El Ayuntamiento de Madrid, a través del área de Cultura, Turismo y Deporte, continúa con los trabajos de la restauración de la Puerta de Alcalá, que se centran ahora en los cuatro grupos escultóricos del ala norte.
Se trata de dos panoplias, integradas por un conjunto de armas, banderas y cascos sin figura humana que los porte, que representan el mantenimiento de la paz y la concordia en el reino de Carlos III y dos alegorías encarnadas en las imágenes de niños representan a la Justicia y la Prudencia.
En esta primera fase, se ha procedido a la sujeción de dichos grupos escultóricos mediante una estructura resistente diseñada para la intervención, a la cual se han sujetado mediante eslingas y apeos. También se están retirando morteros y grapas de anteriores intervenciones, que ya no cumplen su función de cosido.
Los elementos metálicos originales se están tratando y reponiendo el emplomado, que garantiza su buen funcionamiento y conservación. Por último, se están ejecutando cosidos con varilla de fibra de vidrio en aquellas piezas que se encuentran sueltas o que deben recuperar la unidad estructural. Una vez estabilizadas las esculturas, se procederá a su minuciosa restauración, así como a su protección para poder intervenir en la cubierta.
Todos estos trabajos los están ejecutando conservadores restauradores especialistas en el tratamiento de materiales pétreos, con la preceptiva supervisión de la dirección de restauración y dirección facultativa de la obra, que cuenta asimismo con el apoyo de un equipo multidisciplinar.
Bien de Interés Cultural y Patrimonio Mundial
La restauración de la Puerta de Alcalá es "una ambiciosa intervención", que permitirá la consolidación estructural de los grupos escultóricos, la sustitución del plomo de la cubierta y el tratamiento de la piedra en todas las fachadas del monumento.
El actual equipo de Gobierno comenzó en 2019 a diseñar un estudio para conocer cuál era el estado de conservación del monumento, que no se restauraba desde hace tres décadas.
A finales de 2021, se concretaron esos estudios que han seguido metodologías aprobadas por las cartas y protocolos nacionales e internacionales de restauración y han utilizado la tecnología más avanzada, desarrollándose entre julio y noviembre de 2022.
A partir de los análisis, estudios y ensayos realizados, se constató que el monumento presenta "indicadores de deterioro" que afectan en mayor o menor medida a su conservación y que serán contrarrestados con la intervención de restauración en ejecución.
El objetivo es detener el deterioro y asegurar que los elementos escultóricos de la fachada queden cosidos adecuadamente a la misma, al tiempo que se eliminarán los elementos degradantes y se protegerá la piedra de las futuras agresiones ambientales.
Monitorización continuada
Toda la intervención sobre el monumento lleva aparejado su control arqueológico y levantamiento documental, adecuándose a sus características y al entorno en el que se encuentra. Ese trabajo permitirá profundizar en el estudio del monumento para diseñar protocolos específicos de monitorización continuada, que garanticen el seguimiento exhaustivo de la evolución del estado de conservación del bien cultural a lo largo del tiempo, junto con la programación de actuaciones de mantenimiento, difusión y sensibilización acordes a las necesidades del bien.
La duración total estimada de la restauración es de 12 meses, condicionada por la evolución de los trabajos y las posibles dificultades de ejecución añadidas a la intervención en un monumento de singular relevancia.
Los trabajos de implantación de la obra han requerido la ocupación parcial de los jardines en torno al monumento. El perímetro de esta zona se ha protegido con un vallado cerrado. Una vez finalizada la intervención, se repondrán la vegetación y elementos florales del jardín que rodea el monumento, manteniendo la configuración y estética originales.