Por mucho que nos creamos que el arte de la peluquería está al alcance de cualquiera, la realidad es que, después de estos experimentos, lo único que agradeceremos es no tener que salir de casa. Los profesionales del estilismo, como los del salón Noelia Jiménez, nos advierten de lo que no deberíamos hacer con nuestro cabello durante la cuarentena.
Teñirlo nosotras mismas. Comprar un tinte de supermercado y aplicarlo en casa no tiene por qué ser un error, pero la mayoría de las veces acabamos metiendo la pata. El resultado nunca suele ser el tono que aparece en la caja y conseguiremos un color diferente en la raíz y en las puntas si no conocemos la técnica.
El aburrimiento también puede llevarnos a experimentar con decoloraciones y cambios de tono que pueden suponer verdaderos crímenes para nuestro pelo, no todos los colores quedan bien a todo el mundo. Es importante tener en cuenta el tono de piel, de ojos y el color natural del cabello.
Además, si lo que estamos buscando en un inocente gesto es ocultar las canas, debemos saber que seguramente lo ejecutemos mal, podemos teñir una franja de vello mayor de la necesaria y que se acabe creando una especie de diadema de un color más intenso que el resto de la melena.
Cortarnos el pelo nosotras mismas. Dar estilo a la melena requiere una técnica que es difícil llevar a cabo, nunca puede quedar tan bien como el diseño de un profesional, que mezcla técnica y estilo.
Además, hay que tener en cuenta las herramientas que utilizan los profesionales. Si no se utilizan las tijeras correctas, afiladas y de titanio, podemos estropear el pelo. El tipo de pelo, el grosor, la densidad… también influyen en el corte. Si, por ejemplo, tenemos un pelo lacio y fino, va a ser imposible disimular los errores.
No hidratarlo. Sin una fecha exacta de 'libertad' a la vista, no podemos esperar a someternos a un tratamiento de hidratación en los salones. Una vez a la semana, toca regalar a nuestra melena un extra de suavidad en forma de mascarilla de aceite de oliva o de Argán, manteca de karité o cacao.
Dormir con el pelo mojado. Con los horarios y la rutina cambiada, podemos adoptar este hábito que resulta muy dañino para el pelo. El cuero cabelludo sufre con un largo periodo de humedad y, poco a poco, va perdiendo fuerza. Además, al despertar, nos encontraremos con una melena encrespada y llena de nudos.
Desenredarlo mal. No hay que desenredarlo en seco. Al hacerlo de este modo, el cepillo no se desliza bien y se rompe la cutícula. La melena se verá con menor volumen y resistencia. Siempre hay que realizarlo con el pelo húmedo y con un cepillo de esqueleto o peine de púas anchas.
Desatender la alimentación. Con el aburrimiento acechando y la despensa llena, podemos caer en la tentación de saltarnos la dieta y abusar de ciertos productos como el alcohol, el azúcar, los refrescos o platos con exceso de grasa. Además de conseguir kilos de más, el pelo se volverá más fino, quebradizo y se caerá más. Adoptar una dieta rica en verduras ayudará a que nuestro cabello este más fuerte y evitar que pierda su brillo y color natural.