El hospital HLA Universitario Moncloa ha establecido nuevos protocolos y procesos asistenciales para recuperar progresivamente la actividad normal, paralelamente a la desescalada de la emergencia sanitaria causada por la COVID-19. El protocolo de trabajo comprende diferentes ‘fases de repliegue’ con el fin de ir ampliando las zonas para pacientes no COVID, hasta disponer con regularidad del total de sus instalaciones y servicios.
El 7 de marzo se diagnosticó el primer caso por COVID en HLA Universitario Moncloa, desde entonces se han atendido 2.000 pacientes afectados o con sospecha de coronavirus, 669 han requerido hospitalización y 43 cuidados intensivos, lo que exigió la reestructuración de los circuitos para afrontar esta demanda asistencial. En las últimas semanas, la vuelta a la actividad para atender patologías no relacionadas con la COVID-19 se está haciendo de acuerdo con los criterios y las normas establecidas por las autoridades sanitarias de la Comunidad de Madrid.
El centro ha empezado a programar las pruebas e intervenciones más urgentes y no demorables, siguiendo un protocolo de trabajo que coordina e implica todas sus áreas (asistencial, administrativa y servicios). Las labores de limpieza, desinfección y señalización de los circuitos de baja exposición COVID ha recibido especial dedicación, como la dotación de medios de protección para profesionales y pacientes, para ofrecer todas las garantías para el cuidado de su salud.
Hasta llegar a la 4º fase, el centro dispone de circuitos seguros para que pacientes no COVID reciban asistencia por videollamada o teleconsultas, como se ha realizado también durante el confinamiento. En aquellos casos que, por su naturaleza o urgencia, sea necesaria la asistencia presencial como el seguimiento de embarazos, pacientes crónicos, oncológicos o inmunodeprimidos o pacientes quirúrgicos, HLA Moncloa sigue criterios de seguridad que exigen al paciente acudir con mascarilla quirúrgica para reducir las posibilidades de contagio, se espacian las citas para evitar aglomeraciones en las salas de espera y retrasan la cita al paciente que presente sintomatología o sospecha de coronavirus, remitiéndolo a domicilio o Urgencias, según el caso. Los quirófanos mantienen su actividad con un área estrictamente aislada para COVID positivos, y otra para pacientes no afectados por el virus.
Los pacientes que acuden al centro pueden guiarse fácilmente por las señalizaciones para el cumplimiento del necesario distanciamiento social, como pegatinas en el suelo para hacer una cola, espacios intermedios en las bancadas en salas de espera, o el tránsito por zonas de ‘baja exposición COVID’.
En caso de un repunte de la pandemia, el hospital cuenta con planes y protocolos para que, en un plazo máximo de 72 horas, pueda reajustar su actividad en coordinación con las autoridades sanitarias.