de gente anónima que busca unas vacaciones de lujo entre la naturaleza más cuidada. Algunos kilómetros más al sur se encuentra la playa de Almograve, ideal para la práctica del surf y el bodyboard.
La tierra de Vasco de Gama
En la ruta hacia el cabo de Sines, se recomienda, sobre todo, para los amantes del submarinismo, lugares como Lagoa da Sancha que son perfectos para esta actividad por sus hermosos bancos de peces. La llegada a Sines es diferente a todo lo visto hasta ahora. Se trata de una ciudad de 10.000 habitantes que nació como pequeño puerto pesquero. Es la tierra de Vasco de Gama, explorador que llegó a las Indias Orientales otorgando al Imperio portugués un territorio más a nivel colonial. En la caminata por la ciudad no puede faltar una parada en el castillo, que hoy en día es una casa museo con entrada gratuita o disfrutar de un magnífico pescado recién salido del mar.
Hacia el sur el viaje se adentra en el Parque Natural del Sudoeste Alentejano, zona de acantilados y de especies de flora y fauna única. Para las familias, también existen playas accesibles con multitud de servicios, como las de Morgavel, Vale de Figueiros (Figueirinha), Praia Grande de Porto Covo y la de Ilha do Pessegueiro.
Vilanova de Milfontes se presenta como una zona especialmente buena para la pesca deportiva. Además, no te puedes perder la playa de Malhão, donde se salpican diversas playas pequeñas como la playa de la Cruz, de Saltinho o la de los Nascedios. La extensa playa de Malhão es tan grande que siempre es posible encontrar zonas desiertas. El final de este espectacular viaje se puede situar en Zambujeira do Mar, su playa es una de las más conocidas de Alentejo, rodeada de acantilados y de una naturaleza inigualable.