Accidentes por uso del móvil al volante: la nueva 'pandemia' silenciosa

En un contexto social donde la conectividad permanente se ha convertido en una necesidad casi vital, asistimos preocupados a un fenómeno de máxima gravedad en materia de tráfico: el incremento alarmante de los accidentes causados por el uso del teléfono móvil mientras se conduce.

En una sociedad caracterizada por la inmediatez, la hiperconectividad y la dependencia tecnológica, asistimos con creciente alarma al surgimiento de una nueva y devastadora amenaza en nuestras carreteras: el uso del teléfono móvil al volante. Este fenómeno, que crece en intensidad a la par que se integran nuevas formas de comunicación en nuestra vida cotidiana, constituye hoy en día una de las principales causas de siniestralidad vial, situándose por encima del exceso de velocidad, el consumo de alcohol y otras conductas tradicionalmente peligrosas.

La Dirección General de Tráfico advierte que utilizar el móvil al volante multiplica por cuatro el riesgo de accidente, siendo comparable, en términos de peligrosidad, a conducir bajo los efectos del alcohol. La distracción se ha consolidado como la primera causa de siniestros mortales en carretera, por encima incluso del exceso de velocidad o la conducción bajo influencia de sustancias.

No se trata únicamente de enviar mensajes: consultar redes sociales, atender llamadas o, incluso, grabar vídeos son conductas cada vez más habituales y extremadamente peligrosas, que pueden constituir imprudencias graves o incluso delitos contra la seguridad vial.

La magnitud de un problema invisibilizado

Diversos estudios recientes, avalados por la Dirección General de Tráfico y organismos europeos de seguridad vial, coinciden en un diagnóstico demoledor: el uso del móvil mientras se conduce multiplica por cuatro el riesgo de accidente, equiparándose, en términos de peligrosidad, a conducir con una tasa de alcohol en sangre superior a la permitida.

Entre las conductas más frecuentes y peligrosas encontramos: enviar o leer mensajes de texto, consultar redes sociales o aplicaciones de mensajería. realizar videollamadas, revisar correos electrónicos o notificaciones diversas y grabar vídeos o realizar publicaciones en directo.

Cada una de estas acciones implica una distracción triple: visual (desviar la vista de la carretera), manual (retirar las manos del volante) y cognitiva (desconectar la atención del entorno vial), aumentando exponencialmente la posibilidad de cometer errores fatales.

El problema, no obstante, va más allá de los datos estadísticos: existe una peligrosa normalización social de este comportamiento, donde la urgencia de responder a un mensaje o de compartir contenido supera, inconscientemente, el instinto de autoprotección y el respeto hacia los demás usuarios de la vía.

Consecuencias jurídicas

Cuando un accidente de tráfico es provocado, directa o indirectamente, por el uso indebido del móvil, las consecuencias jurídicas para el conductor infractor pueden ser gravísimas, afectando tanto al ámbito civil como penal, siendo;

– Responsabilidad civil. El conductor responsable deberá indemnizar a las víctimas por la totalidad de los daños sufridos, incluyendo lesiones temporales, secuelas permanentes, daños materiales, perjuicios económicos y, en su caso, indemnización por fallecimiento.

– Responsabilidad penal. En casos de especial gravedad (lesiones graves, muerte), el uso del móvil puede constituir un delito contra la seguridad vial, castigado con penas de prisión de seis meses a cuatro años, multa, y retirada del permiso de conducir.

– Exclusiones de cobertura por las aseguradoras. Algunas pólizas de seguro contemplan limitaciones de cobertura en supuestos de imprudencia grave. Si se acredita que el accidente fue causado por el uso del móvil, la aseguradora podría repetir contra su propio asegurado, exigiéndole el reembolso de las cantidades pagadas a las víctimas.

– Agravamientos indemnizatorios. Los tribunales, en sus valoraciones, tienen en cuenta la especial gravedad de la conducta cuando ésta deriva de una distracción consciente e injustificada, lo que puede elevar la cuantía indemnizatoria por daño moral.

Accidente con uso del móvil

En Guerrero & Asociados recomendamos que, ante la sospecha de que un accidente haya sido causado por el uso del móvil, la víctima actúe con especial diligencia para proteger sus derechos:

1. Insistencia en la elaboración de un atestado policial detallado, solicitando que conste cualquier indicio de distracción.

2. Recopilación de testimonios de otros conductores o transeúntes que hayan observado la conducta imprudente.

3. Solicitar la conservación de registros telefónicos mediante diligencias judiciales urgentes.

Sólo una actuación profesional, inmediata y estratégica permitirá que las víctimas obtengan la máxima protección jurídica y la indemnización completa que les corresponde.

Necesaria respuesta social y legislativa

Desde el ámbito jurídico, social y legislativo, urge adoptar medidas contundentes para frenar esta 'pandemia' silenciosa que amenaza la vida de miles de ciudadanos cada año. Entre las principales medidas necesarias destacamos:

1. Endurecimiento de las sanciones administrativas por uso del móvil al volante, equiparando su gravedad a otras conductas de alto riesgo como el alcohol o las drogas.

2. Campañas de concienciación sostenidas, enfocadas especialmente en jóvenes conductores, para desnormalizar el uso del móvil como conducta habitual en la conducción.

3. Fomento de tecnologías de bloqueo de dispositivos mientras el vehículo esté en movimiento.

4. Mayor implicación de las compañías de seguros, exigiendo condiciones más estrictas en los contratos de pólizas.

La seguridad vial es un bien colectivo que debe protegerse con decisión. El uso del móvil al volante no es una mera infracción: es un acto de irresponsabilidad profunda, que puede costar vidas.

Como despacho especializado en la defensa de víctimas de accidentes de tráfico, desde Guerrero & Asociados, Abogados reafirmamos nuestro compromiso absoluto con quienes, de manera injusta, ven truncados sus proyectos, su salud o su felicidad por culpa de la imprudencia ajena.

Nuestro enfoque se basa en tres principios innegociables: profesionalidad, compromiso y éxito. Asumimos la defensa de cada víctima con la determinación de no permitir que ni la negligencia ni la indiferencia queden impunes. Porque, detrás de cada accidente, hay historias, familias y derechos que merecen toda la protección que el Derecho puede y debe ofrecer.