Un 'post' aparentemente inocuo en redes sociales puede perjudicar una reclamación tras un accidente de tráfico. Desde Guerrero & Asociados, Abogados explican en este artículo la importancia de evitar compartir información durante el proceso legal, para proteger los derechos a indemnización.
En un entorno marcado por la inmediatez de la comunicación y la hiperconectividad digital, resulta cada vez más habitual que los ciudadanos compartan aspectos relevantes de su vida personal en redes sociales.
Sin embargo, esta práctica aparentemente inocua, puede convertirse en un factor determinante –e, incluso, perjudicial– en procedimientos judiciales vinculados a accidentes de tráfico.
Vida digital, arma de doble filo
Cuando una persona inicia una reclamación por accidente de tráfico, inevitablemente entra en conflicto con los intereses de la compañía aseguradora del vehículo responsable.
En este contexto, cada elemento que pueda servir como argumento para reforzar o debilitar una postura adquiere una relevancia trascendental. Entre estos elementos, las redes sociales se han posicionado como una fuente privilegiada de información para las aseguradoras y sus equipos legales.
Fotografías, vídeos, comentarios, ubicaciones y mensajes compartidos por el lesionado (o incluso por sus familiares o amigos) pueden ser utilizados en sede judicial como prueba para desacreditar la gravedad de las lesiones alegadas, cuestionar la versión de los hechos o poner en tela de juicio la veracidad del relato aportado.
En muchas ocasiones, estas publicaciones no reflejan la realidad objetiva del estado de salud del perjudicado, pero pueden ser interpretadas de manera subjetiva o utilizadas de forma interesada por la parte contraria.
Errores comunes tras un accidente
Muchos afectados por accidentes de tráfico, impulsados por la necesidad de compartir lo ocurrido o de buscar consuelo entre sus allegados, publican espontáneamente mensajes o fotografías del siniestro. Esta conducta, aunque humana y comprensible, es extraordinariamente peligrosa desde el punto de vista jurídico.
Hemos podido comprobar en numerosas ocasiones que publicaciones realizadas minutos, horas o días después del accidente han sido utilizadas por la parte contraria para argumentar que la víctima no estaba tan lesionada como decía o, incluso, para sugerir que existía una participación en la culpa del siniestro. Una simple imagen sonriendo en un evento social, una fotografía levantando un objeto o un comentario banal, como "por suerte no fue nada", puede ser interpretado fuera de contexto y volverse en contra de los intereses de la víctima.
Asimismo, los comentarios aparentemente inocentes sobre la evolución médica, sobre el trato recibido por los profesionales o sobre el desarrollo del procedimiento legal pueden generar contradicciones que serán hábilmente aprovechadas por los abogados de las compañías aseguradoras para debilitar el relato del reclamante.
Privacidad: ¿cuán protegidos estamos?
Existe la falsa percepción de que configurar nuestras cuentas como privadas garantiza la confidencialidad de lo publicado. Sin embargo, la realidad jurídica es muy distinta. Aunque las cuentas privadas cuentan con ciertas salvaguardas legales frente a lo que se conoce como 'expediciones de pesca' (búsqueda indiscriminada de información sin fundamento), los tribunales pueden autorizar el acceso a estas publicaciones si la parte contraria logra justificar su relevancia para el caso.
En la práctica, esto implica que incluso un contenido compartido en una cuenta privada puede ser expuesto judicialmente, si un abogado defensor logra identificar indicios que contravengan la versión oficial de los hechos. Es más, la defensa puede intentar obtener esta información mediante la creación de cuentas falsas o solicitudes de amistad encubiertas, lo que convierte a las redes sociales en un campo minado para cualquier reclamante.
Adicionalmente, existen empresas especializadas en análisis de presencia digital que colaboran con las aseguradoras. Estas entidades rastrean toda la huella digital de la víctima, desde publicaciones, 'likes', interacciones, hasta la actividad en grupos y foros, generando informes detallados que pueden ser presentados ante un juez como prueba documental.
Recomendaciones para proteger su reclamación
1. Evite por completo las publicaciones en redes sociales desde el momento del accidente hasta la resolución del procedimiento judicial.
2. No elimine contenido previo al accidente, ya que podría interpretarse como una tentativa de ocultación de información.
3. Advierta a sus familiares y amigos de no mencionarlo, etiquetarlo ni subir contenido donde usted aparezca.
4. No acepte solicitudes de amistad o seguimiento de cuentas desconocidas.
5. No comente detalles del proceso, de su estado de salud ni de las interacciones con profesionales médicos o legales.
6. No cree cuentas alternativas o anónimas, ya que también podrían ser rastreadas o descubiertas.
7. Evite subir o compartir contenido ajeno que lo implique de manera indirecta, como eventos grupales, fotografías de terceros o publicaciones en común.
Las 'cara buena' de las redes sociales
Pese a lo anterior, no puede obviarse que, en determinadas circunstancias, las redes sociales pueden aportar contenido útil a la hora de reforzar una reclamación. Hemos documentado casos en los que vídeos capturados por terceros y compartidos en plataformas como TikTok o Facebook han servido para demostrar la responsabilidad del demandado, agilizando el proceso y fortaleciendo la posición de la víctima.
Asimismo, testimonios publicados en foros o grupos comunitarios han facilitado la identificación de testigos y la recopilación de antecedentes, que de otro modo habría sido imposible localizar. También hemos podido utilizar imágenes anteriores al accidente, donde se muestra a la víctima practicando deportes, trabajando activamente o disfrutando de actividades que luego le resultan imposibles debido a sus lesiones. Este tipo de contraste, debidamente contextualizado, puede generar un fuerte impacto en el proceso y contribuir a la valoración económica del daño.
Discreción digital, clave para el éxito
Una vez iniciado un procedimiento de reclamación por accidente de tráfico, la discreción debe convertirse en una premisa irrenunciable. Las redes sociales no son un diario íntimo, ni un espacio seguro: son una vitrina accesible para las aseguradoras y sus equipos jurídicos.
No subestime el poder que puede tener una sola publicación. En el ámbito judicial, la percepción es muchas veces tan importante como los hechos. Proteger su imagen, su discurso y su coherencia pública es proteger su derecho a ser indemnizado justamente.
Javier Guerrero Guerrero
Guerrero & Asociados, Abogados