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Luis Pacheco Torres, comerciante madrileño

El sector primario se desangra

'Los sectores productores de la materia prima alimentaria se desangran', afirma Luis Pacheco en esta tribuna de opinión.
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"Los sectores productores de la materia prima alimentaria se desangran", afirma Luis Pacheco en esta tribuna de opinión. (Foto: MIM)
martes 07 de noviembre de 2023, 17:09h
El comerciante madrileño Luis Pacheco, autor de este artículo de opinión, escribe en favor del sector primario de nuestro país, agricultores y ganaderos, y de la importancia de que se tengan en cuenta sus problemas y necesidades.

Asistimos, atónitos, a un escenario impensable, en el que el Gobierno en funciones está pendiente de otras cuestiones, de unas negociaciones o de unos acuerdos que buscan una investidura.

Mientras tanto, los sectores productores de la materia prima alimentaria se desangran, no pueden con la fuerte subida de sus gastos, de sus materiales, de sus combustibles, de su mano de obra, etc.

España siempre ha sido un país productor y exportador en todos estos sectores, el mejor de Europa. Nuestra agricultura es privilegiada, nuestras especiales tierras, su composición, el ph de nuestras aguas y el clima mediterráneo, unido a una tradición ancestral y, sobre todo, a la magnífica predisposición de generaciones de trabajadores del campo, que consiguieron sacar lo mejor de la tierra y del cuidado y crianza de los animales y transmitirlo de abuelos a padres y de padres a hijos. Sin embargo, en estos momentos, la situación es crítica.

Desde el Gobierno Central no son conscientes de estos problemas; su inoperancia y su nula capacidad de escuchar a los ganaderos y sus problemas, a su sufrimiento por la protección excesiva del lobo, que ha originado un aumento de población de estos depredadores y, por tanto, un riesgo creciente de animales atacados, estresados y muertos en mayor número.

Los ganaderos de leche no ven precios acorde a su esfuerzo y sacrificio, 365 días al año, para no cubrir ni siquiera gastos. Siempre recordamos la frase: “si el campo no produce, la ciudad no come”. Y estamos llegando a ese punto. Cierran cientos de explotaciones ganaderas y, cuando seamos deficitarios de leche, probablemente tengamos que importarla de Alemania, Polonia, a precios más altos y seguro que de calidad inferior.

Es un auténtico bochorno comprobar que se sigua una Agenda 2030, que es un arma demoledora de nuestras explotaciones agrícolas, ganaderas y, también, muy lesiva para las cofradias de pescadores.

Se ha elegido un camino ficticiamente disfrazado de 'verde', pero que, muy al contrario es menos sostenible y menos protector del medio rural que las pràcticas ancestrales que ganaderos y agricultores han llevado a efecto en en montes, campos y bosques.

Las soluciones a los problemas de estos sectores primarios necesitan de la voz de los autónomos que regentan algunos de estos invernaderos o campos o explotaciones y que comprueban, mes a mes, cómo no les llega para mantener estos proyectos, dar de comer a sus familias y pagar a sus empleados.

Las decisiones las toman personas sin escrúpulos, en despachos con moqueta, que desconocen, en realidad, las soluciones a este calvario. Si no se corrige el camino, si no se escucha a esos ganaderos y agricultores, lo pagaremos muy, muy caro.

Si estos emprendedores, que sufren, madrugan y pagan sus impuestos sin rechistar, se cansan y arrojan la toalla, el colapso en nuestra sociedad podría ser apocalíptico.

La forma de evitarlo es legislar ayudándoles y protegiendo sus intereses.

No es alarmar, es la realidad y el aviso queda dado. Evitemos que se desangren.

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