Con esta intervención, el Consistorio pone fin al proyecto de remodelación en el entorno del eje Joaquín Costa-Francisco Silvela, que ha supuesto una inversión total de 11,3 millones de euros. Los trabajos concluidos en el eje el pasado febrero, pusieron fin a la brecha urbana que suponía el viaducto en este área.
Las actuaciones en la calle de Gabriel Lobo se han centrado en el primer tramo de la vía, en el que se han renovado los pavimentos existentes. En lo que respecta a su distribución, la calle ahora cuenta con un carril de un único sentido, aparcamientos en línea a ambos lados y aceras de anchura variable cercanas a los dos metros.
También como parte del proyecto en esta vía, en la confluencia con la calle de Duque de Sevilla, se ha reformado el espacio existente dando lugar a una plaza en la que se ha recolocado el mobiliario urbano, que ahora cuenta con nuevos elementos.
Una vez concluida la remodelación en el tramo de la calle de Príncipe de Vergara incluido en el proyecto, el tráfico rodado discurre por tres carriles por sentido, separados por una mediana ajardinada y hay dos carriles bus-taxi. La sección se completa con aparcamientos en línea y las aceras ahora tienen la misma estética que en el eje Francisco Silvela-Joaquín Costa.
Finalmente, en el tramo afectado de la calle de López de Hoyos, las obras han consistido en la renovación de los pavimentos y en la habilitación de dos carriles por sentido sin separación física.
Fin de la brecha urbana
Una vez concluida la fase de demolición del viaducto en el eje Joaquín Costa-Francisco Silvela en octubre de 2020, el Ayuntamiento puso en marcha el proyecto de remodelación urbanística de este eje, cuyas obras concluyeron el pasado mes de febrero, poniendo fin a la brecha urbana que suponía el viaducto y dando paso a un entorno con mayor amplitud visual del área urbana y más cómodo para el ciudadano.
El proyecto de reforma del eje Joaquín Costa-Francisco Silvela ha incrementado en más de 5.400 m2 el espacio para el peatón y, al mismo tiempo, ha garantizado el papel fundamental que este espacio juega en la movilidad en la capital, asegurando su funcionalidad y la fluidez en la distribución del tráfico.
El nuevo eje cuenta con tres carriles por sentido para el tráfico general, un carril por sentido reservado para el transporte público y un itinerario ciclista segregado con las máximas condiciones de seguridad.
Además, la remodelación también ha supuesto la creación de nuevos pasos de peatones que facilitan la conexión entre ambos lados de la calle. Para cumplir la normativa de accesibilidad universal se incluyó una plataforma de descanso entre cruces en la mediana central.
Asimismo, el nuevo entorno ha recuperado la glorieta de López de Hoyos como pieza ajardinada y los trabajos también incluyeron la plantación de 330 nuevos árboles en el nuevo entorno del eje, así como nuevo alumbrado de tecnología led más eficiente.