Las mentiras de la izquierda

El mundo está en conflicto, se nos mueve el suelo que pisamos y el césped amable y fuerte se torna en arenas movedizas y peligrosas.

Cuando esto ocurre, sale a relucir de manera muy clara la sensibilidad que tenemos todos y cada uno de nosotros. Cuando se atisban nubarrones y acecha el peligro como las amenazantes garras de un felino depredador, es cuando más necesitamos de certezas, de aferrarnos a bastiones seguros que nos ofrezcan certidumbre.

Las sociedades democráticas habían consolidado en Europa, tras la 2ª Guerra Mundial, un Mercado Común Europeo, una Alianza Atlántica, una potente influencia en la Sociedad de Naciones y unas condiciones de bienestar y convivencia que nos hacían creer que la barbarie de las bombas nunca volverían a sobresalir sobre la concordia o el diálogo.

Tenemos la ONU, la OTAN, la CEE, la FAO, etc, pero un loco, tirano, sátrapa, en su locura expansionista, ha puesto patas arriba todo el panorama internacional.

El delirio es de Putin y cuatro adláteres. El pueblo ruso en su mayoría seguro que prefiere la paz y no pagar en sus propias carnes las carencias y ruina que una guerra les acarrea, además de los muertos y ruina que generará en Ucrania y en todos los países vecinos.

Son muchas las muestras y los ejemplos de los dirigentes comunistas o de izquierdas de no importarles el grado de bienestar o de calidad de vida de sus ciudadanos. Sólo aspiran a llegar a gobernar, a coger el poder, no son sensibles al sufrimiento de sus pueblos... Lo vemos en Cuba, en Venezuela, en Nicaragua, en Corea del Norte, etc.

No es de extrañar que Putin no haya reparado en el sufrimiento de su propia población, no haya consultado mínimamente a su sociedad civil. No hago tan siquiera mención a lo que diría una oposición, que en el caso de Rusia está silenciada, perseguida, penalizada, acallada, amenazada y aplastada por un gobierno sectario y excluyente, herramientas muy utilizadas por el comunismo, parecen propias en su manual de gobierno, se reproduce en todos los países en los que gobiernan.

Volviendo nuestra mirada a la situación en España, resulta bochornoso escuchar a tres ministros del gobierno de España, justificar la invasión y agresión de Ucrania. Irene Montero, Garzón, Sanz, Belarra y, por supuesto, Echenique, Monedero o Iglesias difunden las mentiras de la maquinaria propagandística del Krenlim: que se trata de “proteger” a Ucrania, etc. Curiosa forma, arrojando bombas a su población.

Mientras, aquí seguimos con precios insufribles de la luz, que multiplica por cinco veces el precio del Kw/hora de hace un año; la gasolina mas cara que nunca, los transportes estratosféricos, y la galopante escalada del IPC: por encima del 6% y creciendo, es el llamado “impuesto a los pobres”. Aquí quedan al descubierto muchas de las 'mentiras', de los 'mantras recurrentes' de la izquierda, me vienen a la memoria esas frases: “no dejaremos a nadie atrás”, la “pobreza energética”, etc.

Y se sigue endeudando nuestra economía, por encima del 130% del PIB, y se atiza duro a autónomos y Pymes y se miente cuando se sube el SMI, 15-20 euros y se castiga con 150-200 € de más impuestos, directos e indirectos, rebajando el poder adquisitivo de trabajadores, familias y pensionistas y empobreciendo a la mayoria de empresas y cercenando la creación de enpleo y riqueza.

Son las mentiras de la izquierda, que el tiempo y los números terminan siempre por sacar a la luz.