Entrevistamos a Cueto por videoconferencia tras el Debate sobre el Estado del Distrito -otra sesión a puerta cerrada que no se pudo seguir en streaming-, junto a Lola Curto, otra de las vocales vecinas de Más Madrid responsable en materia de Educación. El portavoz de Más Madrid hace balance de este inusual año de legislatura, haciendo una distinción entre los primeros meses de mandato, con una “gestión continuista”, y desde marzo hasta ahora, con la pandemia del Covid en el epicentro, con un “desplome” de la inversión.
“En la primera parte es normal que el 80% de la gestión sea continuista”, apunta el edil, refiriéndose a la falta de capacidad para acometer propuestas cuando el PP se tuvo que amoldar al presupuesto heredado de Carmena. “Han estado terminando proyectos que les dejamos montados nosotros, obras, arreglos en polideportivos y similares”, afirma Cueto, que desgrana obras como la peatonalización de las calles de Guindalera, y otros que emprendió su equipo, como el centro cultural en la oficina de turismo de Colón, “del que habla mucho, pero no hemos visto nada nadie, ni un euro ni un plano”.
Lo que más han hecho, sin embargo, es deshacer, critica el portavoz de Más Madrid. Se refiere por ejemplo a “gestos muy autoritarios” -define Lola Curto- como echar a los vecinos del espacio de La Gasolinera, junto al Buenavista, “hasta tal punto que dejaron secar el huerto comunitario y pintaron de blanco el mural pintado por un artista del barrio, en un gesto como de a ver quién manda aquí”. Cueto reconoce que los vecinos “no tenían ningún título” para usar el espacio y eran “una parte muy minoritaria de la sociología del distrito”, como alegaba el propio Fernández, pero su grupo defendía “que pusieran en marcha su propio mecanismo de cesión de espacios”, o al menos, no lo cerraran hasta que arrancara la ampliación de la biblioteca que planea el PP su lugar.
También han “deshecho” cosas como el Espacio de Igualdad previsto en el edificio de Servicios Sociales de Núñez de Balboa, 40. “Desde que llegó nos dice que irá en la calle Fundadores, pero temo que el cuarto año (de legislatura) seguirá diciendo lo mismo: esa obra no sabemos si se hará, pero mientras, ha desmontado lo que ya tenía construido y adjudicado a una empresa”.
Para rematar, “la última barbaridad ha sido cargarse 10 proyectos de presupuestos participativos, después de una pelea muy gorda para involucrar a los vecinos en esto de la participación, y que además habían recibido el visto bueno del ayuntamiento, pero ¡oh, milagro! Ahora los técnicos dicen que no son viables, es bochornoso”.
Resumiendo, dice Curto, “es una verborrea continua, con un marcado carácter político ofensivo, pero en realidad es un discurso vacío, le preguntas una cosa y puede responder cualquier cosa, pero no si lo ha hecho o no”.
Rendición de cuentas
En la comparecencia del titular del distrito en el debate, afirma su adversario político que “no rindió cuentas, porque no tenía nada para rendir: nos volvió a contar proyectos que están ahí, y veremos si los hace o no, pero el desplome de la inversión ha sido monumental”. Se ha reducido, según las cifras de Más Madrid, un 88% la contratación de obras en centros educativos, deportivos y espacios públicos, y se desistió de la ejecución de Inversiones Financieramente Sostenibles como la reforma integral del Gimnasio Moscardó en octubre pasado, destacan. Aquí, además, la oposición sigue reclamando la retirada de símbolos franquistas, aprobada en plenos anteriores.
Luis Cueto recuerda que los asuntos que son competencia de las juntas de distrito son limitados, y se centran en cuatro aspectos como la “asistencia social y atención a personas vulnerables”, servicios como “los deportivos y culturales”, los “temas de convivencia” que se plantean en el Consejo de Seguridad Ciudadana donde están representados Policía Municipal y Nacional. La cuarta competencia “son las licencias de actividad y de obra, que igual son el 98% de actividad de esta junta”.
En estos aspectos, reconoce el edil de la oposición, el concejal presidente “ha hecho una gestión correcta, porque la Administración tiene una gran inercia, los funcionarios hacen su trabajo”. Pero sin que le duelan prendas, Cueto suscribe la opinión que lanzó el portavoz de Vox, Alejandro Martínez Badaya, en el Debate sobre el Estado del Distrito: “le dijo que para gestionar ya estaban los funcionarios, que para eso nos ahorrábamos su sueldo: aquí queremos alguien que tome decisiones y dé impulso político”.
Por otra parte, desde marzo, cuando la Covid-19 azotó en Madrid, Cueto opina que “pecan de opacidad y de decir que no pasa nada, pero sí pasa”. Centrándose en “lo poquito” que afectaba a las competencias de la junta durante la pandemia, “han sido diligentes en cerrar, suspender contratos, pero eso no es hacer”. Alude Cueto a la gestión de licencias, “que es un maldito desastre, llevan un retraso gigantesco y se ha muerto la actividad: este distrito es una pesadilla de ertes, cierres y locales que no funcionan, y en un distrito muy basado en los servicios, en la hostelería y el comercio, no reconocerlo es escapismo”.
Pero donde Luis Cueto se muestra más duro es en su crítica a la situación de las dos residencias de mayores del distrito. “Nos ocultó que la Policía Municipal había levantado actas”, dice refiriéndose a la instrucción del consejero de Sanidad de “no desplazar mayores agonizantes a los hospitales”. El portavoz de Más Madrid considera que el responsable del distrito de Salamanca “fue el peor burócrata, ocultista, no dijo nada, siempre nos dio largas”. Acusa Cueto a Fernández de merecer “un enorme reproche, porque priorizaron la lealtad al PP en vez de la lealtad a los ciudadanos, y eso se lo dijimos a la cara”.
En estos meses de confinamiento y restricciones, también critica Más Madrid la limpieza viaria, “una auténtica pesadilla para los vecinos, sobre todo los colchones tirados junto a los contenedores, que se pasaban días sin recoger”, y como recuerda Lola Curto, han pedido repetidas veces “un refuerzo para la vuelta al cole”, como “que nos echen una mano con las extraescolares o cedan espacios municipales”, pero “no hay ni un presupuesto extra: los edificios, el personal administrativo, son del ayuntamiento, hay que dotarles de un mínimo de seguridad, epis, geles hidroalcóholicos…”, enumera Curto, recordando que sólo hay tres colegios públicos en Salamanca y una escuela infantil, que se ha quedado insuficiente, por eso demandan la construcción de otra.
La propuesta de Más Madrid para afrontar las ayudas de emergencia para alimentar a las familias que han sufrido el azote económico de la Covid era “tirar del comercio de barrio, en Guindalera y Fuente del Berro hay comercio tradicional pero también emergente, que les dieran apoyo”, explica el portavoz, criticando que se adjudicara a una gran superficie, “porque están comodísimos con las adjudicaciones de urgencia”. Son las asociaciones locales, agradece Cueto, “las que han ayudado a la gente vulnerable, porque han llegado los cheques de alimentación, pero ha sido La Atenea o la solidaridad vecinal la que ha suplido ayudar a los viejitos”.
Y un último reproche. “Pasarán cuatro años y Salamanca seguirá siendo el barrio de los cayetanos: no están haciendo nada por modificar esa estigmatización de un distrito que es mucho menos rico de lo que parece, porque la gente lo identifica con Goya o Juan Bravo, pero hay barrios mucho más humildes”.