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Estudios recientes estiman que en el mundo se usan tres millones por minuto

Las mascarillas: una amenaza medioambiental para la que no existen directrices de reciclaje

Una mascarilla higiénica común, abandonada en un entorno natural, puede tardar en degradarse entre 300 y 400 años. Y, mientras desparece, puede afectar de múltiples formas a la flora y fauna del entorno, al agua y a los suelos que conforman ese espacio; o incluso acabar en el mar, uniéndose a los más de ocho millones de toneladas de residuos plásticos que se vierten anualmente a los océanos.
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Una mascarilla higiénica común, abandonada en un entorno natural, puede tardar en degradarse entre 300 y 400 años. Y, mientras desparece, puede afectar de múltiples formas a la flora y fauna del entorno, al agua y a los suelos que conforman ese espacio; o incluso acabar en el mar, uniéndose a los más de ocho millones de toneladas de residuos plásticos que se vierten anualmente a los océanos.
Por Jon M. Rhode
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promanillosmasinteresmadridcom/12/1/12/29
martes 20 de abril de 2021, 17:31h
Estudios recientes estiman que se utilizan un total de 129.000 millones de mascarillas al mes en todo el mundo, es decir, tres millones por minuto. La mayoría de ellas son mascarillas desechables fabricadas con microfibras de plástico.
Los Ministerios para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, y de Consumo pusieron en marcha la campaña “Recuerdos inolvidables. La mascarilla es para ti, no para la naturaleza”, para promover el uso de mascarillas protectoras y sensibilizar a los ciudadanos sobre los efectos del abandono en entornos naturales.
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Los Ministerios para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, y de Consumo pusieron en marcha la campaña “Recuerdos inolvidables. La mascarilla es para ti, no para la naturaleza”, para promover el uso de mascarillas protectoras y sensibilizar a los ciudadanos sobre los efectos del abandono en entornos naturales.
Las mascarillas: una amenaza medioambiental para la que no existen directrices de reciclaje
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El toxicólogo ambiental de la Universidad del Sur de Dinamarca, Elvis Genbo Xu, y el profesor de ingeniería civil y ambiental de la Universidad de Princeton (Estados Unidos), Zhiyong Jason Ren, han avisado de que es "urgente" reconocer la amenaza medioambiental que suponen las mascarillas para evitar que se convierta "en el próximo problema del plástico", y advierten de que "no existe ninguna directriz oficial sobre el reciclaje de las mascarillas", por lo que es más probable que se eliminen como residuos sólidos.

Estudios recientes estiman que se utilizan un total de 129.000 millones de mascarillas al mes en todo el mundo, es decir, 3 millones por minuto. La mayoría de ellas son mascarillas desechables fabricadas con microfibras de plástico.

Tal y como han expuesto ambos investigadores en un artículo publicado en Frontiers of Environmental Science & Engineering, las mascarillas desechables son productos de plástico que no pueden biodegradarse fácilmente, sino que pueden fragmentarse en partículas de plástico más pequeñas, es decir, en micro y nanoplásticos, que se extienden por los ecosistemas. Así, avisan de que la enorme producción de mascarillas desechables es de una escala similar a la de las botellas de plástico, que se estima en 43.000 millones al mes. Sin embargo, a diferencia de las botellas de plástico (de las que se recicla aproximadamente el 25 por ciento), las mascarillas no se pueden reciclar.

Contenedores sólo para mascarillas

Ante esta problemática, ambos científicos apuestan por establecer cubos de basura solo para mascarillas, con el fin de facilitar su recogida y eliminación; considerar la estandarización, las directrices y la aplicación estricta de la gestión de los residuos de las mascarillas; sustituir las mascarillas desechables por otras reutilizables, como las de algodón; y considerar el desarrollo de mascarillas biodegradables para su eliminación.

Si no se eliminan para su reciclaje, al igual que otros residuos plásticos, las mascarillas desechables pueden acabar en el medio ambiente, en los sistemas de agua dulce y en los océanos, donde la meteorización puede generar un gran número de partículas de tamaño micro (menores de 5 milímetros) durante un periodo relativamente corto (semanas) y fragmentarse además en nanoplásticos (menores de 1 micrómetro).

Asimismo, una preocupación más reciente y mayor, según los investigadores, es que las mascarillas se fabrican directamente con fibras de plástico de tamaño microscópico. Al descomponerse en el medio ambiente, esta puede liberar más plásticos de tamaño microscópico, con mayor facilidad y rapidez que los plásticos a granel, como las bolsas de plástico, escriben los investigadores. "Estos impactos pueden verse agravados por una mascarilla de nueva generación, las nanomáscaras, que utilizan directamente fibras de plástico de tamaño nanométrico (con un diámetro inferior a 1 micrómetro) y añaden una nueva fuente de contaminación por nanoplásticos", alertan.

Así las cosas, los investigadores subrayan que no saben cómo contribuyen las máscaras al gran número de partículas de plástico detectadas en el medio ambiente, "simplemente porque no existen datos sobre la degradación de las máscaras en la naturaleza". "Sin embargo, sabemos que, al igual que otros residuos plásticos, las mascarillas desechables también pueden acumular y liberar sustancias químicas y biológicas nocivas, como el bisfenol A, metales pesados, así como microorganismos patógenos. Esto puede tener un impacto adverso indirecto en las plantas, los animales y los seres humanos", concluye Genbo Xu.

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