En el Día Mundial del Urbanismo, desde el Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid (COAM) y de la Unión de Agrupaciones de Arquitectos Urbanistas (UAAU), se quiere recordar y reflexionar acerca del importante papel de la planificación territorial y urbana, en la prevención, mitigación y adaptación ante los efectos, cada vez más intensos, de los fenómenos climáticos extremos.
La experiencia nos ha enseñado que los profesionales de la arquitectura y el urbanismo pueden y deben jugar un papel crucial en la gestión y mitigación de estos riesgos, debido a sus conocimientos para desarrollar y evaluar los daños y planificar soluciones habitacionales y urbanas, en una experiencia de colaboración altruista, ágil y ejemplar, reflejo del compromiso de la profesión con la sociedad.
Las lluvias torrenciales y las posteriores inundaciones, lejos de ser episodios aislados, se han convertido en fenómenos recurrentes, empezando a formar parte de nuestro panorama meteorológico, y no son las primeras las que provocan los desastres sino las segundas, motivo por el que hace falta gestionar tanto los ríos y sus cauces aguas arriba, como los entornos urbanos, donde también se pueden fomentar la adopción de medidas de disminución de la vulnerabilidad y autoprotección, que requieren una planificación urbana y territorial adaptada a la realidad climática actual y futura.
Desde el COAM, como arquitectos y urbanistas, promovemos, mediante todas las acciones posibles, enfoques sostenibles y resilientes en la planificación urbana y territorial, trabajando en colaboración con las administraciones, los organismos públicos, las universidades y la ciudadanía.
En esta jornada de reflexión y compromiso, el COAM junto con la UAAU, reafirmamos la voluntad de continuar impulsando una visión integral de la planificación urbana, en la que la seguridad, la sostenibilidad y la calidad de vida de nuestros habitantes se encuentren en el centro de todas las decisiones. Sabemos que el futuro de nuestros territorios depende de la acción conjunta y responsable de todos los actores implicados en la construcción de espacios habitables y seguros para las generaciones presentes y futuras.
Por un urbanismo consciente y resiliente, que responda a las necesidades de nuestro tiempo y proteja a nuestros ciudadanos de los efectos adversos del clima.