El Hospital Quirónsalud San José pone en marcha 'Psicomamá', una propuesta de acompañamiento psicológico y emocional para mujeres embarazadas y sus parejas, a cargo del psicólogo sanitario Juan Luis Barroso Benito.
“Estoy embarazada, me dicen que todo va bien… Pero, no me siento como se supone que debería. Tampoco estoy disfrutando del embarazo como esa etapa bonita que todo el mundo habla".
Esta frase, repetida por muchas mujeres en consulta, refleja una realidad más común de lo que imagínanos: no todos los embarazos se viven desde una felicidad constante.
"A veces, aparecen dudas, ansiedad, tristeza, miedo o una sensación de desconexión difícil de explicar. Y eso no significa que se esté haciendo algo mal, significa estar viviendo un proceso de cambio complejo”, afirma Juan Luis Barroso Benito, psicólogo sanitario del Hospital Quirónsalud San José.
El embarazo es una etapa de transformación profunda, que transita entre la alegría de lo nuevo y la incertidumbre de lo que está por venir. Sin embargo, casi todo el foco sigue puesto en lo físico: las ecografías, las pruebas, el peso, el programa de preparación al parto… Pero, ¿qué pasa con lo emocional?
El lado invisible del embarazo
Durante el embarazo, muchas mujeres viven cambios emocionales intensos, como las dudas por la incertidumbre, cambios en la imagen corporal, momentos de ilusión y otros de vulnerabildiad. Socialmente, se espera que estés feliz, pero, ¿y si no siempre se consigue?
Esta incongruencia entre la expectativa ideal y la realidad emocional puede generar culpa o vergüenza, que, en lugar de expresarse, muchas madres se esfuerzan por sonreír, mientras por dentro sienten que se desbordan. Y no están solas: se estima que una de cada cinco mujeres experimenta sentimientos de ansiedad o tristeza en el embarazo.
Surgen muchas preguntas, como:
– ¿Y si no siento ese “instinto materno” del que todo el mundo habla?
– ¿Y si mi pareja no entiende lo que estoy viviendo?
– ¿Y si me siento culpable por no estar tan ilusionada como se espera?
– ¿Y si no soy la madre que querría ser cuando nazca mi bebé?
Son más comunes de lo que parece. Y ninguna de ellas hace que una mujer sea 'menos madre'. Sólo reflejan que la transición hacia la maternidad comienza antes del parto.
Psicomamá, un espacio para el cambio
“El acompañamiento emocional y psicológico es clave para que la mujer y su pareja pueden expresar sus emociones, prepararse psicológicamente para el parto y poner en palabras lo que se espera, se quiere y se teme. Por eso nace el programa Psicomamá, un espacio cuidado, cálido y profesional donde sentir no es un problema, donde las emociones tienen lugar y se conocen como parte de la maternidad”, dice el experto.
Un programa donde se concibe el embarazo como un momento de oportunidad, de descubrimiento personal y fortaleza. Sentir emociones desagradables durante el embarazo no significa tener un trastorno psicológico. Son reacciones humanas propias de atravesar un momento de cambio profundo, de transformación vital. Validarlas y poder hablar de ellas es clave para vivir esta etapa con mayor serenidad.
Por ello, en Psicomamá se habla de miedos sobre el parto, de dudas sobre la maternidad y la paternidad, de la sensación de pérdida de control, de los cambios de identidad y de cómo preparar también el postparto. Todo ello desde un enfoque de cuidado, acompañamiento y coparentalidad.
El programa está destinado para mujeres embarazadas y sus parejas, especialmente durante el segundo y tercer trimestre. Se realiza en formato grupal y presencial, en sesiones semanales de una hora y meda, desde la semana 27 hasta la semana 35 de gestación, e incluye la participación de la pareja. Las personas interesadas pueden inscribirse o solicitar más información en psicologia.sjo@quironsalud.es.
“En Psicomamá no se ofrecen recetas ni fórmulas mágicas, sino herramientas reales, un espacio sin juicio y la presencia de profesionales psicólogos especializados en salud perinatal, que acompañan con respeto y admiración en cada proceso”, asegura Barroso.
Además, se reconoce la importancia de la comunidad, ya que la maternidad no debería vivirse en soledad, sino con apoyos que puedan sostener lo visible e invisible del embarazo.