El episodio de entrada de una masa de aire africano de polvo en suspensión, más conocido como calima, que registra este martes la región madrileña no supone riesgo marcado para la salud, pero la Comunidad de Madrid aconseja a personas con problemas respiratorios no hacer ejercicio en la calle ni al aire libre.
La Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Agricultura ha emitido un aviso en su web de este episodio, que se produce de forma habitual, pero, en esta ocasión, es más importante y visible porque esta intrusión se ha juntado con los fenómenos de viento y lluvia, y hace que el cielo se tiña de color naranja.
El Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (CIEMAT) y avisó que durante este martes podrían registrarse en la zona centro de la Península Ibérica concentraciones de polvo a nivel de superficie de entre 5 y 500 microgramos por metro cúbico, debido a un episodio de intrusión de polvo sahariano.
La Consejería informó a Sanidad y a asociaciones de cardiólogos y neumólogos, y ellos a su vez lo reenvían a los centros de salud e interesados, ya que es recomendable que las personas con problemas respiratorios reduzcan la realización de actividades que supongan esfuerzo físico al aire libre.
Además, con objeto de reducir los niveles de partículas en el aire ambiente, se recomienda a la población utilizar el transporte público. La Consejería mantendrá convenientemente informada a la población de la evolución de la situación en la web www.madrid.org/calidaddelaire.
Calidad del aire desfavorable
Según ha informado el Área de Vigilancia de Riesgos Ambientales en Salud de la Dirección General de Salud Pública de la Comunidad de Madrid, la calidad del aire es "desfavorable o muy desfavorable" según las zonas debido a las elevadas concentraciones de polvo en suspensión procedente del Sáhara, que continuará durante los próximos días, provocando calima, lluvia de barro y un empeoramiento de la calidad del aire.
Por ello, se recomienda no ventilar la casa o hacerlo sólo lo imprescindible, tener cuidado con la visibilidad en la carretera, beber abundante agua y, con objeto de reducir los niveles de partículas en el aire ambiente, se pide a la población que utilice el transporte público.
Asimismo, desde la Consejería de Sanidad han señalado que si a alguien le cuesta respirar, aparece tos profunda o empeoran los síntomas de su patología previa, debe acudir a un servicio de urgencias o llamar al 112.
Las partículas en suspensión constituyen un contaminante atmosférico procedente de fuentes naturales (tormentas de arena, erupciones volcánicas o incendios forestales) y de la actividad humana (tráfico, especialmente vehículos diésel, incineradoras, calefacciones de carbón, minería o procesos industriales). Se componen de una mezcla compleja de aerosoles y sólidos microscópicos de distinto origen y composición.
Se dividen en distintos grupos según el tamaño: las partículas "gruesas" PM10, con diámetro igual o inferior a 10 micras (um) y las "finas" PM2,5 con un diámetro igual o inferior a 2,5 um.
Las PM10 suelen tener mayor componente natural. Al ser más grandes quedan, en gran parte, retenidas en las porciones superiores del aparato respiratorio (fosas nasales, bronquios) y son menos perjudiciales para la salud. Las más pequeñas (PM2,5), proceden sobre todo de la actividad humana, pueden penetrar hasta lo más profundo del pulmón y pasar a la sangre, y por eso son más nocivas. No obstante, además del tamaño, su efecto tóxico está estrechamente relacionado con su composición.
En la Comunidad de Madrid, una causa frecuente de aumento de partículas en el aire son las 'Intrusiones Saharianas', que se refieren al polvo del Sahara que llega al interior de la Península empujado por vientos del sur. Este polvo, puede permanecer en el aire durante horas y presentarse como una neblina de color marrón puede llevar en su composición materia mineral (arcillas, cuarzos y carbonatos) y también material biológico como fragmentos vegetales, polen, esporas, virus o bacterias.
Los días con intrusión sahariana los valores límite establecidos por la legislación para las partículas en suspensión pueden verse ampliamente superados y la población más sensible (asmáticos, niños, pacientes con enfermedad respiratoria o cardíaca) verse afectada, con aparición o exacerbación de síntomas (fundamentalmente dificultad respiratoria) al exponerse al aire contaminado.