La concejala socialista Mar Espinar, que lamentó que se haya “ninguneado” a los vecinos y afirmó que se han “pisoteado los canales de participación ciudadana”, calificó al barrio del Niño Jesús como un “hervidero de imposiciones” refiriéndose también al macroparking de Menéndez Pelayo o el del hospital. Espinar pidió los preceptivos informes de Medio Ambiente que justificaban la tala, que nadie ha visto. Los socialistas pedían, en su texto, que cualquier proyecto que afecte a la configuración del distrito “tenga que ser previamente informado y consensuado no sólo con la Junta”, sino también con vecinos y representantes políticos.
El concejal Santiago Saura negó que la Junta desconociera el proyecto del área de Medio Ambiente, incluso “dimos el visto bueno incorporando mejoras” de accesibilidad. El edil informó de que se han talado 32 ejemplares, y no medio centenar, de los cuales 28 son arizónicas, altamente alergénicas y que se sustituyen sistemáticamente, así como un aylanto, también calificado como especie invasora, y se repondrán al menos 28 de otras especies, aunque señaló que tendrá que “consultar” si puede facilitar el informe solicitado.
Saura también afirmó que “estamos abiertos a la participación”, sin embargo consideró que los partidos que gobiernan “representan a los ciudadanos porque han sido elegido por ellos”, y estimó que “consensuar todo” con todos sólo sirve para “esclerotizar la administración”. Vox respaldó esta postura de “democracia representativa” criticando que luego “participan un número muy reducido de vecinos”, por lo que votó en contra de la proposición del PSOE, junto con el PP.
Por su parte, el edil de Más Madrid, Nacho Murgui, lamentó la “ridiculización o banalización” de la participación ciudadana, y defendió que lejos de ser una “dificultad, es una ventaja que haya más cerebros pensando”. En el turno de su pregunta, recordó que existen mecanismos como el Foro Local, un “sistema democrático de alta calidad” para evitar este tipo de problemas.
Dos grupos de vecinos enfrentados
También explicó Saura que “estamos recibiendo aportaciones de dos grupos diferentes de vecinos, que son irreconciliables”, y que de momento están estudiando qué modificaciones hacer en el proyecto, que calificó como una “mejora de la plaza” que se conocía desde abril, pero se ha acometido en agosto a causa de la pandemia. La plataforma vecinal que, de momento, ha recogido 1.500 firmas en change.org, pide, además de reponer el arbolado, eliminar los caminos entre los parterres y los bancos, ante el temor de que generen botellones y molestias. Del otro grupo de vecinos no se tiene constancia, ya que no han publicitado su postura.
La proposición de Vox, que se limitaba a pedir la replantación de los ejemplares talados en el distrito, también sacó a relucir otra actuación en Marqués de Lozoya, donde se han eliminado 16 ejemplares. Saura defendió esta obra, que también empezó en agosto para sorpresa de los vecinos, y que consiste en la ampliación de aceras, eliminación de barreras arquitectónicas y supresión de un carril de circulación. Los 16 olmos de Siberia talados, afirmó el concejal, también “son propensos a accidentes”, y sus raíces habían desbordado los alcorques: se sustituirán por almeces. “A nadie le gusta talar árboles, pero a veces es necesario”, defendió Saura, ingeniero de Montes.
Propuestas sobre la mesa
Por otra parte, el resultado de la proposición del PSOE quedó en el aire, pese al voto en contra de Ciudadanos, el PP y Vox. Los portavoces plantearon dudas respecto a que el sistema propuesto por Coordinación Territorial al reducir al 50% la presencia de vocales en el pleno por el Covid, reproduzca la situación de mayorías estando los grupos políticos al completo: las proposiciones en duda quedaron sobre la mesa, a la espera de aclaración por parte del área. Estas dudas se han planteado también en otros plenos de distrito.