Hay muchos mitos sobre el origen de las varices, pero ¿cuáles son las verdaderas causas de su aparición? Existen factores que favorecen el riesgo de desarrollar varices. El principal es la edad. A los 70 años, el 70% de la población masculina y femenina presenta algún tipo de varices. Entre los 55 y 64 años afecta al 55% y por debajo de los 30 años a menos del 10%.
Otro factor determinante es el hereditario. Los personas con antecedentes familiares tienen el doble de posibilidades de ser portadores de varices. La
obesidad también aumental el riesgo de padecerlas, tanto en hombres como en mujeres. Por último, se ha demostrado que las
mujeres con embarzos múltiples tienen una incidencia cuatro veces superior.
Si bien las mujeres consultan hasta nueve veces más al médico por esta causa,
las varices tronculares (en el tronco) son igual de frecuentes entre los hombres. Sin embargo,
las arañas vasculares son más habituales en las pacientes.Durante algún tiempo se pensó que los
anticonceptivos orales podrían favorecer la aparición de varices, pero hoy en día
se ha demostrado que su incidencia no influye de forma significativa en su desarrollo y que, por el contrario,
protegen frente a flebitis y embolismos pulmonares.Las hernias y los problemas ortopédicos no favorecen su aparición, pero sí existe una asociación entre estas patologías y las varices. El tipo de trabajo, por ejemplo aquellos en los que hay que
permanecer muchas horas de pie, el estreñimiento o padecer aterosclerosis, también son factores de riesgo.Muchas veces
relacionamos las varices como un problema únicamente estético, pero no es así. ¿Qué es lo que no sabemos de esta enfermedad? Cuando se rompe el equilibrio hidrostático, las varices comienzan a producir
molestias. Las típicas son la pesadez y el cansancio, en especial tras mucho tiempo de pie (ortostatismo) y al final el día. Estos síntomas
mejoran con el ejercicio físico o simplemente dando un paseo. Poner las
piernas en alto también contribuir a aliviar los síntomas.
Existen
otras manifestaciones que, si bien pueden remitir con reposo en un primer momento,
a medio plazo tienden a cronificarse. Algunos ejemplos son el
dolor de intensidad variable en pantorrillas y tobillos;
calambres, sobre todo en pantorrillas y por la noche;
prurito o picores en tobillos y dorso del pie;
edema (hinchazón de piernas) que se inicia en tobillos y pies y que puede acabar afectando la pierna.
Las lesiones cutáneas aparecen más tarde, cuando los depósitos subcutáneos de hematíes causan manchas pardas en la piel.
La degeneración de la epidermis y la grasa que existe bajo ella, provocan reacciones inflamatorias locales que acaban produciendo zonas endurecidas y dolorosas (fibrosis subcutánea).
En algunos casos pueden llegar a aparecer
úlceras, generalmente en torno a los tobillos, que son muy dolorosas y tardan mucho en curar. Entre los 30 y 70 años
Sobre el doctor España
El doctor Gabriel España Caparros es el jefe de Servicio de Cirugía Vascular de Hospital HLA Universitario Moncloa desde 1998. Con más de treinta años de trayectoria en la especialidad de Angiología y Cirugía Vascular, también es experto universitario en Gestión de Unidades Clínicas (UNED-ENS), ha sido Premio Martorell de Investigación (SEACV), director de tesis doctorales, autor de publicaciones científicas (cinco interancionales), de abstracts en revistas internacionales, libros relacionados con su especialidad y ha desarrollado su faceta de investigador en el Grupo Oficial de Investigación (UAM). El Dr. España, que también ha ejercido la docencia en la Universidad Complutense de Madrid, en la Escuela Nacional de Trabajo y la Universidad Europea de Madrid, es una figura destacada a nivel nacional en su campo y pionero en cirugía endolaser, técnica con la que trata a pacientes en todo el país que sufren de varices.
un 15% de la población puede padecer varices con relevancia clínica, aunque solo un 1,5% desarrollarán úlceras varicosas.
Abordaje mediente cirugía endolaser
En HLA Universitario Moncloa el abordaje de las varices se hace mediate cirugía endoláser. ¿Cómo es el paso a paso de esta técnica mínimamente invasiva?
Primero, exploramos al candidato para comprobar que es apto para este tratamiento. A continuación, durante la intervención, se realiza una punción con una aguja especial bajo control ecográfico de la vena safena a nivel de tobillo o por debajo de la rodilla. Se introduce una fibra láser hasta la ingle, que emite una luz roja que nos permite visualizar a través de la piel. Desde allí, se realizan disparos de longitud, de intensidad y duración determinadas, a lo largo de la vena safena varicosa y, finalmente, se retira la fibra y se comprueba el estado de la vena mediante ecografía.
La intervención dura en torno a 30-40 minutos y puede ser ambulatoria, dependiento de la anestesia (regional o general). Tras una o dos horas el paciente puede irse caminando. La total recuperación es variable; puede ser inmediata o extenderse hasta 10 o 14 días, dependiendo de la cantidad de venas tratadas.
La técnica endolaser es menos agresiva que el tratamiento convencional, ya que reduce el número de incisiones, especialmente en tobillo e ingle y permite reducir el dolor post-operatorio. También permite una recuperación más rápida y es un método tan seguro y fiable como la cirugía convencional o con radiofrecuencia, con solo un 4% de recidivas o resultados insatisfactorios.